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¿Qué implica donar el cuerpo a la ciencia, como lo hizo Julio Marenales?
El histórico dirigente tupamaro Julio Marenales murió este martes, a los 89 años. Su voluntad fue que no se realizaran velatorios con cuerpo presente y pidió que su cuerpo se entregara a la ciencia, según una declaración jurada que dejó firmada y fue dada a conocer por sus correligionarios del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), en un comunicado de despedida.
Honrando el deseo de Marenales, su familia se encargó de trasladar el cuerpo desde Salto, donde residía, a la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, en Montevideo. El profesor grado cinco de la institución, el doctor Eduardo Olivera, explicó a El Observador qué implica donar el cuerpo a la ciencia y para qué fines se utiliza.
La persona en vida puede comprometer sus restos para fines académicos, aunque también su familia puede hacer el trámite luego de que muera. El único requisito que tiene es presentarse en la Secretaría de la Cátedra de Anatomía, donde deberá firmar un documento que acredite su voluntad.
Años atrás, también era obligatorio ponerse en contacto con la división Necrópolis de la Intendencia de Montevideo, pero esta práctica cayó en desuso desde que rige la Ley 18.968, explicó Olivera. A partir de esta norma que establece cómo deben ser las donaciones de órganos, trasplantes y tejidos, todos los uruguayos serán considerados donantes para fines de extracción o investigativos, salvo que se nieguen por escrito.
Cerca de 80 uruguayos donan su cuerpo al año. Teniendo en cuenta la cantidad de habitantes que tiene el país, esta es una cifra alta y "habla de la idiosincrasia" nacional, indicó Olivera, ya que Uruguay es uno de los países con más donantes de América Latina. Incluso llevó a que la práctica de estudiar la anatomía humana a partir de cadáveres encontrados en la calle y no reconocidos, como antes se hacía, cayera en desuso.
¿Qué hace la facultad cuando recibe el cuerpo? "Se le hace un proceso de conservación. Se le inyectan sustancias de conservación por las vías vasculares para que los tejidos se mantengan en condiciones similares; para que no se descompongan", señaló Olivera. El formol era la sustancia que comúnmente se usaba en el centro universitario, pero los docentes están tendiendo ahora a incorporar preparaciones "más modernas".
Tras dejar de estar en riesgo de descomposición, el cuerpo es trasladado a lugares específicos que facilitan su conservación. En estas condiciones, el cadáver puede estar a disposición de los estudiantes por cientos de años, dijo Olivera.
La autopsia no es el único destino que se les da, aunque es el que la gente imagina apenas le hablan de la posibilidad de donar el cuerpo a la ciencia. De hecho, el profesor de Anatomía afirmó que estos casos no son la norma: "Si bien son importantes, porque es fundamental que el médico que se recibe entienda de anatomía, hubo avances en las técnicas de enseñanza". La Facultad de Medicina de la Udelar, dijo, "se destaca a nivel mundial por el manejo y conservación (de los cuerpos)". Se usa para enseñar sobre tejidos, y partes del organismo.
Sin embargo, cuando quien dona el cuerpo es alguien reconocido por los estudiantes, como es el caso de Marenales, se añade un desafío ético: ¿qué hacer con sus restos, cómo presentarlos en clase? Olivera explicó que, en general, en estos casos se utilizan para actividades educativas de exhibición y no, por ejemplo, para simular una autopsia.
