Si una persona trabajara de lunes a viernes ocho horas al día, de los 25 a los 65 años, restando 20 días de licencia anuales, pasaría aproximadamente 76.800 horas de su vida trabajando, lo que equivale a 3.200 días u 8 años. Una muestra de que nuestro trabajo determinará sin dudas gran parte de cómo será nuestro día a día. Por eso, a pesar de que cada vez existen más opciones, y las personas están más abiertas a cambiar de profesión a lo largo de la vida, decidir a qué dedicarse puede ser un momento de mucha indecisión y ansiedad.
“La vocación no es un acto, no es el momento de elegir, sino que es un proceso que se da a lo largo de toda la vida”, dijo a El Observador la psicóloga y coordinadora del Programa de Respaldo al Aprendizaje del Pro rectorado de enseñanza de la Udelar, Carina Santiviago.
Sin embargo, hay momentos en los que el sistema educativo exige tomar una decisión. En este escenario, detalló Santiviago, el primer paso es interiorizarse sobre las opciones disponibles, aunque esto no es suficiente “para poder hacer una elección autónoma y responsable”.
“Hoy en el mundo digital, los jóvenes pueden ingresar a los portales de las universidades y tener información. Pero esa información es la básica, para poder elegir autónomamente hay que trabajar otros factores”, agregó.
En este sentido, es esencial que los jóvenes se tomen el tiempo de conocerse a sí mismos.
“Muchas veces eligen por cómo les va en las materias, pero que te vaya bien no necesariamente implica que sea lo que más te gusta", señaló.
Otro punto fundamental, según la psicóloga, es pensar la forma de vida que se va a tener si se elige cierta carrera e imaginarse cómo sería un día con ese trabajo.
En este sentido, algunas preguntas pueden ser muy útiles, tales como: ¿Quiero trabajar en una oficina, en mi hogar o viajando? ¿Cuántas horas de dedicación diaria quiero emplear? ¿Cuánto tiempo libre necesito? ¿Qué tipo de tareas podría y no podría realizar? ¿Qué temas me interesan tanto que puedo hablar o aprender sobre ellos durante horas? ¿Qué tipo de problemas me gusta resolver o en qué situaciones me siento más útil? ¿Cómo me gustaría impactar en la vida de los demás a través de mi trabajo? ¿Soy una persona extrovertida a la que le gusta el trabajo en equipo o soy una persona introvertida?
Los cambios en la manera en que las nuevas generaciones entienden la vocación y desafíos que enfrentan
“Los jóvenes se preocupan cada vez más por el estilo de vida que tendrán. Muchas veces dicen ´me gusta esto, pero no quiero la vida que hacer esta carrera me implicaría´”, contó Santiviago.
Por su parte, Gabriela Montaldo, socia responsable del área de People & Culture en RSM, identificó que ha habido cambios en la manera en que los jóvenes entienden la estabilidad. En este sentido, detalló que actualmente los procesos de elección son muchos más pensados, de autoconocimiento y enfocados en la persona.
“Antes, si vos eras abogado, eras abogado del día uno hasta el día que te jubilaras, seguramente incluso en el mismo lugar. Ahora los jóvenes cambian de trabajo, buscan cosas nuevas constantemente, y creo que hay mucha más libertad en ese sentido”, agregó.
Esto también tiene que ver con que muchas disciplinas se transforman constantemente, y algunos conocimientos pueden volverse obsoletos en pocos años.
“Esto genera incertidumbre en los jóvenes, que se preguntan si la carrera que elijan seguirá siendo relevante en el futuro”, detalló María José Frontini, directora de Admisiones de la Universidad de Montevideo, sobre los desafíos a los que los jóvenes se enfrentan en la actualidad.
El avance acelerado de la tecnología, agregó Marcela Mailhos, directora de comunicación institucional y admisiones de la ORT, está transformando todas las áreas del conocimiento, modificando las profesiones, las competencias requeridas y las oportunidades laborales.
A esto se le suma la amplia oferta académica, que si bien ofrece más oportunidades, también puede generar incertidumbre en quienes aún no tienen una vocación definida.
“En contraste, aquellos que tienen una meta clara suelen tomar decisiones más rápidamente, aunque en muchos casos sin evaluar todas sus opciones”, sostuvo Mailhos.
En este proceso, el rol de los padres o referentes tiene también un papel fundamental.
Según detalló a El Observador, Gabriela Pérez, responsable del Área Preuniversitarios de la Universidad Católica, es importante que estos acompañen a sus hijos en las instancias de búsqueda.
“Son momentos de bastante ansiedad, por lo que es importante transmitirles calma, pero también generar la oportunidad para que puedan investigar y llegar a los lugares de referencia”, señaló.
El acompañamiento que ofrecen las universidades para este proceso
Las diferentes universidades tienen propuestas para acompañar a los jóvenes en el proceso de elección de una carrera.
La Udelar, por ejemplo, brinda espacios gratuitos de consulta y orientación, donde psicólogos especialistas en orientación educativa refieren la consulta, talleres de orientación vocacional en instituciones de todo el país y programas como Universidad de Puertas Abiertas.
La ORT, por su parte, ofrece visitas guiadas a sus instalaciones, talleres de orientación y espacios de diálogo con docentes, coordinadores y graduados, ferias universitarias, entre otras propuestas. Para los estudiantes que están iniciando su proceso de búsqueda de información, la universidad cuenta también con un Taller de Autoconocimiento, que ayuda a los jóvenes en la etapa temprana de su proceso de búsqueda de información a reflexionar sobre sus fortalezas y aspiraciones.
“Intentamos acercarnos a los preuniversitarios desde temprana edad. Desarrollamos diferentes actividades buscando apoyar a todos los actores involucrados en esta decisión: colegios, padres y adolescentes. Algunas de estas actividades incluyen charlas, ferias, la ya conocida Experiencia UM y los challenges, donde, a través del juego, los jóvenes resuelven situaciones típicas de las carreras que piensan estudiar. Es una manera de acercarse de forma práctica a su posible futuro profesional y proyectarse en él”, contaron desde la UM. A su vez, disponen de diversas facilidades para que los alumnos puedan ir construyendo su propio perfil académico a medida que avanzan en sus estudios, para que cada estudiante pueda personalizar su formación.
Por su parte, desde la Universidad Católica también cuentan con distintas acciones para apoyar el proceso vocacional, con talleres desde que los adolescentes están en el primer año de educación media superior. Para aquellos que están en los dos últimos años de la educación secundaria, brindan distintas oportunidades para que puedan vivir una experiencia universitaria, como talleres en formato hackaton, o la jornada Viví la UCU, para que experimenten lo que es ser un estudiante en la universidad por un día, así como jornadas de intercambio directo con los académicos y los estudiantes avanzados y ferias educativas, entre otras propuestas