18 de noviembre 2025 - 16:16hs

Tal como anticipaban las encuestas, la oficialista Jeannette Jara salió primera en las elecciones de Chile del domingo, pero tendrá que disputar la presidencia en un balotaje con el ultraconservador José Antonio Kast, del Partido Republicano, el 14 de diciembre. Ese día, los chilenos deberán elegir entre dos candidatos con ideas y agendas completamente contrapuestas, que ahora deberán refinar en un intento por captar a gran parte del electorado, después de que entre ambos alcanzaran poco más del 50% de los votos.

En este contexto, la directora del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA) para América Latina y el Caribe, la politóloga Marcela Ríos Tobar, habló con El Observador USA sobre lo que dejó la jornada del pasado domingo, como la sorpresa de la irrupción de actores como Franco Parisi. La ex ministra de Justicia y Derechos Humanos (2022-2023) destacó en ese sentido la aparición del sentimiento antipolítica y dio algunas claves sobre cómo podrían desenvolverse las campañas en las próximas semanas.

Marcela Ríos Tobar - EFE
Marcela Ríos Tobar

Marcela Ríos Tobar

¿Cómo evalúa el desempeño de los candidatos y los resultados de las elecciones de este domingo?

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A grandes rasgos, los resultados han sido predecibles porque las encuestas ya mostraban que lo más probable era que estos dos candidatos sean los que pasarían a la segunda vuelta. Sin embargo, creo que también tuvimos sorpresas: los sondeos no vieron venir la irrupción del candidato que terminó en tercer lugar, Franco Parisi. Había toda una discusión de que habría un empate entre los dos candidatos de la ultraderecha, pero al final no fue así. El candidato de ultraderecha Johannes Kaiser terminó en cuarto lugar, bastante por detrás de Parisi, que nadie pensaba que iba a conseguir tan buen resultado. Entonces, a mi parecer, esa fue una de las principales sorpresas de la jornada: no sólo su resultado en tercer lugar, sino el éxito que logró, a nivel nacional y parlamentario, que seguramente va a tener mucho impacto para lo que viene.

¿Cree que el sorpresivo resultado de Parisi es una muestra de que el electorado está cansado de los políticos más tradicionales y lo que quiere son soluciones, más allá de quién sea el candidato?

Creo que lo que estamos viendo es que hay importantes sectores del electorado que son personas menos politizadas, menos conectadas, con menos confianza en los partidos, que no se identifican ni con la izquierda ni con la derecha, y que están mucho más disponibles a apoyar distintas candidaturas y cambiar sus preferencias de una elección a otra. Así, entonces, hemos tenido lo que parecieran ser extrañas fluctuaciones entre partidos de derechas y otras alternativas, que muestran efectivamente eso: una búsqueda de alternativas que respondan más a lo que los electores están demandando en esos momentos.

Parisi Chile
Franco Parisi dio la sorpresa al quedar tercero en la primera vuelta

Franco Parisi dio la sorpresa al quedar tercero en la primera vuelta

De cara al balotaje, ¿cómo cree que se reformularán las campañas de Kast y Jara?

Van a ser mucho menos de propuestas, en términos tradicionales de política pública, y mucho más de tratar de conectar con los sectores que no votaron por ninguno de ellos. Creo que ahí es donde Jara va a tener que apelar a distintas alternativas. Hay una discusión que tiene que ver con sentimientos anti continuidad, anti política, con el miedo y la rabia respecto a la inseguridad, de los cuales la candidata también se tiene que hacer cargo. Es por ello que se centrará en una búsqueda más bien pragmática de alternativas que le permitan conectar con aquellos sectores que votaron por otras alternativas. De todas formas, algo a tener en cuenta es que a los electores no se los puede clasificar solamente en términos ideológicos –de izquierda y derecha– sino que hay un abanico de diferencias y alternativas en términos de regiones, por ejemplo, entre el norte del país, el centro y el sur, entre mujeres y hombres, personas que históricamente votaron como parte de los sectores más politizados y aquellos que no votaban y ahora lo hicieron por la introducción del voto obligatorio. Esa mezcla de factores implica que necesariamente hay que buscar alternativas creativas para poder llegar a esos electores diversos.

No va a ser un ejercicio aritmético, no es que podamos sumar y restar de manera tan lineal los votos de los candidatos que quedaron fuera del balotaje, sino que creo que se van a dar dinámicas de votos cruzados. No va a ser un ejercicio aritmético, no es que podamos sumar y restar de manera tan lineal los votos de los candidatos que quedaron fuera del balotaje, sino que creo que se van a dar dinámicas de votos cruzados.

Casualmente estas elecciones expusieron la polarización en las distintas regiones del país y en los distintos rangos etarios, por ejemplo con Kast concentrando el voto joven, y Parisi el del norte minero. ¿Qué opinión le merecen estos desempeños de los candidatos?

Si bien no fueron datos que generaran gran sorpresa a nivel general, sí creo que el caso de Parisi fue el menos esperado de todos. Recordemos que el candidato ya había conseguido un 12% de votos en 2021, pero había tenido supuestamente un fuerte desgaste, problemas legales, estaba fuera del país, tenía una bancada en el Congreso que se desarmó, y no logró mantener su partido durante toda la legislatura por falta de cohesión. Por todo eso, entonces, había poca expectativa de que pudiera remontar esa situación e instalarse con una posición tan clara, como acabó ocurriendo. Luego, en términos de grupos, es algo más consistente: la derecha tiene un apoyo histórico en los sectores más politizados del sur del país y en las zonas más afluentes de Santiago, donde se concentra la población de mayores ingresos, mientras que en el norte hemos visto que la población con voto obligatorio es bastante cambiante en sus preferencias. En otras palabras, ese electorado no necesariamente tiene posiciones muy estables de derecha en términos ideológicos y, por lo tanto, puede cambiar sus preferencias dependiendo del contexto.

CHile - campaña - 11-11-25 - AFP

¿Cómo podría desenvolverse el norte en el balotaje?

Para la candidata de izquierda es un sector difícil, ya que existen ciertas condiciones que hacen que ese electorado esté hoy más tendiente a apoyar a la derecha. Primero, porque ahí hay una fuerte diferencia de género: en su mayoría se trata de hombres que es poco probable que estén abiertos a acompañar a Jara, básicamente por una disonancia con sus propuestas. No obstante, dependiendo de la narrativa que la política construya, puede ser que encuentre en los temas de economía, empleo, seguridad social y medio ambiente, alternativas en sectores del electorado que todavía estén disponibles para apoyarla. En resumen, no va a ser un ejercicio aritmético, no es que podamos sumar y restar de manera tan lineal los votos de los candidatos que quedaron fuera del balotaje, sino que creo que se van a dar dinámicas de votos cruzados.

Las primeras estimaciones ya dan a Kast ganador por sobre Jara e, incluso, algunos analistas insisten en que Jara tendrá dificultades para ampliar su base de apoyo no solo en el norte sino a nivel nacional, ¿coincide con esta evaluación?

Creo que aquí el peso de la historia es muy importante. Recordemos que en Chile la última vez que un presidente le pasó la banda a alguien de su propio sector fue en 2006 con Ricardo Lagos, cuando ganó Michelle Bachelet en primera vuelta. Desde entonces, todos los mandatarios le han pasado la banda presidencial a alguien de la oposición; ha ganado la oposición de manera permanente por casi 20 años. Entonces, considerando este antecedente, lo más probable es que esa tendencia a la alternancia, que ha puesto a Chile como uno de los ejemplos paradigmáticos de péndulo, se ratifique. Creo que eso es ciertamente lo más probable. Sin embargo, es importante remarcar un factor no menor: todas las elecciones anteriores se dieron bajo voto voluntario, donde la participación fluctuaba entre el 50%, el 56% o el 60% cuanto mucho, y ahora estamos ante un escenario de voto obligatorio, con un 85% de participación. Este gran caudal de votos que se ha sumado, de casi cinco millones de personas, son electores más fluctuantes, que tienen preferencias político-ideológicas menos duras, y que pueden cambiar de opinión más fácilmente. A lo que me refiero, entonces, es que si bien lo más probable es que gane la oposición, no se trata de una elección cerrada, y aún podría haber una sorpresa. Improbable, pero podría existir.

Jeanette Jara - 17-11-25 - AFP
Jeannette Jara

Jeannette Jara

Es imposible que la izquierda pueda competir en la cancha de la derecha en términos de seguridad. En todas partes, cuando se trata de mover el discurso para competir con las medidas más punitivistas, concentrando la discusión solo en seguridad, se trata de una discusión perdida Es imposible que la izquierda pueda competir en la cancha de la derecha en términos de seguridad. En todas partes, cuando se trata de mover el discurso para competir con las medidas más punitivistas, concentrando la discusión solo en seguridad, se trata de una discusión perdida

Jara tuvo un desempeño por debajo de lo que se preveía, pese a quedar en primer lugar. ¿A qué se pudo deber?

Es super difícil evaluarlo porque, como mencionaba antes, esta fue una elección diferente a instancias anteriores, por la implementación del voto obligatorio. Nunca en la historia del país habíamos tenido una elección de este tipo, entonces, es difícil establecer puntos para el análisis. Sin embargo, creo que hubo distintos factores, algunos tal vez tuvieron que ver con ella y su campaña, y otros más relacionados con lo que pasó del otro lado [en la derecha]. Por ejemplo, creo que terminó siendo una buena decisión de la derecha no tener una primaria, porque gracias a ello logró ampliar su base de apoyo y la primera vuelta se convirtió en su primaria, lo que despertó mucho más interés y movilización por parte de sus seguidores. En cambio, la centroizquierda definió su candidatura antes y acabó teniendo un efecto contradictorio. Asimismo, otra de las cuestiones es que, ciertamente, instalar un discurso distinto del de la seguridad, en un contexto estructural tan adverso para la centro-izquierda que está en el poder, era muy difícil y creo que no se encontró la clave para llegar a esos sectores que están enojados con la política, con el rumbo del país, que no aprueban al gobierno y que tienden a votar por la oposición. Entonces, si bien era muy difícil, seguramente habría que haber buscado tocar otras teclas para conectarse con esos grupos clave.

¿Cuáles serían esas teclas?

Es imposible que la izquierda pueda competir en la cancha de la derecha en términos de seguridad. En todas partes, cuando se trata de mover el discurso para competir con las medidas más punitivistas, concentrando la discusión solo en seguridad, se trata de una discusión perdida. En mi opinión, organizar un relato y una propuesta como hizo la candidata estuvo bien, pero hay que hacer mucho más respecto a la calidad de vida, las condiciones de vida en términos económicos, de vivienda, de costos, salarios, esos son los ejes importantes. Por otro lado, creo que es errado esconder las diferencias en términos de agenda de género. Las mujeres han mostrado ser un electorado al que le importa la igualdad y defender los derechos adquiridos, y por tanto hay que poner esos temas al frente de la discusión, porque apelan a un sector específico e importante de movilizar. Evidentemente, la candidata va a tener muchas más dificultades para afianzarse en los hombres mayores de 50 de ciertas regiones y es por ello que tiene que hacer todo lo posible por buscar apoyo en los jóvenes, las mujeres y las mujeres mayores, con políticas de seguridad social, pensiones y cuidado, entre otras, para contrarrestar a esos otros electorados que difícilmente acompañen su agenda de protección social.

José Antonio Kast -16-11-25 - AFP
José Antonio Kast

José Antonio Kast

¿Cuáles creen que serán los principales desafíos de Kast de cara al 9 de diciembre?

En su caso, en algún sentido, tiene la moneda inversa. Kast en 2021 no logró ganar porque generó grandes niveles de rechazo, particularmente entre las mujeres. Esta vez, sin embargo, ha tenido mucho cuidado de mantenerse lejos de discusiones como el aborto, los derechos sexuales, el cambio climático, dejó de referirse a propuestas como la eliminación del Ministerio de la Mujer, toda esa agenda más tradicional de la ultraderecha mundial la ha sacado de su programa. De todas formas, creo que es importante que se vuelque y busque apoyos en el electorado femenino, dando garantías de que no habrá retrocesos en materia de derechos adquiridos en una eventual presidencia suya. A su vez, tiene que cortar con los discursos de negacionismo de la dictadura y el pasado. Si bien son temas que le importan a un sector minoritario, al final del día, aumentan el nivel de rechazo y generan miedo en sectores más moderados de derecha y centro, por verse como retrocesos en materia de derechos humanos.

Estados Unidos mencionó seguir con gran expectativa el resultado de las elecciones, especialmente con el anhelo de reflotar las relaciones con Chile y sumarlo a su lista de aliados regionales.

Sí. Estados Unidos está teniendo un rol muy activo en la política latinoamericana, apoyando candidaturas en distintos países. Esa es una dinámica que vemos sistemáticamente. Sin embargo, pese a su interés, a diferencia de otros países, las posiciones que adopte no tienden a tener un peso muy relevante en Chile. Los temas de política exterior son bastante lejanos a las disputas internas y no mueven demasiado las preferencias del ciudadano común y corriente que irá a las urnas. De todas formas, obviamente el vínculo y el rol que asuma va a ser importante para el gobierno futuro a nivel de relaciones, en particular en un país cuyo principal socio comercial hace más de una década es China, tanto durante los gobiernos de derecha como de izquierda, y podría sí ser muy gravitante para los empresarios y ciertos sectores.

Por último, más allá del desempeño de los candidatos presidenciales, ¿cómo evalúa el resultado de las elecciones a nivel parlamentario?

A nivel del Congreso, los resultados van a ser también muy importantes porque una de las claves es que, si bien la derecha tuvo un muy buen desempeño, no fue el que se esperaba. De hecho, no hay una correlación directa con el apoyo que las tres candidaturas lograron en la presidencia. Se necesitan cuatro séptimos para poder llevar adelante reformas constitucionales, y la derecha carece de ese número. Esto significa que, en el caso de que gane Kast, el partido de Parisi, que logró 14 escaños, va a terminar siendo muy importante porque actuará como una suerte de bisagra entre la izquierda tradicional y las derechas. Ciertamente Kast –o en el improbable escenario de que ganara Jara– va a tener un Congreso complejo y tendrá que sentarse a negociar con este “nuevo actor”, que tendrá un poder importante.

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