En el debate parlamentario previo a la aprobación por unanimidad de las venias para la designación de las nuevas autoridades de ASSE –con Marcos Carámbula al frente como presidente– la oposición aprovechó la oportunidad para expresarse sobre la última polémica del organismo estatal que motivó la sustitución de su dirección: el nombramiento por parte del ex vicepresidente Mauricio Ardus de la novia de su propio hijo como secretaria, por un sueldo de $ 57 mil.
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"¡Qué novia ni que novia!", exclamó el senador nacionalista Luis Alberto Heber, a su turno de tomar la palabra. La gestión de ASSE, dijo, dirigida por Susana Muñiz hasta que fue destituida por Tabaré Vázquez junto a todo el directorio el 14 de febrero, "ha sido un verdadero escándalo y hace bien el gobierno en sustituirlos a todos. No es por la novia".
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Antes había dicho que el presidente de la República encontró "la excusa de un hecho menor" para tomar la decisión de mover a todo el directorio de ASSE "por el desastre administrativo que se estaban llevando a cabo en su gestión". "Y este es un problema", añadió, que deberán afrontar Carámbula, la nueva vicepresidente, Marlene Sica, y el vocal, Julio César Martínez. "Que me causaron muy buena impresión. Deseo realmente que pongan en orden esta situación", dijo Heber.
Por su parte, el senador colorado Pedro Bordaberry opinó que "si la oposición estuviera en la dirección, ese director que metió a la novia del hijo no se hubiera animado". Luego se refirió a la ex presidenta: "Dijo que no sabía, difícil de creer. ¿Qué estaban haciendo los directores?", se preguntó.
Cuando tomó la palabra el legislador nacionalista Javier García no titubeó: "En ASSE hubo un ataque de corrupción perseverante y mantenido", dijo.
Luego habló el senador Pablo Mieres, líder del Partido Independiente, para adjudicar a la dirección removida la responsabilidad "de despilfarros, descontrol, conductas impropias y algunas probablemente ilícitas".
El legislador frenteamplista Enrique Pintado cuestionó que la oposición se refiriera a la gestión anterior. Aseguró que son "aspectos laterales" que desvía la atención de los nuevos jerarcas del organismo.
Su intervención motivó una respuesta de Bordaberry, quien muy molesto por sus dichos afirmó: "Entendemos que el oficialismo no quiera hablar de estas cosas, pero pretender que no se hable nos parece un exceso".
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