2) Poco después comprueba que la coincidencia dura “apenas un par de días”. Sin embargo, encuentra que hay otra fecha en que el sol sale con acimut 65°, o sea, en la misma posición: el 25 de mayo. ¿Y qué conmemora esa fecha? La Revolución de Mayo que, en Argentina, pavimentó el camino hacia la independencia.
3) Empieza a revolver papeles y documentos. Se contacta con varios historiadores, recurre a archivos, libros y documentos históricos. Se zambulle en el polvo de la historia, y empieza a sacar en limpio algunas respuestas.
4) Tancredi le cuenta a La Diaria una de las conclusiones a las que llegó: “Si uno va al contexto histórico, en la década de 1830 el 25 de mayo tenía una gran fuerza. De hecho, en la primera ley de fechas patrias, que es de 1834, se fijan esencialmente dos fechas, el 25 de mayo y el 18 de julio. Después se fijan dos medias fiestas, el 4 de octubre, en referencia a la ratificación de la Convención Preliminar de Paz de 1828, y el 20 de febrero, por la batalla de Ituzaingó de 1827. Pero en esa ley, esencialmente, las fechas patrias eran 18 de julio y 25 de mayo. Ahí me planteé la pregunta de por qué se eligió la fecha del 18 de julio para jurar la Constitución de Uruguay. Ya que la idea era jurarla un domingo, ¿por qué no el 4, o el 11, o el 25 de julio de 1830?”.
5) La respuesta, como no podía ser de otra forma, incluye masones. Los primeros son Lord Ponsonby y George Canning, representantes ingleses que tutelaron el proceso constitucional, y que pertenecían a la logia. Después aparecen dos más, dos de los integrantes de la comisión que redactó el texto final y definió la fecha de su jura: Juan Benito Blanco y Cristóbal Echevarriarza.
6) Tancredi, más tarde, siguió descubriendo cosas. Una de ellas es que el sol se transformó en un símbolo fundamental para unificar criterios. Él especula, por ejemplo, que se fijó la fecha del 18 de julio para tener esa simetría con el 25 de mayo y en relación al sol. Y de ahí, salta a una conclusión más: la calle principal de la capital uruguaya fue desviada para coincidir con ese saludo al sol. El hermanamiento con el proceso argentino bajo la tutela masona estaría completo.
WhatsApp Image 2025-07-17 at 2.22.50 PM
7) Pero ¿cómo pasó que la avenida 18 de Julio terminó adaptándose a ese esquema? Gracias a uno de los últimos eslabones del relato: Carlo Zucchi. Arquitecto de origen italiano que fue expulsado de su país por masón, recaló en 1936 en Uruguay y se volvió cercano a Manuel Oribe, por el que terminó integrando la comisión Topográfica que diseñó el esquema de la “Ciudad Novísima”, la prolongación del primer trazado que va desde la Plaza Independencia al Ejido, y que se denominó Ciudad Nueva. En sus mapas, el hombre evidencia que fue el que tomó esa decisión: 18 de Julio cambiaría de rumbo hacia el sol. Zucchi, además, fue quien diseñó el Solís, un edificio que le habla más a la masonería que al navegante español.
Tancredi expuso sus resultados a la Gran Logia Masónica del Uruguay y también a los historiadores que lo auxiliaron. Coincidieron en que hay indicios fuertes de que puede estar en lo correcto, pero nada quedó registrado de forma oficial porque se tendía a evitar que las cosas fueran tan explícitas. El astrónomo lo ha dicho: se encuentra ahora ante la decisión de continuar la investigación o ponerse a escribir una novela à la Dan Brown. Y sobre el trasfondo de esta investigación, el momento eureka y el peso de la astronomía en una sociedad que, al menos este viernes, mirará hacia el sol, habló el astrónomo con El Observador.
Si algo demuestra esta investigación en proceso, es que la curiosidad es el principal valor de un investigador de cualquier disciplina. ¿Fue eso lo que lo terminó poniendo de frente contra estas hipótesis?
Sin duda. La clave está en identificar qué preguntas son interesantes y qué posibles derivaciones pueden tener. Esto empezó con el tema de la orientación de la salida del sol en la avenida 18 de Julio, pero derivó en la definición de esa misma fecha de 1830 para jurar la Constitución. Creo que en este caso lo más importante fueron las conversaciones que tuve con los investigadores, con Carlos Demasi, Alejandro Giménez, Daniel Elizalde, Fernando López D’alessandro, varias personas que me han ido orientando en la búsqueda de documentos, aclarando algunas preguntas que les fui haciendo, y también para entender un poco más el contexto histórico cultural de ese momento.
¿Cómo sigue sus instintos en este tipo de investigaciones?
La idea es tener una mente abierta y no decir "no sé cómo resolverlo". Se trata de buscar las formas y aprender continuamente nuevas herramientas de resolución de problemas. En este caso me tuve que meter en una investigación de documentación histórica, en actas de la Asamblea Constituyente, algo a lo que no estoy habituado. Pero eso me ha pasado también en otra cantidad de temáticas vinculadas a temas más astronómicos. En este caso, la diferencia fue que tuve que incursionar en una rama de la ciencia del conocimiento que estaba más distante. No obstante, la astronomía y la investigación histórica han estado siempre vinculadas, especialmente con las civilizaciones y las culturas prehistóricas. Es lo que se llama arqueoastronomía, o más reciente astronomía cultural. O sea: la forma en la que los eventos y hechos astronómicos pueden haber sido inspiración para diferentes culturas a la hora construir edificios, como las pirámides mayas, la elaboración del calendario, o más recientemente en este caso, la orientación de una calle.
Es usual que uno piense en temas como la orientación del sol o las constelaciones en cosas como las pirámides u otros edificios similares. Sin embargo, hay que decir que los uruguayos no estamos tan familiarizados con que la astronomía haya incidido en la construcción de nuestra identidad, al punto de pautar la fecha de la Jura de la Constitución.
Exactamente. Creo que uno está acostumbrado a escuchar sobre la orientación de las pirámides mayas, egipcias, las construcciones de los Incas o Stonehenge, pero no teníamos datos de algo tan cercano a nosotros. Primero, por la definición de la fecha para la jura de la Constitución, y posteriormente la orientación de la avenida 18 de julio asociado a la salida del sol.
Mapa 18 de Julio openstreetmap
¿Cómo ve el vínculo diario que tenemos los uruguayos con la astronomía? ¿Miramos lo suficiente al cielo?
Uruguay ha tenido históricamente la particularidad de tener hasta hace relativamente muy poco en el ciclo liceal la asignatura Astronomía. En la última reforma realizada en el período anterior se la dejó como optativa y se la renombró como Ciencias del Espacio. Muchas veces en congresos en el exterior, sobre todo relativos a la educación en astronomía, decir que todos los uruguayos que hicieron el liceo tuvieron un curso completo de astronomía durante un año llamaba la atención. Creo que eso despertaba cierto interés y hacía que el tema estuviera presente. Tenemos el Planetario de Montevideo, que fue el primero de Iberoamérica, tenemos una sociedad de aficionados a la astronomía muy activa, o sea: hay una tradición, si bien muchas veces el cielo no la acompaña. Es un país en donde tenemos muchos días nublados comparados con otros.
Vuelvo a la investigación. Otra cosa que demuestra que también está, tal vez, más presente de lo que pensamos en nuestra configuración como país es la masonería.
Sin duda es un tema que todavía requiere mayor estudio. En la investigación se hace referencia al teatro Solís, que fue diseñado inicialmente por la misma persona, el arquitecto Carlos Zucchi, que hizo el diseño inicial de la extensión de 18 de Julio y de todas las calles paralelas desde Médanos, actualmente El Gaucho, hacia el este. El Solís es un teatro que, si bien hace referencia a Juan Díaz de Solís en su denominación, tiene la fuerte presencia de un sol gigantesco en su fachada. Así que es posible que esté más asociado a eso que al propio Solís. Y tenemos otra serie de edificios, como el Palacio Salvo y su gemelo en Buenos Aires, el Palacio Barolo, con una connotación asociada a la masonería. Pero no soy un estudioso de eso y creo que requiere un mayor análisis.
La investigación deja abierta la puerta para seguir investigando, pero además agrega la posibilidad de incluir en ese esquema al Estadio Centenario: también estaría alineado en el acimut 65° cada 18 de Julio.
Sí, también. Es una investigación que no está cerrada. Hay que ver, por ejemplo, la ubicación del Estadio Centenario. Es una construcción que conmemora la Jura de la Constitución, y la colocación de la piedra fundamental del estadio podría estar alineada. Hay algunas cositas que todavía estamos investigando y que pueden deparar algún capítulo más en este camino.
Carlo Zucchi es otro personaje peculiar y relevante en esta historia. ¿Es, también, un nombre más relevante de lo que pensamos para nuestro pasado?
Sí, creo que sí. Hay un par de estudios históricos interesantes sobre él. Uno es el libro del arquitecto Carlos Pérez Montero sobre la avenida 18 de Julio, y otro es una serie de artículos sobre Carlos Zucchi. Ahí se reconoce su valor. No solo es el diseñador del Solís, de la orientación de las calles paralelas a 18 de Julio, lo que en ese momento era Camino Maldonado desde Médanos hacia el este, sino también lo que es el diseño de la Plaza Independencia. Estaba inicialmente pensada en unas dimensiones bastante menores a lo que terminó siendo hoy en día. Y además con una serie de edificios públicos alrededor, y eso también fue iniciativa de esta persona.
Teatro Solís - Camilo Dos Santos
Foto: Camilo Dos Santos
Esta investigación tiene varios momentos donde podría haber gritado “eureka”. ¿Cuáles podrían haber sido y cómo reaccionó?
Primero cuando se abrió la pregunta. Cuando encontramos que el 25 de mayo era también la fecha de salida del sol en esa posición. Y luego al revisar las actas de la Asamblea General Constituyente y Legislativa y encontrar que la decisión de la fecha que conmemoramos fue tomada por una comisión que se conformó el 2 de junio de 1830 en la cual de cinco integrantes dos eran reconocidos masones. Ahí empezó a cerrar la idea. Luego, al ver la presencia del sol de forma tan relevante en toda la simbología argentina y uruguaya: en las banderas, en los escudos. Todo fue cerrando la idea.
Comentó que ahora está entre hacer una novela histórica, al estilo El código Da Vinci, o una investigación histórica. ¿Para qué lado se inclina hoy?
Por como se han ido juntando elementos, en estos momentos estoy más del lado de la investigación histórica. Pero eso no quita que se pueda hacer algo más novelado. He estado conversando con algunas personas, pero yo no escribo novelas, apenas escribo algún artículo científico (ríe).