En su última encuesta de opinión pública, El Observador y los académicos de la Universidad de la República (Udelar) incluyeron una pregunta casi a modo lúdico: ¿Cuáles cree usted que serán los tres principales problemas del mundo dentro de diez años? Y el resultado del problema más mencionado sorprendió (no porque no esté sucediendo, sino porque no acontece adentro de las fronteras de Uruguay): para la quinta parte de los encuestados las guerras y los conflictos armados están a la cabeza de las preocupaciones.
Uruguay no está en guerra y —dejando de lado las luchas del crimen organizado— tampoco tiene conflictos armados. A los historiadores —como les ocurre a cualquiera de las disciplinas que suponen una cuota de subjetividad— les cuesta fijar cuándo fue la última de las participaciones activas del país en algún conflicto: ¿El Plan Cóndor y el terrorismo de Estado? ¿La guerrilla de 1960? ¿El pasaje de la neutralidad a declararle por ley la guerra a Alemania y Japón en la Segunda Guerra Mundial? ¿La dictadura de Terra y el combate de Paso Morlán? ¿La guerra civil de 1904? ¿La Triple Alianza?
En cualquiera de las fechas puede decirse que hay al menos dos o tres generaciones de uruguayos que nacieron en un país en que la guerra es eso que pasa por las noticias que llegan del exterior. Pero el mundo pasa por “una nueva era de conflictos y violencia”, como definió las Naciones Unidas en una de sus últimas asambleas, y eso parece estar calando en la opinión pública.
Los votantes del oficialismo y de la oposición sitúan a las “guerras y los conflictos armados” en el primer lugar y sin diferencias de significancia estadística (19% y 20% respectivamente). También las mujeres y los varones (19% y 20%). Los más formados (17%), los menos (21%) y los del medio (18%).
El politólogo Julián González Guyer le encuentra una lógica: “Si se mira el mundo, después de un período en que pareció que la guerra era cosa del pasado (una ilusión óptica), de golpe y porrazo nos enfrentamos a un mundo con guerras en todos lados. No son conflictos fronterizos como aquellos que acontecieron luego de la Guerra Fría y llevaron a la formación de decenas de misiones de paz. Lo que hay ahora son guerras a una escalada sin precedentes”.
Es cierto que la información (y la desinformación) de lo que pasa en distintas partes del planeta hoy está al alcance de un simple scrolleo en el celular. Que aparecen banderas de Ucrania, de Rusia, de Israel y Palestina en algunos balcones (por citar los conflictos activos más mediáticos). Pero González Guyer sostiene que el peso de las guerras va más allá de una cuestión mediática (aunque influya).
“Durante la Guerra Fría las armas nucleares eran casi un tabú. La invasión a Ucrania y luego los ataques a las centrales en Irán han demostrado que ese límite ya se pasó. Incluso aquello que diga o no diga el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es de escasa relevancia para los límites que fijan los países en sus acciones”.
Según el Global Conflict Tracker del Council on Foreign Relations hay al menos 22 guerras activas: ya sean entre Estados o guerras civiles. Y algunas de ellas involucran más de dos Estados. No cuenta los conflictos armados, ni cuestiones paramilitares (donde se acerca a los 200). Mucho menos el crimen organizado, que es casi global.
¿El resultado? “La plata gruesa del mundo va para las armas”, dice el politólogo. La cooperación internacional de varios países europeos se acotó para fortalecer el porcentaje destinado a la seguridad, a la OTAN u otras lógicas en que impera el conflicto más que el Estado de derechos y bienestar.
El resto del podio de los problemas
Volvamos a la pregunta madre: ¿Cuáles cree usted que serán los tres principales problemas del mundo dentro de diez años? En el segundo y en el tercer lugar hubo un empate: la pobreza y el cambio climático, ambas con el 12,2%.
A diferencia de la “guerra”, en que la problemática era la más mencionada sin importar sexo, formación o voto partidario, en este empate del segundo y tercer lugar hay unas leves diferencias (casi insignificantes).
Las mujeres ponen al cambio climático apenas antes que la pobreza; al revés los varones. Los votantes del Frente Amplio ponen a la pobreza y los de la Coalición Republicana al cambio climático. La pobreza es más importante como problema para los más pobres. El cambio climático para los más ricos. Pero con diferencias tan mínimas que son más una anécdota que ciencia cierta.
Es decir: cuando los uruguayos imaginan los problemas futuros no hay casi polarización, a diferencia de otras opiniones que fueron narradas en esta anterior nota, siempre en base a datos de El Observador, la UMAD y el estadístico Juan Pablo Ferreira (Iesta).
Otra forma de ver las prioridades
Por última vez, volvamos a la pregunta disparadora: ¿Cuáles cree usted que serán los tres principales problemas del mundo dentro de diez años? La encuestaba daba 16 opciones de problemas —la mayoría en sintonía con los usados en la literatura científica internacional— o bien la opción "otro" (para aquellos encuestados que veían que su opinión no estaba reflejada en el abanico de opciones).
El solo hecho de hacer una lista ya puede ser una limitante, mucho más si es extensa y el encuestado, cansado, contesta lo primero que le figura (por más aleatorio que sea la aparición de las opciones de respuesta). Entonces se hizo otro ejercicio, también arbitrario: agrupar a las 16 opciones de respuesta en grandes categorías. Por ejemplo: en Uruguay el principal problema, dicen las respuestas de las consultoras privadas, es la seguridad y le sigue la economía.
Fue así que se agruparon las causas más socioeconómicas, las ambientales, las poblacionales (demográficas), las violentas y otras.
Ahora la cosa cambia (un poco): lo socioeconómico, donde entran temas de pobreza, desigualdad y Estado de bienestar cobran fuerza cuando se suman. Lo ambiental queda en segundo lugar. Y la violencia cae al tercer puesto.
En el gráfico de más arriba, usted puede filtrar por el voto de noviembre 2024. Entre Los votantes del FA, los temas socioeconómicos cobran todavía más peso (representa un 35%). Entre los votantes de la Coalición Republicana (aunque no iba con ese lema entonces) sube el peso de la violencia (pasando a un segundo puesto) y cae lo ambiental.
Eso muestra por qué el hablar de "cambio climático" por sí solo es como decir la nada. Algunos pensarán en cambio climático como sinónimo de olas de calor, otros como sequías, otros como desastres naturales. Y ahí el valor de la agrupación.
Fueron casi insignificantes los que respondieron otros problemas que no figuran en la lista. Aunque no tan insignificantes como aquellos que ven en una "invasión extraterrestre" uno de los principales tres problemas del mundo en la próxima década.
¿Cómo hicimos la encuesta?
Por primera vez se aplica a nivel masivo en Uruguay un monitoreo de la opinión pública con encuestas no probabilísticas que permiten inferencias a través de modelos alternativos.
Este proyecto de encuestas —anónimas y cuyos datos no son usados con otros fines que académicos y periodísticos— es una apuesta a la innovación en la aplicación de nuevos modelos de investigación social, la confección de trabajos comunicacionales de calidad e independientes (no reciben apoyo de empresas ni de políticos), y la elaboración de documentos académicos que permiten generar conocimiento.
Aquí puede ver notas anteriores en base a este tipo de encuestas
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Para este sondeo fueron encuestados 3.383 voluntarios, entre el 12 y el 18 de junio de 2025.
A continuación puede conocer más detalles metodológicos:
FICHA METODOLOGÍA JUNIO 2025 (1)