El incremento de las transacciones realizadas por medio electrónicos en el sistema de pagos uruguayos es moneda corriente desde hace tiempo. Las últimas cifras oficiales mostraron que por cada $ 100 que se gastaron hubo casi $ 75 que se canalizaron vía digital.
En contrapartida, la cantidad de operaciones cursadas en cajeros automáticos y dispensadores (buzoneras y mini ATM) se ha venido reduciendo, igual que las operaciones de retiro de efectivo.
Algo similar ocurre con la infraestructura de pagos, que tenía al cierre del año pasado un total de 8.840 unidades entre cajeros automáticos y dispensadores de efectivo. Esto es unos 400 equipos menos que el primer semestre de 2024 cuando se contabilizó un pico de 8.888 unidades. El último reporte del Banco Central había señalado que estas cifras reflejan una tendencia decreciente en el uso de este medio de pago.
De todas formas el uso de dinero físico sigue siendo un hábito que conservan sectores de la población uruguaya.
La falta de efectivo en cajeros automáticos es una dificultad con la que a veces se encuentran los usuarios al momento de intentar un retiro de su cuenta. Esto pasa, por ejemplo, en días de fin de semana o en los primeros días del mes, cuando trabajadores cobran su salario y realizan extracciones. También pasa en lugares muy concurridos, como por ejemplo, la terminal de ómnibus de Tres Cruces o los shopping donde en ocasiones suele haber faltantes.
Una alternativa disponible para quienes en su día a día prefieren utilizar billetes en todos sus pagos o necesitan del efectivo en mano para abonar en lugares que no aceptan medios de pago electrónicos son los corresponsales financieros. Esos corresponsales prestan servicio a los bancos y en sus locales se pueden hacer retiros con tarjeta.
En Uruguay, esa red que crece desde 2017 estaba integrada al cierre del año pasado por unas 1.292 sucursales distribuidas en los 19 departamentos, de acuerdo con la información que proporcionan al BCU las empresas Abitab, El Correo, Redpagos y Tienda Inglesa.
De todas maneras, eso no quita que haya lugares del país en los que no hay sucursales bancarias y tampoco redes de pagos.
Retiro de efectivo en "boliches de pueblo"
En ese sentido, el presidente del Banco República (BROU), Álvaro García, afirmó esta semana que la institución está evaluando incorporar “boliches de pueblo” como corresponsales financieros para atender las “necesidades” de efectivo en lugares “muy alejados” en Uruguay. Esto en referencia a establecimientos comerciales de distintos rubros que podrían prestar el servicio.
“La tendencia general es a que el efectivo se utilice cada vez menos, pero todavía la gente plantea estas necesidades y hay que tratar de cubrirlas en la mayor medida posible”, dijo García al programa Quien es Quien de Diamante Fm y Canal 5.
El jerarca explicó que “permanentemente” se reciben solicitudes para la colocación de cajeros automáticos en distintos puntos del país.
“El costo de poner un cajero no es solo el propio costo del cajero, es que después el cajero hay que alimentarlo. Y a veces son ciento y pico de kilómetros. Y tenés que llevar un blindado con una custodia atrás, con los funcionarios del banco que van, que pierden el jornal entero, porque hay que ir y volver. Entonces hay que buscar un equilibrio tratando de buscar ideas novedosas”, afirmó García.
Cash-back
Otra opción poco desarrollada en Uruguay es lo que se conoce como cash-back. Esa modalidad permite retiros de efectivo por determinado monto en establecimientos comerciales no financieros, al momento de hacer una compra de bienes o servicios con tarjeta de débito y/o de dinero electrónico. Luego en la cuenta bancaria del cliente se descuenta el importe de la compra más el importe del dinero retirado en efectivo. En su momento había estado disponible en una cadena de farmacias y en estaciones de servicio, por ejemplo.