Este lunes se detectó en el puerto belga de Amberes una carga con 381 kilos de cocaína en el buque Grande Nigeria de la marítima Grimaldi que había estado en el puerto de Montevideo a principios de octubre. La Dirección Nacional de Aduanas (DNA) informó mediante un comunicado que el contenedor que tenía la droga “fue escaneado por los funcionarios de la DNA y no estaba contaminado en ese momento”.
Este lunes y horas antes de conocerse la información, Ceres difundió un informe titulado “Cómo opera el narco en el mar uruguayo”.
Allí explica que el transporte marítimo es la columna vertebral del comercio mundial al mover más del 80% del volumen de los bienes a nivel global. Y como cualquier producto comercial, la cocaína busca la manera más eficiente de ser trasladada y encuentra en el transporte marítimo el modo ideal para hacerlo. Entonces, los buques de ultramar se convierten en un objetivo central del narcotráfico.
Las maniobras del narcotráfico
El informe señala que el método conocido como “gancho ciego” (rip on/rip off) y sus variantes se consolidaron en los últimos tiempos como los mecanismos predominantes para contaminar carga marítima.
https://www.bbc.com/mundo/articles/c14p8yl3462o
Gustavo Ocando Alex
Para aplicar el método de “gancho ciego” se privilegian cargas perecederas o de tránsito rápido, reduciendo así la probabilidad de revisiones exhaustivas de las autoridades aduaneras locales. Ceres expone que de esa forma el contenedor puede salir del país con un nivel relativamente bajo de riesgo de detección.
El documento indica, tomando en cuenta la visión de expertos, que esa maniobra suele implicar la complicidad de personal portuario y se efectúa con técnicas destinadas a minimizar la evidencia de la manipulación.
El contenedor dentro del puerto es abierto, habitualmente durante la noche o en áreas con baja supervisión, se rompe el precinto original del contenedor, se introduce la droga y finalmente se coloca un nuevo precinto clonado.
Luego es embarcado con normalidad hasta el puerto de destino con el desconocimiento de los exportadores o importadores propietarios de la carga.
El proceso termina en el puerto de destino cuando el contenedor se abre antes del registro aduanero, se retira la droga y se restituye el precinto adulterado.
Otra maniobra es conocida como “sube y baja” (drop on/drop off). En este caso, un barco menor transporta la droga hasta el buque de carga en alta mar. Allí, las bolsas con droga son izadas y escondidas dentro del carguero sin que eso modifique el itinerario.
La operación termina antes que el buque llegue al puerto de destino con la descarga de la droga a embarcaciones menores. Ceres señala que cuando se utiliza esta modalidad, los contenedores refrigerados son los más utilizados, ya que poseen compartimientos ideales para ocultar carga.
La tercera técnica se denomina “parásito” y es catalogada como la más difícil de detectar. Consiste en adosar cilindros metálicos al buque por debajo de la línea de flotación. A estos cilindros se les llama “parásitos”. Para esta maniobra se necesita el trabajo de buzos profesionales, tanto en el puerto donde se realiza la maniobra como en el de destino de la carga.
Según el informe, la ventaja de esta modalidad para el narcotráfico es que puede no requerir la connivencia de ningún tripulante del buque.
El informe también dedica un capítulo a la zonas de alijo y transferencia en el Río de la Plata. Esas áreas son destinadas para que los buques esperen turno de atraque en los muelles portuarios de carga o para realizar operaciones de abastecimiento o almacenamiento. Explica que con el incremento de la actividad económica regional, en esas zonas hay un ingreso y egreso continuo de buques y es muy variable tanto la cantidad de buques como las horas de espera.
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Cinco buques cancelaron su ruta con el puerto de Montevideo.
Leonardo Carreño
“A veces sorprende observar desde la costa de Montevideo, Canelones o Maldonado la cantidad de luces en el horizonte, más si se hace desde altura”, dice Ceres.
Añade que durante una semana en la que se elaboraba el informe se contabilizaron entre 23 y 31 buques fondeados en las zonas próximas a la costa uruguaya.
“La existencia de estas zonas, establecidas originalmente para ordenar el tránsito y las operaciones marítimas, ha generado de manera indirecta un escenario propicio para la anidación del narcotráfico”, menciona.
Agrega que la alta concentración de buques, sumada a la permanencia prolongada en áreas de fondeo y la dinámica constante de ingreso y egreso, representan una ventana de oportunidad para que organizaciones criminales intenten contaminar embarcaciones con cargamentos de droga.
El texto recuerda que la seguridad y el control de las aguas jurisdiccionales del Río de la Plata, así como en el mar territorial, zona contigua y zona económica exclusiva corresponden a la Armada Nacional. “Su labor resulta esencial para la detección y prevención de actividades ilícitas, la protección de la navegación y la preservación de la soberanía marítima. Pero para hacerlo necesita herramientas, presupuesto, tecnología y voluntad política del Estado uruguayo”, concluye.