Las oficinas públicas no quedaron ajenas a la situación de emergencia sanitaria por el coronavirus. Sin el crecimiento del desempleo que azotó al sector privado, el Estado también redujo la concurrencia a los lugares de trabajo desde el 13 de marzo, cuando se confirmaron los primeros casos de la enfermedad.
Enseguida vinieron los protocolos, la rotación de personal, el teletrabajo y, desde hace unas semanas, el retorno gradual de los funcionarios a sus oficinas, conforme la epidemia se mantenga a raya.
Los números mensuales de presentismo en la administración central permiten dar una idea aproximada de cómo se redujo la asistencia durante el pico de la emergencia y de cómo los organismos del Estado se adaptan a la "nueva normalidad".
Según datos de la Oficina Nacional de Servicio Civil (ONSC), exceptuando el personal militar hay 54.760 funcionarios de la administración central con control de presentismo.
El Observador accedió a las cifras de los últimos siete meses, que si bien no permiten realizar una comparación interanual, sí dan la pauta de la reducción del presentismo durante el momento de mayor distanciamiento social.
En marzo, mes en el que se decretó la emergencia, hubo 42.720 funcionarios que marcaron asistencia, ya sea mediante el reloj biométrico en la oficina pública, por la aplicación SGH Mobile o a través de un responsable de recursos humanos.
En abril, en cambio, el número de funcionarios que marcó asistencia bajó a 32.862, una reducción de 23% respecto al mes anterior.
En mayo ya se observó un repunte, con 35.770 funcionarios que "marcaron tarjeta" en la administración central.
Según el director de la ONSC, Conrado Ramos, las cifras muestran que “a grandes rasgos la asistencia se ha cumplido” y que el “servicio público se mantuvo” gracias a un “sistema de rotación” en las oficinas públicas.
Por ejemplo, el jueves 30 de abril hubo 20.414 funcionarios que marcaron asistencia presencialmente y 2.862 de forma remota. La diferencia con el total del mes se explica por la rotación y los turnos para evitar aglomeraciones. A la semana siguiente, el viernes 8 de mayo hubo 30.206 funcionarios que marcaron presencialmente y 3.510 de forma móvil.
“No es que los funcionarios no hayan ido a trabajar. Se pidió que la gente rote”, dijo Ramos, quien destacó además el importante crecimiento de la conexión a distancia en tiempos de pandemia.
Los datos indican también que en los meses que lleva la emergencia, uno de cada diez funcionarios públicos que marcó tarjeta lo hizo a través de la aplicación SGH Mobile (el Sistema de Gestión Humana virtual), que permite el registro a distancia mediante tecnología de georreferenciación y reconocimiento facial.
En febrero solo 145 funcionarios utilizaron la herramienta. En marzo el número creció a 2.793, en abril a 3.263 y en mayo a 3.680. En total, la aplicación ha sido utilizada por 4.073 funcionarios distintos.
Si bien Ramos aclaró que el registro mediante la aplicación “no necesariamente significa que estén en sus casas” –ya que algunos funcionarios que asisten a la oficina utilizan esa vía para no estar en contacto con el reloj–, los números alcanzan para valorar como “positiva” la experiencia y pensar en formas de darle continuidad luego de la emergencia.
“Se puede estudiar la extensión del teletrabajo. Así como en el sector privado se habla de que esta crisis marca un antecedente en esa línea, en el sector público tenés también formas de implementarlo”, afirmó el jerarca.
La ONSC y el Ministerio de Salud Pública (MSP) elaboraron manuales y recomendaciones para el retorno a las oficinas públicas, que se oficializó el pasado 5 de mayo a través de un "instructivo general" destinado a los funcionarios.
El documento señala que "se deberá evitar la aglomeración de personas para lo cual, siempre que el servicio lo permita" y que "deberán implementarse regímenes especiales de atención al público u horarios de trabajo", como "turnos rotativos, horarios de inicio y finalización de la jornada laboral escalonados u otros sistemas a efectos de contemplar las normas de distanciamiento dentro de los lugares de trabajo y, a la vez, contribuir a espaciar la circulación de personas en el sistema de transporte público".
También se exige "mantener una distancia mínima de 2 metros entre posiciones de trabajo, ventilar los ambientes de manera regular, al menos una vez por hora y usar tapabocas todo el tiempo cuando el lugar se encuentre cerrado".
El instructivo indica además que las mujeres embarazadas, las personas mayores de 65 años y otros funcionarios que sean población de riesgo "quedarán eximidas de tareas presenciales y, en la medida de lo posible, se le asignarán tareas a través de la modalidad de teletrabajo, en actividades individuales, así como en reuniones por medios electrónicos".
Por su parte, el manual del MSP solicita "reforzar las tareas de limpieza en todas las áreas, con especial incidencia en superficies, especialmente aquellas que se tocan con más frecuencia como: reloj de marcas, ascensores, picaportes, ventanas, teclados, mouse, PC, teléfonos, llaves".
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