Por Magdalena Furtado. (Directora de Programas de ONU Mujeres Uruguay) y Valeria Ramos. (Oficial a Cargo de la Oficina del Fondo de Población de Naciones Unidas en Uruguay)
En el marco del 80.º aniversario de las Naciones Unidas la conmemoración invita a revisar los logros del multilateralismo pero también a reconocer los desafíos emergentes que amenazan los derechos humanos y la igualdad de género en la era digital. En este aniversario, fortalecer la gobernanza digital, proteger a quienes enfrentan abusos y garantizar entornos seguros se vuelve parte esencial de la renovación del compromiso global con los dos derechos, sin dejar a nadie atrás.
El entorno digital es una parte integral de la vida contemporánea. Lo que ocurre en las redes sociales también refleja dinámicas y desigualdades presentes en la sociedad. En ese espacio, diversas formas de violencia de género y generaciones se expresan y adquieren nuevas modalidades, como el ciberacoso, el ciberbullying, la difusión no consentida de contenido íntimo, las noticias falsas, el grooming, el robo de identidad, la manipulación de imágenes mediante inteligencia artificial, entre muchas otras. Todas ellas afectan derechos, generan impactos profundos y requieren respuestas oportunas y adecuadas.
América Latina también enfrenta “mercados de explotación sexual digital” que trafican con más de dos millones de archivos íntimos no autorizados. Son circuitos de lucro ilegítimo, impunidad y poder desigual que consolidan nuevas economías del abuso. Nombrarlos fue un punto de inflexión para el debate regional, y una advertencia para la gobernanza digital: regular solo pensando en agresores es insuficiente cuando el daño se nutre también de plataformas y algoritmos sin marcos robustos de protección.
En este contexto, Uruguay también enfrenta desafíos importantes. Aunque el 98,2 % de la población se conecta a internet principalmente desde el celular, [1]una parte significativa aún no cuenta con las habilidades digitales necesarias para gestionar su seguridad o protección, lo que incrementa la exposición a riesgos. Esta situación resulta especialmente relevante para niños, niñas y adolescentes, una generación altamente conectada pero que muchas veces no dispone de las herramientas suficientes para resguardar su privacidad y ejercer plenamente sus derechos en los entornos digitales.
Algunos datos dimensionan la magnitud del problema. En 2022, 1 de cada 3 niñas, niños y adolescentes declaró haber vivido al menos un episodio negativo en Internet durante el último año; sin embargo, solo el 53 % lo reportó a una persona adulta (Kids Online Uruguay 2022)[2] Asimismo, el estudio EnRed, desarrollado por la Facultad de Psicología y UNFPA, señala que el 39,1 % de las y los adolescentes recibió agresiones online en el último año. Dentro de este grupo, 1 de cada 5 experimentó agresiones sostenidas en el tiempo, durante dos meses o más, lo que evidencia patrones de violencia digital persistente y no hechos aislados (https://enred.uy/observatorio/).
Este diagnóstico se refleja también en hechos recientes que han tenido amplia repercusión pública en Uruguay, incluidos episodios de violencia digital vinculados a centros educativos y sus comunidades. La combinación de datos y testimonios destaca la necesidad de fortalecer entornos digitales seguros y de ampliar las capacidades de prevención, escucha, protección y denuncia efectiva para niñas, niños y adolescentes. Avanzar en estas respuestas es una prioridad impostergable.
Por eso, avanzar en la actualización de los marcos normativos es fundamental. En Uruguay, la difusión de imágenes sin consentimiento, el grooming y la producción de material pornográfico con niños, niñas y adolescentes conforman delitos Además, se cuenta con una ley de ciberdelitos aprobada recientemente y con otros proyectos de ley. Sin embargo, estas herramientas resultan aún insuficientes frente a la complejidad del entorno digital actual. En este sentido, es positivo que se esté desarrollando, en el marco del MESECVI, un modelo de ley que permita fortalecer la protección, incorporar de forma explícita la dimensión digital en la normativa de violencia basada en género y regular de manera más integral el ecosistema: desde los intermediarios de internet y las plataformas hasta las empresas que desarrollan inteligencia artificial.
Durante 2025, ONU Mujeres y el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA en articulación con contrapartes nacionales, impulsaron encuentros de diálogo en el Parlamento orientados a comprender y abordar la violencia digital. Los encuentros abordaron no solo el marco normativo, sino el cultural. El intercambio intergeneracional con adolescentes y jóvenes evidenció una demanda creciente de más instancias de formación en alfabetización y ciudadanía digital, dirigidas no solo a las nuevas generaciones, sino también a las personas adultas referentes que les acompañan y protegen: https://youtube.com/watch?v=FVL9Qv6rOYU&feature=shared
Lo virtual es real
Cada año, el Sistema de Naciones Unidas impulsa los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, una campaña global para exigir la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas. En 2025, el eje temático es la violencia digital, reconociendo que el abuso en línea es una expresión real y creciente de las desigualdades que atraviesan la vida de mujeres, niñas, niños y adolescentes.
En este marco desde ONU Mujeres y UNFPA, junto a la Plataforma Infancias y Adolescencias y la Intendencia de Montevideo, se impulsó una campaña cocreada con adolescentes y jóvenes para promover el uso respetuoso y ético del entorno digital, así como la no indiferencia ante el acoso, el abuso y la difusión de contenido sin consentimiento.
La respuesta a la violencia de género y generaciones facilitada por las tecnologías no puede ser únicamente penal: requiere también un abordaje educativo, comunicacional y de concientización social, fortaleciendo herramientas para una convivencia digital libre de discriminación y violencia. En esta línea, la Estrategia Nacional de Ciudadanía Digital para una Sociedad de la Información y el Conocimiento de Uruguay[3] constituye un marco clave para promover habilidades digitales integrales, orientadas no solo a usar las plataformas de forma segura, sino también a participar en ellas de forma crítica, reflexiva, creativa con responsabilidad y respeto. Es necesario desarrollar capacidades para utilizar el entorno digital y, sobre todo, para convivir en este sin reproducir desigualdades, estereotipos ni relaciones de poder abusivas, avanzando hacia espacios donde el cuidado, la inclusión y los derechos humanos sean la regla y no la excepción.
[1] https://www.way2net.com/2024/01/estadisticas-de-redes-sociales-en-uruguay-2023/?utm_source=chatgpt.com
[2] https://www.google.com/url?q=https://www.unicef.org/uruguay/informes/informe-kids-online-uruguay-2022&sa=D&source=docs&ust=1764366077330401&usg=AOvVaw1dzwQ5epOCNtDD5Vwrok-Q
[3] https://www.gub.uy/agencia-gobierno-electronico-sociedad-informacion-conocimiento/comunicacion/publicaciones/estrategia-nacional-ciudadania-digital-para-sociedad-informacion