En el complejo entramado financiero de la empresa Conexión Ganadera, este miércoles se develaron nuevos detalles, con la declaración en Fiscalía del titular de Pasfer, Maximiliano Rodríguez. Según reconstruyó El Observador, el empresario afirmó que Gustavo Basso le pidió que firmara esos contratos "como condición" para prestarle dinero.
Al declarar en Fiscalía por casi tres horas, Rodríguez contó que Basso le llegó a prestar en total US$ 13 millones aunque señaló que lo hacía en calidad de adelanto de dinero a cuenta de las futuras ventas de ganado, ya que el escritorio rural Basso vendía el ganado de Pasfer. Afirmó que su empresa vendía unos US$ 5 millones de ganado al año, entonces para poder funcionar le pedía a Basso que le adelantara dinero y de esos adelantos Basso se cobraba luego al concretar las ventas. Además, dijo que él le fue devolviendo dinero a las cuentas personales del floridense y que eso se puede acreditar.
Fue por eso que alegó ser acreedor del concurso de la herencia de Basso y se presentó a verificar sus créditos. En ese sentido comentó que le ofreció al síndico Alfredo Ciavattone pagarle a los 69 damnificados, con los que tiene contrato firmados como tomador el dinero que invirtieron, con una quita. Su oferta implica que lo que logre recuperar en el concurso, donde reclama US$ 4,5 millones, lo volcará a los inversores que tienen contrato con Pasfer.
Rodríguez, que estuvo asistido por los abogados Alejandro y Carlos Balbi, relató que él no sabía que era "tomador" de Conexión Ganadera, hasta que se reunió con el síndico. Allí se enteró también de que el dinero que Basso le entregaba salía de las inversiones que realizaban los damnificados. Dijo que firmaba los contratos sin leerlos.
Como ya había confirmado cuando declaró a fines de marzo en Fiscalía, dijo que estampó su firma en más de 60 contratos, del total de 69 en los que figura Pasfer como tomador. Agregó ahora que así se lo había pedido Basso, en quien él tenía total confianza y se lo había puesto "como condición" para darle la "asistencia financiera". En la anterior instancia había dicho: “Basso para mí era una roca financiera. Para mí era el BROU”.
Sin embargo, Rodríguez dijo que hay cuatro o cinco contatos que én no firmó y que hay más de 20 contratos en los que el ganado nunca ingresó a su campo.
Ante una pregunta del fiscal sobre por qué había manejado determinadas cifras sobre el campo donde tenía el ganado de Pasfer, Rodríguez afirmó que hizo esa declaración jurada "a ojo". Relató que un consultó a un amigo que no estaba vinculado a Conexión Ganadera, pero sabía de temas agropecuarios y le dijo que era una cifra acorde.
El campo que manejaba Rodríguez se ubicaba en el departamento de Treinta y Tres y tenía unas 12.000 hectáreas.
Con respecto a sus socios Jorge Muracciole y Goerge Grunett, también citados este martes y quienes declararon luego de Rodríguez, dijo que sólo aportaron capital -uno US$ 600.000 y el otro US$ 2 millones- pero que quien administraba y gestionaba la empresa era él. A su turno, los socios afirmaron que nunca recuperaron el dinero que habían invertido y se deslindaron de las negociaciones con Basso.
Fiscal aguarda un informe y resolverá si imputa a Rodríguez antes de enero
Según supo El Observador, el fiscal Rodríguez está decidido a resolver sobre el capítulo Pasfer antes de la feria judicial de enero y definir si imputa al responsable de Pasfer y por qué delito.
Antes de eso, aguardará que Maximiliano Rodríguez le entregue la documentación que acredite, según aseguró y se comprometió, que la venta que se concretó el pasado 30 de diciembre, de 3.500 cabezas de ganado en un remate, no fue decidida por él sino por el entorno de Basso.
El fiscal también le pidió al síndico que aporte información sobre esa venta de diciembre.
No obstante, las fuentes apuntaron a que lo importante es que faltan los animales, no tanto quien los vendió.
Rodríguez había admitido ya que entre diciembre y enero les ofreció a algunos inversores comprarles el ganado al 60% del precio. De esa forma, él lograba recuperar algo del capital que había invertido y los inversores que tenían ganado en sus campos cobraban también parte de lo invertido.