Cada 3 de mayo, el Día Mundial de la Libertad de Prensa nos invita a reflexionar sobre valores esenciales que sostienen a las sociedades democráticas: la libertad de expresión, el acceso a la información, el ejercicio periodístico independiente y la sostenibilidad de los medios de comunicación. Se trata de una nueva mirada a los desafíos de la defensa de libertad de expresión que el Sistema de Naciones Unidas viene trabajando desde sus orígenes hace ya 80 años.
En este 2025, este día nos invita a profundizar sobre cómo estos valores se ven impactados en un mundo transformado por la inteligencia artificial (IA).
El lema de este año —Informar en un mundo desafiante: el impacto de la inteligencia artificial en la libertad de prensa y los medios de comunicación— pone el foco en la intersección entre periodismo e inteligencia artificial.
La IA puede ser una aliada transformadora para el periodismo. Con IA, una reportera en la amazonia, aún con conexión limitada, dicta sus notas y obtiene al instante un borrador editable. Una redacción de una pequeña localidad andina detecta irregularidades en compras públicas e inicia una investigación periodística, gracias a algoritmos que procesan datos abiertos. Desde la transcripción automática hasta el análisis de imágenes o la verificación de contenidos virales, la IA puede amplificar el alcance y la profundidad de la labor periodística, especialmente en contextos con pocos recursos.
Pero la IA también representa riesgos reales que pueden afectar a lectores, como el de este artículo, como usted y como yo. Algoritmos mal diseñados pueden priorizar contenido sensacionalista y por otro lado relegar investigaciones de complejidad periodística a la oscuridad digital. Una periodista puede ver cómo sus publicaciones son invisibilizadas por sistemas que no entienden los matices del lenguaje o penalizan temáticas sociales. Incluso herramientas automatizadas mal gestionadas pueden publicar errores, afectar reputaciones y difundir desinformación sin que haya una edición humana de por medio. Reparar este tipo de daños presenta una gran complejidad por la huella digital de información que queda almacenada en Internet con la información errónea.
La IA en el tema de seguridad de periodistas
En este Día Mundial de la Libertad de Prensa 2025, la UNESCO advierte que herramientas de IA también pueden ser utilizadas para vigilar a periodistas, generar contenido engañoso, difundir discursos de odio o crear deepfakes que socavan la confianza pública.
En particular, las mujeres periodistas enfrentan una forma agravada de violencia digital facilitada por herramientas de IA, como campañas de descrédito, imágenes falsas y hostigamiento automatizado. Este tipo de ataques no solo vulneran a las personas, sino que ponen en riesgo el derecho de la sociedad a acceder a información diversa y de calidad.
América Latina y el Caribe: una región en alerta
En América Latina y el Caribe, estos desafíos se multiplican por una realidad alarmante: entre 2021 y 2024, 89 periodistas fueron asesinados, según el Observatorio de Periodistas Asesinados de la UNESCO. A ello se suman las amenazas, el exilio forzado y la precarización del ejercicio periodístico, que afectan especialmente a quienes trabajan en contextos de criminalidad organizada o persecución política.
La IA no resuelve automáticamente estos problemas, pero puede agravar su impacto si se integra sin marcos éticos, sin transparencia ni control humano. Por eso, hablar de libertad de prensa hoy implica también hablar de algoritmos y gobernanza digital.
¿Qué respuestas tenemos?
Desde la UNESCO, se han desarrollado herramientas para apoyar a los estados a afrontar estos desafíos.
En el contexto de un periodismo que cada vez interactúa más con plataformas digitales automatizadas, las “Directrices para la Gobernanza de las Plataformas Digitales” impulsadas por la UNESCO constituyen una herramienta clave para enfrentar desafíos como la desinformación, el discurso de odio y la xenofobia. Estas directrices, desarrolladas mediante un proceso global y multiactoral, ofrecen un marco concreto para que gobiernos, plataformas tecnológicas, medios y sociedad civil colaboren en la promoción de un entorno digital que respete la libertad de expresión y garantice la diversidad informativa. Frente a la creciente circulación de contenidos que vulneran derechos fundamentales, su implementación resulta esencial para prevenir que la inteligencia artificial —cuando se aplica a la moderación de contenidos o algoritmos de recomendación— amplifique sesgos, silencie voces legítimas o normalice narrativas excluyentes.
La “Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial”, adoptada por consenso en 2021 por los 194 Estados miembros de la UNESCO, establece principios universales como la equidad, la transparencia y la supervisión humana para guiar el desarrollo y uso responsable de la IA. En el ámbito periodístico, cobra especial relevancia al ofrecer lineamientos éticos para el uso de IA en procesos editoriales, protección de fuentes, y análisis automatizado de información, garantizando que la transformación tecnológica no comprometa los derechos humanos ni la integridad del ejercicio periodístico.
Un derecho que se transforma, pero no se negocia
La libertad de expresión no es un lujo ni una concesión: es un derecho humano esencial para la democracia, la rendición de cuentas y la construcción de sociedades más justas. En tiempos de inteligencia artificial, ese derecho debe defenderse más que nunca.
Necesitamos un periodismo fuerte, libre, seguro y diverso. Un periodismo que comprenda las tecnologías que lo atraviesan, pero que no se subordine a ellas. Y para eso, necesitamos también que los Estados, las plataformas digitales y la sociedad civil reconozcan que el futuro del periodismo es también el futuro de nuestras libertades.