De lo último de la premio Nobel Han Kang a dos novedades de las letras uruguayas, una lista de títulos para echar mano y refugiarse de las primeras olas de frío polar
Frente al pelotón de fusilamiento, el soldado López empieza su periplo. Con una nueva oportunidad de vida ante él,
cambiará involuntariamente de bando en una guerra civil que desangra a su país, se convertirá sin desearlo en héroe y terminará enfrentándose con su pasado, su identidad y su destino. López López es una novela breve, ágil y precisa firmada por el argentino Tomás Downey, que tenía como antecedentes tres volúmenes de cuentos. A pesar de su brevedad, López López contiene multitudes en la saga de su protagonista. Aparecen en ella reflexiones sobre la futilidad de la guerra, la deshumanización de los ejércitos, la necesidad de propósito, el amor, la supervivencia y lo efímero de todo lo que nos rodea. López, sin destino claro, con la memoria de su pareja y de su madre siempre presentes, y empujado por las circunstancias, viaja por un país que se pinta en unas pocas pinceladas pero bien cargadas y suficientes para componer un mundo propio. Esa economía es la que hace también uno de los grandes puntos a favor de esta historia, que tiene una cualidad magnética y a un protagonista fascinante. (Fiordo, $ 790)
A fuerza de historias desmesuradas, ambiciosas en su estructura y también en la forma en la que le hincan el diente a la idiosincrasia uruguaya, el escritor montevideano Diego Recoba está hoy posicionado con justicia entre los mejores narradores que tiene la literatura contemporánea en el país. Poco más de un año después de la publicación de su obra más paquidérmica y premiada, El cielo visible —que se llevó el Premio Nacional de Literatura y el Bartolomé Hidalgo—, Recoba vuelve a las librerías con otra historia de correrías internacionales, investigaciones pretéritas y metaliterarias, y una búsqueda: la de una misteriosa cantante pop de los años 80 en Uruguay, que dejó un disco memorable y desapareció misteriosamente de la faz del planeta. La historia le sirve al autor para volver sobre algunas de sus obsesiones: el legado de la cultura popular uruguaya en la construcción de una identidad nacional deslocalizada de las zonas de privilegio, el peso del pasado en las generaciones actuales y las posibilidades de la novela como dispositivo narrativo expansivo. (Estuario, $690)
El mapa uruguayo de los coming-of-age o historias de maduración ha sumado unos cuantos miembros nuevos a un club con más de un par de joyas selectas. Desde el super hit de La insumisa, de Cristina Peri Rossi, hasta la elogiada primera novela de Eugenia Ladra, Carnada, son unas cuantas las voces que han enfocado la narración a ese período de la historia en formación de sus personajes centrales. El último libro de esa lista podría ser tranquilamente Gurisas chicas, de Dani Olivar, que comparte con Carnada el hecho de que funda su relato en el retrato casi antropomórfico de un paraje del interior —en este último caso, en su segunda parte, el balneario ficcionalizado de Las Maravillas—. Gurisas chicas sigue a Anita, una niña que crece en medio de un contexto en el que la violencia aparece en la superficie y por debajo de ella, y cuya historia se entremezcla con la de su madre, su tía, su amiga Cuca y el resto de las mujeres que pintan el paisaje descarnado pero no carente de luz de esta obra. Gurisas chicas, además, fue la obra elegida por el jurado en el último Premio Onetti. (Criatura, $690)
Mientras que para nosotros los occidentales el color del luto y la muerte es el negro, en los países del Este de Asia, ese color es el blanco. Y este es un libro sobre la muerte, pero también sobre el pasado, las posibilidades frustradas, y de alguna forma, como todo libro sobre la muerte, es también un libro sobre la vida. Firmado por la ganadora más reciente del Premio Nobel de Literatura, la escritora surcoreana parte de la muerte de la hermana mayor de la narradora, una mujer surcoreana establecida en Varsovia, fallecida pocas horas después de nacer y cuyo fantasma pesó siempre sobre su familia. A través de ella crea una combinación de ficción y ensayo sobre la pérdida en el que imagina como habría seguido esa vida truncada, y narra con profunda belleza y delicadeza la convivencia permanente con las cuestiones más efímeras y frágiles de la existencia. Es también una colección de reflexiones sobre el trauma, el personal y el histórico, un libro conmovedor y doloroso, pero también sanador. (Random House, $ 890)
Blanca es especial. Lo descubre de casualidad, cuando su madre la abandona, una compañera de clase empieza a burlarse de ella, y Blanca usa sus habilidades hasta entonces desconocidas para matarla. Entre el peso de esos traumas, la complicada relación con su padre y la sensación de que no encaja en ningún lado, encontrará en el todavía incipiente e inocente internet de fines de la década de 1990 el refugio necesario, y a un grupo de amistades virtuales que la acompañarán en un viaje de autodescubrimiento. Después de la hilarante novela de oficina El descontento, la periodista y escritora española Beatriz Serrano sigue su recorrido con esta historia generacional, llena de un humor ácido y mordaz, personajes memorables y tiernos, cuyas desventuras son contadas por una voz narradora llena de gracia. (Planeta, $ 990)
Se dice que cuando en una familia nace un escritor, esa familia está condenada a la destrucción. La frase es popular y algo catastrófica, aunque sí tiene una cuota de verdad: muchas son las ocasiones en la que los escritores han vuelto la mirada hacia el centro de sus familias, a sus historias, y comenzaron a escribir a partir de lo que se encontraron allí. Y en ocasiones la ecuación ha resultado en caos y desmantelamiento de los vínculos. Ese resultado no es al que llegó la escritora española Laura Ferrero, pero en su novela Los astronautas propone un ejercicio que rodea la ficción para investigar la historia del divorcio de sus padres, un hecho fundacional para ella que, a la vez, está rodeado de secretismo, misterio y amenazas. Ferrero construye así una historia de origen conmovedora y prístina donde el pacto con el lector se afianza en lo no dicho y en la analogía que la autora hace con los hechos que le dieron forma a la carrera espacial entre EEUU y la URSS. (Alfaguara, $1050)