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¿Para qué le sirvió a Uruguay la China Cup?

Las conclusiones que dejó la consagración de la celeste en un torneo donde Tabárez observó jugadores y realizó determinadas pruebas a futuro
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26 de marzo de 2019 a las 05:02

Que no se jugó contra nadie. Que el nivel de los rivales era pobre. Que Uruguay fue sin Edinson Cavani y Luis Suárez. Que el campeonato solo sirvió para traer dólares. El pueblo futbolero apeló a todo tipo de comentarios para calificar a la participación celeste en la China Cup.

Vistas las cartas, la pregunta se impone sola: ¿para qué sirvió el torneo donde se tuvo como rivales a Uzbekistán y Tailandia?  

Por lo pronto Tabárez se trajo apuntes en su libreta. En la escueta conferencia de prensa que brindó una vez finalizado el partido final argumentó que “el torneo nos ha servido para ver cómo están los futbolistas que han sido convocados porque ya a mediados de año jugamos la Copa América”.

Está claro que el equipo cuenta con una base consolidada que está conformada por hombres que son pilares en la celeste. Por citar solo algunos ejemplos: Muslera, Cáceres, Godín, Giménez, Suárez y Cavani. A esos jugadores, Tabárez no necesita verlos. Los conoce y sabe lo que le pueden aportar.

Las pruebas pasaron por otro lado. Por los nuevos o los que tuvieron pocas chances de mostrarse y los futbolistas que tienen pocos minutos en sus clubes y a los que quería ver para conocer su real estado de cara al armado de la lista para la Copa América de Brasil.

Pajarito Valverde

En esa lista entra Federico Valverde. Pajarito apareció como una bocanada de aire fresco en un medio campo celeste que sentía el paso del tiempo. Su gol y su producción en Asunción, en setiembre de 2017, encendieron la esperanza.

Pero el tema es que la irregularidad a la hora de sumar minutos en su equipo, Real Madrid, le pasa factura a la hora de entrar en la selección.

Era uno de los jugadores que quería ver el técnico. De hecho jugó los 90 minutos contra Tailandia en la final. Jugó en su posición de doble cinco compartiendo la mitad de la cancha con Vecino. Mientras que por las bandas fueron Nandez y Lodeiro.

El debut de Giovanni

Giovanni González fue el único jugador nuevo en el grupo. En ese sentido hay aspectos que se miran con detenimiento por el cuerpo técnico que es la adaptación del jugador a sus compañeros. Sus normas de conducta, cómo se dirige a entrenadores, jugadores y funcionarios. Nada queda librado al azar cuando se suma un jugador nuevo al plantel.

En materia futbolística, González, debutó de titular en la final jugando por la banda derecha como lo hace en su club. Se mostró participativo desde el primer minuto acompañando permanentemente las ofensivas del equipo.

Su nivel físico es exuberante. Va y viene los 90 minutos.

El regreso de Lodeiro

Luego de un tiempo en el que contó con escasas posibilidades de defender a la celeste regresó y jugó los 90 minutos de la final contra Tailandia. Parecía que su tiempo con la celeste se había consumido, pero volvió dispuesto a pelear por su lugar en el grupo que defenderá a la celeste en la Copa América.

Esta vez Tabárez lo sacó de la función del doble 5 y lo ubicó volcado por la izquierda. Se mostró ordenado, cumpliendo su rol de jugador de equipo. Se replegó cuando fue necesario y colaboró en la recuperación de la pelota.

Con el balón en los pies mostró su talento y fue el encargado de ejecutar las acciones de balón detenido.

Marcelo Saracchi

Al exjugador de Danubio le está costando entrar en caja en el Liepzig de Alemania. En la actual temporada lleva disputados 8 de 26 partidos de la Bundesliga. Por tal motivo a Tabárez le interesaba verlo en acción y comprobar como se encuentra desde todo punto de vista.

Saracchi es una de las caras jóvenes y viene como alternativa para jugar por la banda izquierda, ya sea como lateral o volante.

Entró ante Tailandia para jugar la última media hora en lugar de Cáceres. Es un jugador con futuro que entra dentro de la lista de jugadores convocables.

Mathías Suárez

El Zorrito entró en la consideración de Tabárez en un momento complicado de la celeste cuando, previo a los amistosos de noviembre de 2018 ante Brasil y Francia, el equipo se quedó sin varios jugadores por lesión.

Suárez es un viejo conocido del proceso ya que tuvo participación en las tres categorías juveniles, sub-15, sub-17 y sub-20, además de ser campeón panamericano en Toronto 2015.

Luego de jugar los amistosos con Brasil y Francia ganó en la consideración del cuerpo técnico.

En la China Cup volvió a ser convocado. No fue de la partida ante Uzbekistán pero el técnico lo mandó a la cancha ante Tailandia en lugar de Godín. La novedad fue que no lo mandó al lateral sino que jugó de defensa central junto con José María Giménez demostrando que puede brindar soluciones en más de una posición.

Otro modelo de juego

Uruguay jugó ante Tailandia con su habitual esquema de 4-4-2. En la zona central se destaca que van dos volantes por adentro y dos por afuera pero con el detalle de que Matías Vecino tiene libertad para romper la línea y llegar a líneas ofensivas.

Otro detalle que dejó el partido fue el orden a la hora de tirar la presión. Cuando fue un punta acompañado por el volante de ese sector, enseguida adelantaron líneas el resto de los mediocampistas buscando recuperar la pelota. No es un detalle menor para un equipo que necesita de la intensidad como el aire para respirar.

Sobre los 59 minutos el técnico ordenó el ingreso de Giorgian De Arrascaeta en lugar de Gastón Pereiro.

Esto le permitió al técnico probar otra alternativa de cara a lo que se viene en materia de competencias. Es que De Arrascaeta se paró como un media punta, unos metros por detrás de Stuani.

De pique el 10 celeste metió dos pelotas de gol para Stuani. La primera como volante por izquierda. La segunda tirado como volante por derecha. Eso marca la libertad con la que se movió para manejar la pelota.

Maxi rompió la galleta

Finalmente, entre las conclusiones que dejó la China Cup, hay que señalar el gol convertido por Maximiliano Gómez. Un tanto significativo porque fue el primer que anotó Maxi con la selección rompiendo la galleta luego de 10 partidos con la celeste.

El problema que tiene Gómez es el mismo que se le presenta a Gastón Pereiro, que tienen que convivir con dos de los principales delanteros del mundo, Suárez y Cavani.

Esa situación ya la vivieron Abel Hernández, Diego Rolan y por estas horas convive con ella Stuani. Las posibilidades de jugar son escasas.

La diferencia radica en la edad. Lentamente se avecina el tiempo del recambio. Gómez y Pereiro empezaron a sumar minutos y con su nivel tendrán que empezar a pedir cancha.

 En lo futbolístico, como era de esperar, Uruguay fue neto dominador de los trámites de los dos partidos.

En la final ante los tailandeses marcó un gol en el amanecer del juego a los cinco minutos con un arma de la cual la celeste saca provecho como la pelota quieta. No es un detalle menor. Uruguay marcó dos de los cuatro goles con acciones de balón detenido. Esta vez con un detalle: fueron centros al primer palo.

Uruguay, por segundo año consecutivo, se coronó campeón de la China Cup y se aseguró su presencia el año que viene en un torneo que, además de servir de banco de pruebas, le reportó una jugosa recompensa económica: US$ 2.600.000. US$ 2.300.000 por participar y US$ 300.000 por ganar el torneo.

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