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Facundo Ponce de León: "'De cerca' es un programa para calmar fanáticos y encantar incrédulos"

El comunicador contó detalles del nuevo ciclo de entrevistas a los candidatos presidenciales, habló de su rol en la política y de los frenos en la industria audiovisual uruguaya
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22 de agosto de 2019 a las 05:01

Lo primero que se ve es una sala oscura. La cámara se mueve suave y de a poco el espacio se va iluminando con una luz blanca que emiten unos tubos de luz colgados al fondo del plano, en la penumbra. Las paredes, el piso, las columnas, todo es de un hormigón discreto. En el centro de ese espacio hay una mesa de mármol oscura y dos sillas de madera, comunes, mínimas, como las que podrían habitar cualquier sala de Montevideo. A los segundos aparece él y después ellos. Él es Facundo Ponce de León –filósofo, periodista, docente, conductor de televisión– y ellos son los 11 candidatos a la Presidencia del Uruguay.

Es la mesa de mármol, son las paredes de hormigón, es la luz blanca, es él, son ellos y es el arte de la conversación. El esgrima de la entrevista.

Las imágenes salen de la pantalla de un descascarado teléfono negro que Ponce de León sostiene orgulloso con ambas manos y presume, como hace en la oficina con la foto del recién nacido quien acaba de ser papá. Ese recién nacido es un breve tráiler que adelanta su próxima producción para televisión, De cerca.

El ciclo está producido por Mueca Films en coproducción con TV Ciudad, WILD Fi y El Observador. La idea se empezó a gestar hace ya un buen tiempo. El equipo de Mueca tenía la inquietud de lograr un contenido con el impacto que tuvo El origen, pero con un modelo de producción menos complejo; mucho menos complejo. Además, tenía que haber política porque, dice Ponce de León, en este año electoral cualquier escenario será histórico. “Los tres resultados posibles son superinteresantes para hacer algo periodístico diferente a la agenda”, explica el filósofo. Y agrega, como para resumir el espíritu del proyecto: “Estamos acostumbrados a que lo que sale en televisión funciona solo ese día. Esto era lograr eso, pero también algo que se sostuviera a lo largo del tiempo”. El tiempo, otra de las obsesiones de Ponce de León.

Hubo que darle varias vueltas al tema para dar con la tecla correcta. El equipo de Mueca ya sabía que la entrevista sería su herramienta principal para entrarles a los políticos. Pero con eso no iba a alcanzar. Los precandidatos están muy entrenados en esa disciplina juguetona que es el lugar común dentro de los medios. Y, cuando se trata de manejar la nave de la exposición pública, muchos son grandes pilotos. Entonces apareció la idea de pedirles objetos que significaran algo especial para ellos. “Eso llevó la entrevista a un registro diferente”, asegura el conductor del ciclo, que ya grabó toda la producción que empezará a emitirse en setiembre.

Para la investigación previa de cada candidato, Ponce de León armó su propia jauría de sabuesos, como se nombra en la jerga a los periodistas que escarban en cada detalle. “Sabía que no quería hacer una entrevista de agenda, pero también sabía que iba a entrevistar políticos, algo que no es mi fuerte. Tenía que estar muy bien preparado”, dice. Entonces ensambló un equipo de periodistas con trayectorias y estilos de trabajo bien distintos, y cuya firma estuviera respaldada por medios sólidos. Los llamó “el dream team”. Guillermo Draper, Paula Barquet, Patricia Madrid, Nicolás Batalla y Lucas Silva son su “Barça generacional del periodismo”.

En una entrevista dijo que el modelo tradicional de televisión se está muriendo. ¿Qué valor tiene la televisión como medio hoy que hace que usted siga apostando a ella para sus proyectos?

Sigo apostando a la tele porque creo que los contenidos audiovisuales tienen allí una buena plataforma para exhibirse. Apuesto a la televisión, pero apuesto a un modelo sostenido y más híbrido. Este es el primer proyecto de Mueca que está pensado para consumirse por tres vías de comunicación. En primer lugar, la tele con una entrevista de una hora. Después El Observador va a tomar material de todas esas entrevistas y va a generar un contenido que no está en el programa. Y por último Wild Fi va a crear contenidos para redes sociales que no se vieron en el sitio web del diario ni en el programa de tele. Para la generación que creció con un modelo de medios más tradicional es toda una apuesta. Es una gran necesidad que tiene la industria televisiva nacional.  

¿Por qué le inquietan las necesidades de la industria televisiva? Usted podría estar en otros ámbitos, como el universitario, que son menos desgastantes que los medios y podría estar teniendo el mismo éxito.

Me inquieta porque creo que hay una posibilidad. Creo que tenemos que salir de una vez por todas de esa dicotomía que plantea que lo cultural no puede ser comercial y lo comercial no puede ser cultural. Que si te entretengo, no soy profundo, y si soy profundo no puedo entretener. Hay que romper con ciertas categorías que nos hacen mal. Por otro lado, acá hay una industria. Acá tiene que venir a filmar Netflix; tienen que venir Amazon y HBO. Pero no una vez cada ocho años porque se hizo un servicio de producción. No. Las compañías tienen que saber que acá hay un lugar. Porque hay gente técnicamente preparada, porque hay estabilidad institucional. Falta que los que estamos en la industria pensemos con otra cabeza.

¿Cuesta instalar esta idea en los medios tradicionales?

Muchísimo. Los dueños de los medios no lo entienden, están aferrados a un modelo que sigue siendo el de la tanda publicitaria y que sigue siendo un modelo de “no me hagas cinco episodios, haceme 18 que se pueden vender más”. No se entiende que si capaz hacemos cinco episodios, y los hacemos bien, se pueden vender a Nueva Zelanda, por nombrar un mercado. La cuestión es poder escalar, poder decir “tenemos una industria audiovisual”. Nosotros exportamos artistas, exportamos futbolistas, cine. ¿Por qué con la tele no puede haber un formato uruguayo? Gran Hermano se inventó en Holanda, no se inventó en Hollywood. ¿Cuál es la diferencia con hacerlo en Uruguay?

¿Tanteó a Netflix para esta producción?

Para De cerca, no. Tanteamos a Netflix para El origen del fútbol y estuvimos a una semana de entrar y justo Netflix tomó una decisión empresarial de hacer como si el Mundial no estuviese sucediendo. Quedamos con la nariz contra el vidrio.

"Tanteamos a Netflix para El origen del fútbol y estuvimos a una semana de entrar."

¿Cree que en algún futuro cercano va a producir contenidos para Netflix?

Sí, tengo fe. Para De cerca nos juntamos con Mario Pergolini, que nos recibió en Argentina. Le pareció alucinante la idea. Nos hubiese encantado replicarla allá. Ahora los resultados en Argentina son bastante determinantes, entonces no sé si lo podemos hacer. Esta industria tenemos que poder abrirla. Acá hay mucha gente recontra valiosa y tenemos que empezar a pensar en esos términos.   

Mueca puso la vara muy alta con sus producciones, ¿le da miedo no cumplir con las expectativas del público?

Me da miedo, pero no me paraliza. Me desafía. Creo mucho en la cuestión de la excelencia. Creo que lo que importa no es hacer las cosas, es hacerlas bien. De cerca éramos un equipo de 40 personas y cuando estábamos todos reunidos sabíamos lo que quería decir “hacer las cosas bien”. Cuando trabajás los detalles porque querés hacer las cosas bien, después se nota.

¿Qué lo sorprendió de los candidatos que entrevistó para el ciclo?

La cercanía. Con ninguno había compartido muchas instancias antes del rodaje, no tenía sus números de teléfono, por ejemplo. A la media hora de charlar con ellos, ya me sentía de igual a igual. No en el sentido campechano, sino en que pudimos conversar de igual a igual. Estaba ahí el próximo presidente y sentí realmente que todos bajaron la guardia para hablar. También me sorprendió que se emocionan mucho más de lo que pensaba.

¿Qué valoración hace de esta campaña, que tuvo muchos elementos nuevos dentro de la lógica política uruguaya?

Hasta ahora la valoración que hago es que por suerte los candidatos tienen muy claro cuándo se embarra la cancha y todos están en un fair play.

¿Sintió en algún momento que alguno de los candidatos no le estaba diciendo la verdad?

No. En algún momento de las entrevistas sí sentís que el entrevistado la lleva hacia un lugar al que vos no querés llegar. Hacer una entrevista es muy parecido a la tarea del equilibrista. El otro día repasando el material en la isla de edición descubrí que en un momento uno de ellos me llevó. Le pregunté A y me contestó B y no me di cuenta. Esas noches duermo mal, pero es así. Los entiendo a los políticos. Cuando tenés que estar todo el día tan expuesto, si no generás ciertos mecanismos de lugares comunes, de ciertas corazas, de ciertas muletillas, es imposible. No podés ser espontáneo tantas horas al día con tanta exposición.

"Es un programa para calmar fanáticos y encantar incrédulos que no creen en nada."

¿Cree que estas entrevistas pueden hacer que algún televidente cambie su percepción sobre algún candidato o incluso su voto?

Es un programa para calmar fanáticos y encantar incrédulos que no creen en nada. Si alguien mirando el programa se hace una idea de los candidatos y decide un voto, para mí es una buena noticia. Más que cambiar el voto, la idea es que la gente no vea en los candidatos que no vota una especie de infierno. Colaborar con la construcción cívica más allá de la política partidaria. No hago esto para que cambies tu voto, lo hago para que refuerces esta idea de que más allá del voto, gane quien gane, tenemos que seguir trabajando. No hay ningún salvador, ni ningún demonio.

"(En la política) no hay ningún salvador, ni ningún demonio."

Entre sus entrevistados está el próximo presidente de la República. Después de conocerlos, ¿hay algún resultado electoral que le preocupe?

No sabría contestarlo. Hay cosas que me preocupan y son las que nos preocupan a todos. Pero estoy mucho más cerca del empoderamiento ciudadano que del empoderamiento de los políticos. Creo mucho en la política como servicio, pero creo mucho en el límite de la política partidaria. Cuando te digo que no veo ningún demonio es que no hay ningún político que prohíba cambios por parte de la propia ciudadanía, que genere un control total. Los ciudadanos espontáneamente reunidos pueden cambiar millones de cosas como cualquiera de los candidatos que asuma.

"Los ciudadanos espontáneamente reunidos pueden cambiar millones de cosas como cualquiera de los candidatos que asuman."

¿Se proyecta dentro de la política desde algún lugar?

(Silencio.) No sabe, no contesta. Me seduce algo de la política y sé que para hacer la carrera tenés que hacer algo metido adentro de los partidos. Por ahora me siento muy cómodo haciendo política en la comunicación y el periodismo. Realmente siento que hago política desde ese lugar.

¿Descarta plegarse a la política partidaria tradicional?

Hoy lo veo incompatible con la vida familiar. Es una de las cosas que hablé con los candidatos, es tal la dedicación que tenés que hoy no me imagino poder sostener eso a nivel familiar.

¿Y más adelante?, ¿cuando sus hijos sean más grandes?

Ahí charlamos. No lo descarto.

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