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El Observador | Leonardo Pereyra

Por  Leonardo Pereyra

Columnista político
12 de enero 2025 - 5:05hs

El protagonista sonríe a la cámara y levanta su pulgar mientras una voz en off promete: “Tabaré Vázquez intendente. Delo por hecho”. Corre 1989 y quien sería luego líder indiscutido del Frente Amplio lanza con éxito su primera candidatura y abre una era de gobierno de izquierda en Montevideo que ya lleva 35 años y que parece lejos de agotarse.

Desde entonces, la oposición se hundió en el asfalto cada vez que intentó recuperar la capital, y se ha retirado tierra adentro donde los colorados y, mayormente, los blancos sientan sus reales.

Cada cinco años, los postulantes que pretenden derrotar al Frente Amplio más que competir, parecen destinados al sacrificio. Poco importa quién represente a la izquierda: los socialistas Vázquez y Daniel Martínez, el arquitecto Mariano Arana, el insulso emepepista Ricardo Ehrlich, la comunista Ana Olivera y la impetuosa Carolina Cosse han triunfado casi sin transpirar.

La suerte parece estar escrita para darle la razón al exvicepresidente Raúl Sendic quien dijo que la izquierda está destinada a ganar la intendencia aún con una heladera como candidato.

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El último intento coalicionista en busca de la IM lo protagonizó Laura Raffo en 2020, pero la tentación de trascender a nivel nacional la llevó a abandonar su proyecto capitalino y a pugnar por un proyecto que no prendió en la gente.

Ahora le tocará a Martín Lema encarar la trabajosa tarea de recuperar Montevideo. El exministro de Desarrollo Social fue por diez años diputado por la capital y es uno de los hombres de mayor confianza del presidente Luis Lacalle Pou.

Lema ha dicho a sus allegados que pretende armar un proyecto montevideano sin pretender que le sirva como trampolín para alguna futura candidatura presidencial. Que quiere más que nada ir por la reelección en 2030 pero que, si en el mayo que viene, no logra la victoria, volverá a intentarlo dentro de cinco años. Y que no pugnará por convencer al frenteamplista para que deje de serlo, sino que le pedirá una oportunidad para alguien que llega libre de equipaje. “El Frente Amplio tiene que transar con el propio Frente Amplio para tener gobernabilidad”, ha dicho Lema en más de una reunión con su gente aunque también señaló que su campaña estará lo más despojada posible de referencias partidarias.

Bajo el paraguas de la Coalición Republicana, Lema seguramente estará acompañado en su candidatura por un postulante del Partido Colorado y, eventualmente, otro de Cabildo Abierto, quienes sumarán votos en la carrera contra el FA.

Lema ha dicho a sus allegados que pretende armar un proyecto montevideano sin pretender que le sirva como trampolín para alguna futura candidatura presidencial. Lema ha dicho a sus allegados que pretende armar un proyecto montevideano sin pretender que le sirva como trampolín para alguna futura candidatura presidencial.

Entre los colorados se han manejado varios nombres –entre ellos el del abogado Jorge Barrera y el de Gustavo Osta- pero no hay nada seguro y Lema sabe que la principal responsabilidad recaerá sobre sus hombros.

En el Frente Amplio la confianza en la victoria es absoluta. “El intendente será el que gane la interna del FA. No hay vuelta, es así”, dijo a El Observador un operador de la izquierda para quien no importa si el postulante es Mario Bergara o María Inés Obaldía, nombres que se perfilan en el oficialismo.

En el Partido Nacional se preguntan cómo tumbar esa confianza de los dirigentes del FA y convencer a la mayoría de los montevideanos de que, después de 35 años se necesita un poco de aire fresco para que, al menos, la izquierda sienta que le respiran en la nuca y que no puede acomodarse en su poltrona con la comodidad de creerse invencible.

Acuerdo listas 404 aire fresco y 250 por la Patria. Partido Nacional. Martín Lema.

Una fuente nacionalista señaló que no es sencilla la tarea de convencer a un frenteamplista de que en el próximo mayo vote a un dirigente que no representa sus colores. Para eso deberá transmitirle que lo que importa es la mejor gestión del departamento y que es preciso que la ideología y las identificaciones culturales queden en segundo plano.

Lo que no puede pasar, dijo otro dirigente blanco, es que la elección de mayo resulte en un evento “intrascendente” en el que durante la campaña parezca evidente que el Frente Amplio se quedará en el poder. “La intrascendencia es peor que un mal resultado”, agregó el dirigente nacionalista.

Desde hace 35 años, el destino del gobierno de la intendencia de Montevideo parece estar escrito y el ciclo de gestiones frenteamplistas se repite sin solución de continuidad. El 11 de mayo, el palacio municipal volverá a ser asediado por esa oposición que, al menos, deberá inquietar a los ocupantes si pretende que, en alguna hora aún incierta, caigan esos muros que durante décadas se han mostrado inexpugnables.

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