–¿Cómo visualiza la rentabilidad de las empresas ganaderas?
–Creo que este año estuvo dividido en dos partes bien diferenciadas: la primera mitad del ejercicio estuvo correcto y la otra mitad promedió para abajo. Lógicamente hubo un efecto pandemia que impactó en la rentabilidad de las empresas también.
–¿Cuáles son las perspectivas para el segundo semestre?
–Las expectativas siempre son buenas porque por naturaleza el productor es optimista. Dependemos de la recuperación de los mercados de la carne, porque somos tomadores de precios.
–En ese sentido, ¿somos muy “china dependientes”?
–Creo que somos dependientes del precio. Tenemos muchos mercados, pero dependemos de los precios y eso ha hecho que la mitad del ejercicio pasado China nos sedujera con valores fuera de lo normal y, por eso, la industria se focalizó en lo que podríamos decir ser un “china dependiente”. Hay que cuidar y atender a los otros mercados y todo el año, aunque haya picos de precios. Hay que aprender de lo que ha pasado con China y que eso no vuelva a suceder. Eso nos pasó porque le vendemos al que nos paga más caro, pero capaz que no es el mejor cliente.
–La pandemia ha obligado a modernizarse en términos tecnológicos. ¿Esos cambios llegaron para quedarse?
–Creo que hay tecnologías, como el Zoom, que han venido para quedarse. Pero en lo que refiere a los remates sin público, es decir 100% virtuales, pienso que se van a terminar cuando todo esto suceda, porque hay un tema económico por detrás de eso. A modo de ejemplo, una de las clásicas ferias que realizamos mensualmente, en Ansina, en Tacuarembó, se está realizando sin cantina. Antes de la pandemia, habitualmente todo lo recaudado en la cantina era a beneficio de la escuela de la zona y eso tiene que volver.
–¿En qué medida el nuevo gobierno ha respaldado al sector?
–Yo creo que la primera vez en muchos años que el optimismo del productor, del empresario rural, no está enfocado solamente en los mercados y en las expectativas de precios, sino que está suficientemente respaldado y se siente con las reglas claras para sostener ese optimismo. De las tres cosas mercado, precios y estabilidad de reglas claras, hoy lo único que tenemos seguro es la política de gobierno, lo demás depende del mundo y del clima. Hoy tenemos un respaldo de certezas de gobierno que es un porcenaje muy alto de las cosas a tener en cuenta para tomar decisiones de intensificar y hacer nuevas inversiones.
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