Con la reformulación del proyecto de HIF Global, el gobierno uruguayo considera que se atendieron los principales cuestionamientos planteados por Argentina sobre la planta de producción de hidrógeno verde que se proyecta construir en Paysandú.
“Está subsanado”, afirmó el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez —durante un almuerzo con periodistas, organizado por el Centro de Estudios para el desarrollo de las Telecomunicaciones y el Acceso a la Sociedad de la Información de América Latina (Certal)—, al referirse a las tensiones generadas por la ubicación y escala del emprendimiento en la ribera del río Uruguay.
Según explicó, el gobierno transmitió a HIF Global los reclamos provenientes de Colón, del lado argentino, especialmente sobre el impacto visual que tendría la infraestructura desde esa ciudad.
Como respuesta, la compañía presentó una versión reformulada de su proyecto que incluyó, entre otras cosas, reubicar las chimeneas hacia el noreste, reducir en un 35% de la superficie total de la planta, disminuir en un 70% la intervención sobre el monte nativo y ampliar el área de reserva de biodiversidad.
“Los inversores han hecho modificaciones sustantivas para poder mitigar las observaciones de Argentina. Entendemos que con las acciones que está llevando adelante Uruguay, se ha escuchado” al país vecino y por eso “creemos que está subsanado”, aseguró el jerarca.
El rediseño del proyecto permitió que el Ministerio de Ambiente aprobara la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) y luego la Junta Departamental de Paysandú aprobó la recategorización de suelos, lo que habilita el avance hacia la próxima etapa: la solicitud de viabilidad ambiental de localización ante la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea).
Reclamos binacionales
Sánchez afirmó que la iniciativa original no fue tramitada adecuadamente ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), ámbito binacional que regula los usos del curso fluvial compartido. Según dijo, la falta de diálogo y el anuncio de una inversión de magnitud generaron desconfianza en la contraparte argentina.
“Cuando vos decís que va a haber un proyecto de US$ 5.000 millones de hidrógeno verde y no sé cuántas cosas más, y no dialogás, inmediatamente lo que surge son los problemas”, afirmó y comparó la situación con los antecedentes de la instalación de las plantas de celulosa.
Desde la empresa han confirmado que la inversión prevista se mantiene en US$ 6.000 millones, de los cuales US$ 4.000 millones serán para la planta y US$ 2.000 millones para la construcción de los parques de energías renovables. Sin embargo, Sánchez relativizó el monto originalmente anunciado, a su juicio, el proyecto no representará una inversión de US$ 5.000 millones, sino de unos US$ 1.000 millones.
“Serias intenciones de potenciar inversiones de hidrógeno verde”
Más allá del caso puntual, Sánchez sostuvo que el gobierno uruguayo mantiene su compromiso con la agenda del hidrógeno verde, aunque reconoció que a nivel global el impulso inicial perdió fuerza.
“Los países ricos la han frenado muchísimo”, dijo, al señalar que la guerra en Ucrania llevó a que Europa postergara algunas inversiones en energías limpias para priorizar el acceso a energía asequible.
Sin embargo, subrayó que Uruguay tiene ventajas para posicionarse como proveedor regional por su matriz energética renovable y la infraestructura desarrollada en los últimos años.
“Tenemos serias intenciones de potenciar las inversiones de hidrógeno verde en la región y creemos que tenemos oportunidad porque el gran componente para que tanto el hidrógeno verde o los data centers se coloquen es cuánta energía hay. Y Uruguay tiene energía verde”, sostuvo.
Sánchez aseguró que, además de HIF, hay “varios” proyectos en consideración por parte del gobierno.