Su carrera en el servicio diplomático comenzó en 2001 y la llevó a vivir en Moscú, México y Estados Unidos. Trabajó en temas vinculados a energía, cambio climático, políticas antiterroristas, refugiados, monitoreo de elecciones y prevención de conflictos. Entre 2016 y 2020 se desempeñó como directora de Desarrollo Internacional en representación permanente de Reino Unido en las Naciones Unidas, por lo que estuvo radicada en Nueva York. En agosto de 2020, Faye Emily O'Connor, se instaló en Uruguay junto con su esposo y sus dos hijos para asumir su rol como nueva embajadora británica.
“Estaba muy emocionada por venir aquí, escogí este país porque me parecía muy interesante para criar a mis niños, pero también para trabajar. Podía ver mucho potencial en las relaciones bilaterales”, dice O’Connor sentada de piernas meticulosamente cruzadas en una de las habitaciones del segundo piso de la embajada.
Si bien el plan era que tuviera siete meses de preparación y una visita previa a Uruguay para conocer al equipo durante Semana Santa, la pandemia cambió todo y O’Connor tuvo que ir de Nueva York a Londres para trabajar en el centro de respuesta a la pandemia, para liderar un equipo enfocado en ayudar a los ciudadanos británicos que estuvieran “estancados” en el exterior a volver al país.
Su acento denota que el inglés es su lengua madre, pero se maneja cómodamente en un español que tiene un dejo mexicano en su cantar. “Ian (Duddy) y yo somos amigos desde antes. Al llegar aquí, sabía qué tipo de embajador era y cómo le fue —que fue muy bueno, en mi opinión— y creo que somos similares. Somos parte de una nueva generación de embajadores que entiende la importancia de las relaciones no solo con el gobierno o con la clase política, sino también con miembros de la población, porque así aprendes sobre un país”, dice la embajadora en relación a su antecesor, que tenía un estilo muy cercano a la gente y que ella pretende continuar. Para los cuatro años de su gestión pretende fortalecer los vínculos entre los países, potenciar el comercio, el intercambio de talentos y reducir la huella de carbono de la residencia y de la embajada en Montevideo.
Diego Battiste
¿Cómo vivió estos primeros meses en Uruguay?
Todavía siento que tengo mucho que aprender sobre el país, especialmente por haber llegado en un momento tan fuera de lo usual. Hasta ahora el manejo del gobierno y del público uruguayo sobre el coronavirus ha sido impresionante. Al llegar, me sorprendió la habilidad de seguir teniendo una vida bastante normal en comparación con otros países y que la gran mayoría de las empresas siguieran funcionando más o menos en un rango de normalidad. La segunda cosa que destaco es la calidez de la gente. Nos recibieron de forma muy cálida y con muchas sugerencias de lugares para visitar y cosas para comprar, que también ayudan mucho cuando uno está intentando aprender sobre un país.
¿Qué objetivos se trazó para su gestión y qué clase de vínculos pretende fortalecer?
Una cosa que aprendí cuando llegué aquí es la profundidad de los vínculos históricos ente Uruguay y Reino Unido, que a veces no se ve tanto en el intercambio actual cultural, comercial y político. Uno de mis objetivos claves es asegurar que podemos apoyarnos uno al otro en formas multilaterales cuando tenemos puntos en común. Otro objetivo es potenciar más las relaciones bilaterales. Esto tiene que ver con el comercio, pero también con el intercambio entre nuestros públicos en lo académico y en lo cultural. Creo que hay muchas cosas que podemos hacer y que mi predecesor Ian Duddy ha hecho mucho trabajo en este aspecto, pero es algo que quiero seguir empujando.
¿Hay planes de profundizar sobre algún tipo de acuerdo de libre comercio bilateral?
En lo personal, espero que podamos empezar las negociaciones para un acuerdo entre Reino Unido y Mercosur durante mi período aquí. Obviamente, con la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) ya estamos negociando acuerdos, no solamente con la UE, sino con otros países. Ya empezamos con algunos que son clave para nosotros, como Japón, Estados Unidos y Australia, y estoy fomentando que los países del Mercosur estén en una segunda ronda de estas negociaciones. Mientras tanto, mi equipo comercial está trabajando en colaboración con algunos actores uruguayos para empezar a identificar los puntos en común, los problemas de acceso al merado y las oportunidades, para estar listos cuando empiecen estas negociaciones.
¿Cuáles son los productos que más se intercambian?
Uruguay exporta carne y productos cárnicos como número uno, y en el top cinco hay alimentos para animales, cereales, productos de corcho y de madera. Nosotros les vendemos bebidas (en especial whisky), alimentos, maquinaria industrial y productos farmacéuticos. Entre los dos también intercambiamos productos de limpieza y baño. Algo muy interesante es que el flujo de comercio bilateral vale alrededor de 200 millones de libras cada año, pero hay unos 150 millones de libras de productos que vienen desde Reino Unido y que no se consideran como comercio bilateral porque no quedan en Uruguay, sino que se van a otros países de la región. Vemos esta tendencia del uso del Aeropuerto de Carrasco como un hub de logística para la región y pensamos que en eso hay muchas oportunidades.
¿Ha tenido reuniones con empresas inglesas interesadas en invertir en Uruguay?
Sí, estoy muy feliz de ver que ya tenemos algunas empresas británicas muy interesadas en invertir en Uruguay. Aberdeen Standard Investments, por ejemplo, es un grupo británico que está en proceso de conseguir la primera PPP (Participación Público Privada) en Uruguay en la cárcel de Punta de Rieles. También uno de nuestros clubes de fútbol (City Football Group) acaba de hacer una inversión y pretende tener su propia academia aquí. Tenemos muchas empresas que hacen transporte de hidrógeno que están interesadas en venir aquí no solo a vender sus cosas, sino también a hacer inversiones. Además, mi equipo está todo el tiempo buscando posibilidades de empresas uruguayas que quizá tienen un perfil que nos interesa en Reino Unido. Una de las más recientes se llama Service City, una startup de tecnología que pone a la gente en contacto directamente con los servicios que necesita para su hogar. Ese es el tipo de inversión que queremos atraer, empresas chicas que ya están listas para internacionalizarse, sobre todo en los sectores de tecnología, para que vengan a Reino Unido como plataforma de lanzamiento hacia un nivel más global.
¿Cómo es el vínculo actual con el gobierno uruguayo?
Las relaciones son muy cálidas entre nuestros gobiernos y tengo entendido que ya lo eran con el gobierno anterior también. Tuve reuniones con todos los ministros, excepto con dos, que vienen esta semana. Con la ministra de Economía y Finanzas hablamos mucho sobre el fondo UK Export Finance (UKEF), que es un fondo de préstamo a gran escala que brindamos a algunos países si quieren hacer un proyecto muy grande de infraestructura que ayude con el desarrollo del país en lo económico o comercial y que tenga un contenido británico. Por ejemplo, si quieren hacer algo en infraestructura, tenemos arquitectos, expertos en ingeniería o electricidad británicos que podemos recomendar para que empiecen a hablar de forma más profunda. El monto máximo del fondo para proyectos grandes y de carácter “green” es de 4,5 billones de libras.
En busca de talentos
Desde el 1 de diciembre, Reino Unido ofrece una nueva visa laboral a la que se puede acceder por un sistema de puntos. “Los puntos se otorgarán a una oferta de trabajo con el nivel apropiado de habilidades, conocimiento de idioma inglés y el pago de un salario mínimo”, detalla la web del gobierno británico. “Eso puede abrir oportunidades para uruguayos que quieran trabajar allá. Es una muestra importante de que, pase lo que pase con la salida de Reino Unido de la UE, seguimos siendo un país muy abierto, muy multilateral y con mucho interés en el flujo de bienes, de servicios y de personas”, señala la embajadora británica en Uruguay.