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20 de diciembre 2025 - 5:00hs

Si la reacción del gobierno de Yamandú Orsi a la aceptación del Acuerdo Transpacífico de negociar formalmente la incorporación de Uruguay fue moderada, distinto iba a ser el tono un mes después: en Torre Ejecutiva y en Cancillería sabían que el gran “gol a gritar” en política exterior sería la firma final del acuerdo Mercosur- Unión Europea.

El entorno de Orsi confiaba en las condiciones geopolíticas que como nunca antes empujaban a los europeos a asegurarse del otro lado del Atlántico un punto de equilibrio entre Estados Unidos y China. Pero el giro de Italia, “el fiel de la balanza” en palabras del presidente uruguayo, desterró la expectativa del Mercosur de llegar a la firma este sábado 20 de diciembre en Foz de Iguazú.

El canciller Mario Lubetkin, que el 27 de junio obtuvo de su par italiano Antonio Tajani la confirmación de que Italia no se opondría al acuerdo, debió reconocer casi seis meses después en el Consejo Mercado Común su “desilusión” por la “falta de consensos internos en el seno de la Unión Europea” que imposibilitaron cumplir con el cronograma previsto.

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La “desilusión” referida por Lubetkin será de hecho el término expresado en una declaración general que será emitida en el correr del sábado tras la reunión de los presidentes del Mercosur, según reconstruyó El Observador.

Su inmediato antecesor, el excanciller nacionalista Omar Paganini, bajo cuya administración ocurrió el cierre de las negociaciones, fue más lejos: para él hubo un “golpe fuerte de confianza” por parte del bloque europeo que hace propicio para Uruguay “empezar a mirar a otro lado”, como la apertura de mercados en Asia y el ingreso efectivo al Acuerdo Transpacífico.

Valeria Csukasi y Mario Lubetkin

De hecho, Lubetkin encabezó este viernes el reclamo uruguayo de no “desconocer que las necesidades de cada Estado Parte no siempre coinciden” y que Uruguay cree “posible fortalecer y repotenciar el bloque mediante la modernización de las modalidades de negociación con terceros” y la posibilidad de “distintos ritmos”.

En esa línea, el canciller llamó a “concluir las negociaciones con los Emiratos Árabes Unidos a la mayor brevedad” y las tratativas con Canadá “desde una mirada pragmática” para “llegar a un resultado alcanzable en el corto plazo”. También convocó a la nueva presidencia pro témpore paraguaya a “profundizar” el acuerdo con India, “avanzar en negociaciones sustantivas con Vietnam” y procurar los acuerdos de libre comercio con Indonesia, Corea y el Reino Unido”.

El analista internacional y académico Ignacio Bartesaghi, quien suele cuestionar que la agenda del gobierno de Orsi parecía no reivindicar negociaciones claves y limitarse exclusivamente a la firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea, esta vez ponderó el discurso de Lubetkin y refirió a un “cambio de posición”.

Según informaron medios internacionales a partir de fuentes europeas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, propuso a los jefes de Estado retomar la firma para el 12 de enero en Paraguay. El presidente del Consejo Europeo, António Costa, también matizó la gravedad de esta postergación: “No se pierde mucho con estas tres semanas después de 26 años”, declaró este exprimer ministro socialista de Portugal.

La fecha no fue ratificada por los cancilleres del Mercosur en la sesión del Consejo Mercado Común de este viernes, y de hecho en Cancillería desconfían de que la firma siquiera llegue en enero.

Por lo pronto, los embajadores de la Unión Europea ya pospusieron para el lunes que viene la discusión en torno al acuerdo con Mercosur que estaba prevista para este viernes.

Eso sí, los cuatro miembros del Mercosur mantuvieron su apuesta por rubricar el acuerdo en el corto plazo una vez que la Unión Europea resuelva sus desavenencias internas.

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El partido de la ultraderechista Giorgia Meloni, Hermanos de Italia, se perfila como el más votado en su país.
El partido de la ultraderechista Giorgia Meloni, Hermanos de Italia, se perfila como el más votado en su país.

Lula y Meloni

Con el 13% de la población del bloque, Italia es un jugador de peso para constituir junto a países como Francia y Polonia una minoría de bloqueo en el Consejo Europeo, que debe confirmar o descartar el acuerdo con el Mercosur. Para aprobarse deben votar a favor al menos 15 de los 27 países miembros, y evitar que al menos cuatro estados que reúnan el 35% de la población de la Unión Europea se opongan.

La primera ministra italiana Giorgia Meloni pateó el tablero el miércoles cuando afirmó en su país que consideraba “prematuro” avanzar hacia la firma con el Mercosur este mismo sábado 20 de diciembre.

A pesar de que primero emitió un ultimátum de que era “ahora” o nunca, el Brasil de Lula Da Silva aflojó su posición luego de una conversación del líder petista con la italiana Meloni. Lula contó que la primera ministra europea le aseguró que “no se opone” al acuerdo pero que tiene “problemas políticos con los agricultores”. El brasileño confió en la palabra de Meloni de que se siente “capaz” de convencer a los productores y reconstruyó que ella le pidió “tener paciencia” por “máximo un mes”. Lula sentenció que “la esperanza es lo último que se pierde”.

El brasileño ya había avisado el miércoles a la Unión Europea que si le cerraba el paso al acuerdo iban “a ser duros a partir de ahora”, porque ya cedieron “en todo lo que la diplomacia podía ceder”. En una entrevista con EBC, su canciller Mauro Vieira declaró que “si no se concluye, no hay más que negociar” y que Brasil pasaría a “dirigir” su “atención y energía a otros socios importantes que están en la fila” como Japón y Reino Unido.

https://www.bbc.com/mundo/articles/cvgv8k9yl5go
Lula afirma que quiere tener relaciones con Trump como jefes de Estado y asegura que para eso no hace falta que coincidan ideológicamente.
Lula afirma que quiere tener relaciones con Trump como jefes de Estado y asegura que para eso no hace falta que coincidan ideológicamente.

El Parlamento Europeo aprobó a mediados de la semana las nuevas cláusulas de salvaguardia diseñadas para calmar el descontento de los agricultores, que desplegaron importantes movilizaciones en Bruselas. Con esto la Comisión Europea quedaría obligada a investigar aumentos repentinos de demanda de carne proveniente de países del Mercosur si las importaciones aumentan más del 5% o si tienen un precio más barato de 5% o más en comparación a los productos europeos.

Los eurodiputados también endurecieron medidas que ahora deben negociarse en el seno del Consejo Europeo. Una de ellas es la “obligación de reciprocidad” que exigiría a países del Mercosur a aplicar los mismos estándares de producción que los de la Unión Europea para acceder a sus mercados. Esa posición a favor de medidas espejo ha sido uno de los puntos de la Italia de Meloni en las negociaciones.

En una columna publicada este viernes en El Observador por el diplomático uruguayo Guillermo Valles, el brasileño Jorio Dauster y el paraguayo Manuel María Cáceres, los tres exembajadores objetaron que “lo ocurrido no puede explicarse por dificultades técnicas ni por supuestas incompatibilidades estructurales”.

“El Mercosur aceptó incluso reducir drásticamente su acceso al mercado europeo: el cupo para carne vacuna quedó limitado a unas ínfimas 90.000 toneladas anuales (peso carcasa). ¡El equivalente a una hamburguesa por persona por año!", escribieron. "Y aun así se argumenta que la identidad cultural de la agricultura francesa estaría en peligro. No es cierto. Lo que falló fue la política. Y, en particular, la política europea”.

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