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¿Cómo son las bodas VIP uruguayas?

Hay diferencias entre las bodas de uruguayos y extranjeros que se casan en el país
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08 de agosto de 2018 a las 10:30
En una boda de lujo "a la uruguaya" podrá bailar al ritmo del DJ más reconocido a nivel local, iluminado por varias bolas de espejos y un piso de luces LED. Quizá nunca olvide el servicio de catering, como tampoco el haber cantado al son de una de las bandas argentinas o uruguayas del momento. Pero no espere ver a los novios bajarse de un helicóptero, entrar al salón en motos Harley Davidson, comer con cubiertos de bronce o estar en un salón lleno de detalles costosos. Además, difícilmente reciba un gran souvenir.

Menos es más: estas son las tres palabras que se convirtieron en una referencia al tratar de identificar qué tan aristocrática, lujosa o VIP es una boda uruguaya, aseguraron los wedding planners –organizadores de bodas– uruguayos responsables de los casamientos de las familias más adineradas del país. Y que tengan esta vara de medición no es un hecho casual. Algunos especialistas lo asocian a la etiqueta de "perfil bajo" que ya lleva el uruguayo promedio. Pero tampoco se puede pasar por alto que existe una tendencia minimalista que tiene, en determinadas zonas del mundo, a la clase más adinerada como principal impulsora.

Según la propietaria del salón Villa Domus, Sandra Candales, existe entre ese segmento uruguayo, además, el temor de "chocar con lo vulgar". "Buena comida y bebida, fina, elegante, pero no con platos voladores", describió entre risas. En tanto, la directora de Hodara Planners, Fabiana Hodara, lo resumió así: "El uruguayo –de clase alta– no es del show off –intentar impresionar–. Se puede despegar en cuanto a ideas pero no se baja de un helicóptero. Y no es que no lo pueda pagar".

US$ 7 mil puede llegar a costar solo la iluminación de una boda VIP en Uruguay.

Villa Domus, por ejemplo, fue el elegido en 2013 para festejar el casamiento del futbolista Diego Forlán y Paz Cardoso. Candales recuerda que fue "elegante, sin locuras", pese a que tocaron Los Auténticos Decadentes. También allí celebraron el de Fernando Muslera y el de Christian "Cebolla" Rodríguez. Según Candales, todos tuvieron su impronta. No obstante, no se notó "despilfarro".

Según los especialistas consultados, la comida, la bebida y la música suelen ser las "reinas de la noche".

Casamiento
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Para la wedding planner María Noel Deamestoy, lo que prioriza el uruguayo acaudalado para una boda es "que sea divertida, que haya mucha tecnología, que la pista 'esté que explote'". "La pareja uruguaya busca un impacto en un momento de la noche a través de la pista", dijo Deamestoy, y señaló además que existe la creencia, aunque errónea, de que cuanto más larga una boda, más divertida.
Entre aquello en lo que "vale la pena" gastar para los uruguayos, según Hodara, están la "ambientación fina y elegante y el poder de la luz". "Que tenga un concepto que entre a lo místico", indicó.

La organizadora de eventos y coordinadora académica de la carrera en ITHU, Mariana Dárdano, subrayó que uno de los principales cambios en las prioridades de los uruguayos con poder adquisitivo para bodas VIP se ha dado en la cantidad de invitados. "Antes se priorizaba el volumen de gente. Uno decía que una boda era mejor o peor porque había invitado a 800 o 1.000 personas", recordó. Ahora el promedio está entre los 350 a 500 invitados. Otra tendencia está en elegir destinos del interior, como Carmelo, o alguna chacra de Maldonado.

Flores como indicador

La definición de lujo para un uruguayo difiere a menudo de la de un habitante de otros países latinoamericanos. Al director de Punta del Este Destination Weddings y organizador de bodas de lujo, Leonardo S. Artigas, su propio oficio lo lleva a trabajar con más público extranjero que uruguayo. Esto se debe a que diseña y organiza casamientos con presupuestos que pueden llegar hasta el millón de dólares. En el rubro de las bodas lujosas el presupuesto base suele estar entre US$ 100 mil y US$ 150 mil. Para captar a este público y promover el balneario esteño como destino de casamientos, Artigas recorre ferias internacionales. Contó que hace un tiempo una pareja brasileña decidió traer flores desde Tailandia para su boda. Las flores, según Deamestoy, son uno de los indicadores para medir el lujo en las bodas entre extranjeros, sobre todo latinoamericanos: "Acceden a otros tipos de flores con un costo muy elevado, que ya solo traerlas y tener el cuidado necesario insume un costo muy superior".

Según Artigas, "en otros países las personas hasta se pueden endeudar para hacer una boda lujosa".

40% puede implicar el gasto en flores en el presupuesto para la decoración de una boda entre extranjeros, a nivel regional.

Dijo que el uruguayo, en cambio, es austero a la hora de gastar, lo que graficó con algunas diferencias claves entre los casamientos uruguayos y de extranjeros que eligen el país como destino para la fiesta. El uruguayo elige el diseño de su atuendo de una revista internacional como Pro Novias y contrata a la mejor diseñadora de alta costura local para que le realice uno similar, mientras que el extranjero, dijo, no tiene problema en traer a Uruguay un vestido de ese mismo autor, como Chanel o Christian Dior, lo que puede llegar a costar unos US$ 25 mil. Artigas señaló que en una boda realizada en Ecuador. se destinó un salón entero solo para mesas de postres.

En una boda lujosa realizada en cualquier otro país de Latinoamérica se puede gastar, tranquilamente, US$ 85 mil solo en contratar a una reconocida banda. Puede tener mesas espejadas, arreglos con rosas y orquídeas y cubiertos de bronce. Los honorarios de uno de los decoradores de mayor prestigio en América Latina, Andrés Cortes, pueden costar el equivalente a una fiesta para 200 personas en Uruguay.

Un extranjero, por ejemplo, puede hacer un festejo en Uruguay para 25 personas, pagar el pasaje y estadía a sus invitados desde cualquier país, pasar unos cinco días en Punta del Este y gastar US$ 50 mil. Punta del Este es el destino de bodas uruguayo más elegido por extranjeros, sobre todo entre noviembre y marzo.

Un cronograma común, según Artigas, es hacer el primer día una recepción a los invitados, realizar la fiesta el segundo día y el tercero destinarlo a un día de playa. Luego, por lo general, los novios pasan su luna de miel en algún otro punto del país.

Según Artigas, "en otros países las personas hasta se pueden endeudar para hacer una boda lujosa".

Según Artigas y Dárdano, los extranjeros que eligen Punta del Este para casarse generalmente lo hacen con proveedores del exterior. "Prácticamente no tienen límite en el gasto. Tienen presupuesto pero si les proponemos un chárter con invitados lo aceptan. Estas bodas nos ayudan a hacer crecer nuestra creatividad", apuntó Dárdano, y agregó que "no es fácil hacer la venta de bodas" a uruguayos.

Un ejemplo de este tipo de bodas fue la realizada por una abogada uruguaya y un asesor de inversiones keniano en José Ignacio. En una crónica publicada por el diario El País se cuenta que la boda, para 50 invitados –varios reconocidos internacionalmente–, duró cinco días, y tuvo como maestro de la ceremonia en un bosque de difícil acceso al chef Francis Mallmann.

Hodara indicó que aunque puede haber casamientos que duren tres días en Uruguay, suelen ser "más tranquilos", e incluir paseos por bodegas con cata de vinos.

"El uruguayo es austero. Le gusta lo bueno pero no ostentar. Gasta pero hasta cierto límite, por más que sea millonario”. Leonardo S. Artigas, director de Punta del Este Destination Weddings.

Para Artigas, el contraste entre el significado de lujo para un uruguayo y un extranjero también se debe a las diferentes amplitudes de los mercados. "Uruguay es un mercado muy chico, no tenemos 100 juegos diferentes de vajillas para alquilar. En una boda de lujo se busca eso. No hay vajilla blanca, que es la que está en un casamiento uruguayo".

Hodara, en tanto, señaló que las bodas de extranjeros realizadas en Uruguay tienden a utilizar más recursos para "animar al invitado". Se le deja en la habitación un cronograma, viene días antes y se arma un itinerario.

Deamestoy apuntó que "el uruguayo es mucho más tradicional" y que "la opulencia no está bien vista". "Lo fino, lo delicado, que sea costoso, de buena calidad y transmitir la excelencia, no siempre va de la mano de la opulencia", añadió. Respecto a los casamientos VIP de extranjeros, dijo que los argentinos suelen ser más estridentes y su poder adquisitivo puede reflejarse en ciertos detalles, como en una entrada en helicóptero. "Los extranjeros son mucho más demostrativos del poder adquisitivo que el uruguayo" aunque se tengan los mismos recursos, indicó. La diferencia está entonces en la forma de utilizarlos.

La excepción

Entre las personas de nivel socioeconómico más alto de Uruguay también existen algunas diferencias al realizar una boda. Tanto Hodara como Candales coincidieron en señalar que los casamientos de la colectividad judía suelen ir más al detalle y al agasajo al invitado. "Visualmente son ambientaciones normales, pero la diferencia está en el detalle. Te podés encontrar con un regalo en la mesa", señaló. Agregó que pese a ser uruguayos, tienen "una idiosincrasia extranjera". Por su parte, Hodara señaló que entre miembros de la colectividad judía también se suelen realizar casamientos que tengan distintos tipos de celebración durante varios días.

El oficio del organizador

Organizar una boda insume otro valor preciado más allá del dinero: tiempo. Recorrer salones, contactar con proveedores, tener reuniones con ellos y discriminar los beneficios, costos y diferencias entre cada uno no es una tarea sencilla para cualquier persona. Y a eso se dedican los wedding planners, quienes, según la directora de Hodara Planners, Fabiana Hodara, tienen el know-how, los tips y se encargan de conseguir los proveedores correctos.

Para Hodara, el servicio de wedding planner "se posicionó muchísimo" en Uruguay en los últimos años. "En otros países no concebís hacer una fiesta sin asistente personal, porque la persona no tiene 500 bodas arriba para organizarlo", apuntó. Los wedding planners también se encargan de "sintetizar la información, para que llegue en tiempo y forma". Dos opciones para formarse son ITHU y BIOS.

En hoteles
En 2017 el hotel Hyatt de Montevideo organizó su primer casamiento en sus instalaciones. La gerenta de Eventos, Clarisa Baggi, señaló que es un mercado en el que se está incursionando e innovando. “Llegar a este mercado no es fácil en Montevideo porque la gente tiene la idea de casarse en lugares más abiertos, con más verde. Pero recibimos solicitudes de Brasil, Argentina y EEUU, comentó. Para promover la realización de casamientos en hoteles, se organiza Bliss Day, que reúne a proveedores.

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