Una investigación internacional, difundida por The New York Times, reveló que los servicios de inteligencia rusos usaron Brasil como base para crear agentes encubiertos con identidades falsas que luego operaban en varios países, incluyendo Uruguay.
La red rusa operaba principalmente desde Brasil, donde agentes “ilegales” desarrollaban identidades brasileñas auténticas para luego desplegarse en Estados Unidos, Europa y también en países vecinos como Uruguay.
Según fuentes oficiales recogidas por el medio consignado, la inteligencia uruguaya aportó información clave que permitió a la policía federal brasileña identificar y seguir a varios de estos agentes. La colaboración de Uruguay, junto a Estados Unidos, Israel, y países europeos, fue fundamental para armar un mapa global del operativo ruso.
Una red transnacional: espías rusos con pasaportes brasileños en Uruguay
Uno de los descubrimientos más inquietantes de la investigación liderada por Brasil fue que varios de estos agentes rusos no solo operaban en suelo brasileño, sino que también habían llegado a Uruguay. Entre ellos se identificó a una mujer con el nombre de María Luisa Domínguez Cardozo, quien, con un certificado de nacimiento brasileño, logró obtener un pasaporte uruguayo.
Además, un matrimonio bajo los nombres de Federico Luiz González Rodríguez y María Isabel Moresco García —esta última una espía que se hacía pasar por modelo rubia— también fue rastreado en territorio uruguayo.
Según documentos a los que accedió The New York Times, la Interpol evitó actuar directamente alegando que se trataba de un caso politizado. Por ello, las autoridades brasileñas y uruguayas centraron sus investigaciones en los delitos de documentación falsa, evitando así el marco diplomático del espionaje.
Uruguay emite alertas internacionales
Funcionarios de inteligencia uruguayos emitieron alertas sobre personas que se habían registrado en el país con identidades brasileñas sospechosas. Entre los nombres reales identificados estaban Roman Olegovich Koval, Irina Alekseyevna Antonova y Olga Igorevna Tyutereva.
Koval y Antonova, una pareja de espías, huyeron de Brasil en 2023 con destino a Uruguay, donde permanecieron un tiempo antes de desaparecer. En tanto, Tyutereva fue localizada por última vez en Namibia, según reveló un alto funcionario uruguayo.
“Cada vez que los agentes descubrían un nombre, parecía que era demasiado tarde”, reconoció al consignado medio un investigador cercano a la operación. Varios de estos agentes ya habían abandonado la región o habían adoptado nuevas identidades antes de ser detectados.
El caso más emblemático fue el del espía Sergey Cherkasov, quien poseía documentos brasileños auténticos bajo el nombre falso de Victor Muller Ferreira y que fue detectado también en movimientos hacia Uruguay. Este tipo de “fantasmas” documentados generó una alerta en la región.
Un alto funcionario uruguayo comentó que “la coordinación con Brasil fue clave para detectar cómo estos agentes se movían en el Mercosur y pretendían infiltrarse en nuestras instituciones.”
Con al menos nueve agentes rusos identificados y arrestados en la región, el golpe a la red de espionaje ruso representa un avance significativo en la seguridad latinoamericana.