El comisionado parlamentario para el sistema penitenciario, Juan Miguel Petit, volvió a poner sobre la mesa la urgencia de descentralizar el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y sostuvo que esa transformación no debería quedar supeditada a la eventual creación del Ministerio de Justicia, una propuesta que se ha manejado desde el inicio del nuevo gobierno.
“Pensar sobre el Ministerio de Justicia es una muy buena cosa, pero la prioridad en este momento desde el punto de vista del sistema penitenciario es la descentralización del INR”, advirtió Petit en rueda de prensa. A su juicio, la estructura actual impide que el INR cumpla con su misión, al estar enclavado en un ministerio –el del Interior– que tiene como prioridad la seguridad pública. “El Instituto Nacional de Rehabilitación es como un gigante encadenado. Tiene una misión enorme, pero está encadenado, no por la mala voluntad de nadie, sino porque está dentro de una estructura enorme”.
Según el comisionado, esta dependencia limita las capacidades operativas del INR para ejecutar presupuestos, gestionar cargos, planificar políticas o rendir cuentas. “Cuando quiere comprar, cuando quiere pedir recursos, cuando tiene que planificar, todo está supeditado a la infraestructura del Ministerio del Interior”, denunció.
“Esto se puede hacer ya”
Petit planteó que la descentralización del INR podría impulsarse incluso mediante una ley de urgencia o con un proceso progresivo, pero remarcó que debe estar en funcionamiento antes de la próxima ley de presupuesto. “Se puede hacer muy rápido”, insistió, y señaló que postergar esta decisión es seguir arrastrando un problema estructural que tiene consecuencias en la seguridad pública y en la integración social. “Hace muchos años que pasa, pero en algún momento hay que pegar el salto cualitativo”, dijo.
Aunque valoró la posibilidad de un futuro Ministerio de Justicia, Petit subrayó que no debe pensarse como una cartera “de cárceles”. En su opinión, la privación de libertad, las penas alternativas y el seguimiento postpenitenciario deben ser gestionados por un servicio autónomo, con planificación y estrategia propias, que pueda dialogar con otras áreas como salud, educación y desarrollo social. “Sin eso, la musculatura de la gestión está condicionada”, afirmó.
¿Cuánto costaría?
Consultado sobre el presupuesto que requeriría este cambio institucional, Petit respondió que primero debe trazarse un plan estratégico con metas, objetivos e indicadores. “Como cuando vas a comprar un auto o construir una casa: ¿cuánto cuesta? Depende para qué lo quieras”, graficó.
El comisionado explicó que un cambio de esta magnitud necesita planificación seria y no puede resolverse con formularios repetidos entre organismos. “Un plan estratégico no es una semana y llenar formularios, es un proceso iniciático”, dijo. En ese sentido, apuntó que el Estado uruguayo ya cuenta con antecedentes de institucionalidad sólida en otras áreas como las empresas públicas o la planificación económica, y que el sistema penitenciario debe aspirar a ese estándar.
Petit también se refirió a las dudas del gobierno sobre incluir esta reforma en la ley de presupuesto. Según expresó el presidente Yamandú Orsi en declaraciones a El Observador, todavía no está definido si el proyecto tendrá asignación presupuestal. “El Ministerio de Justicia no es un ministerio caro, porque de hecho ya hay una especie de Ministerio de Justicia disperso entre distintos organismos”, aclaró Petit. Sin embargo, remarcó que el sistema penitenciario sí necesitará recursos específicos para crecer, desarrollarse y cumplir con su rol de rehabilitación e integración.
¿Un modelo a seguir?
Finalmente, Petit mencionó como ejemplo el traspaso del programa de apoyo a personas liberadas desde el INR al Ministerio de Desarrollo Social, que ahora trabaja con mayor intensidad en esa etapa clave de la reintegración. Aunque no lo considera un modelo cerrado, cree que puede marcar una hoja de ruta. “Para que dialogue el sistema penitenciario con la educación es fundamental esa descentralización. La institucionalidad tiene que madurar y desarrollarse como un organismo con voz política, institucional y técnica fuerte”.