"Uruguay le debe mucho a Defensor"

Realmente no es fácil despejar la mente. Primero porque las cosas siguen. Podemos decir que se cerró una pequeña etapa, creo que muy positiva para todo el movimiento, pero sigue el camino y capaz que con más responsabilidades. Lo bueno ahora es que podemos ocupar la mente en lo deportivo y en esa presión que a veces no te la podés sacar de la cabeza pero te juro que estas tres semanas en lo menos que pensé fue en fútbol. Me costaba concentrarme en el entrenamiento. A veces llegaba y estaba pensando en lo otro. Y fue un gran ejercicio de paciencia. Fue un camino de mucho aprendizaje y crecimiento. Porque hoy estaba en el gimnasio y todavía estaba pensando y dándole vueltas a ciertas cosas.

Una de las mejores virtudes de Eduardo (Acevedo) y su cuerpo técnico es el relacionamiento con el jugador, la parte humana. Es muy cercano. Una persona que no necesita imponerse para ser respetado y da mucho respeto; por eso le vuelve el respeto. Él fue jugador, todo este tema lo entiende perfectamente y el ida y vuelta fue muy fluido, muy sincero, muy abierto, con consejos de por medio.

Primero hay que respetar siempre eso. En lo personal me tocó experimentar más que nunca en todo este tiempo de luchar con Más Unidos Que Nunca, y aprender que hay otro que piensa distinto y al final terminás hasta valorando que del que piensa distinto se aprende. Un día el Bigote López me dijo: 'Zurdo, me encanta discrepar contigo'. Y yo me reí. Claro, él por ahí con ese corte más militante que tiene está acostumbrado a tener discrepancias con la gente y está bueno acostumbrarse a eso. A veces te ponés de acuerdo, a veces no, pero crecés siempre. Acá con los capitanes hablamos el tema y hubo diferencias con alguno, normales pero ahora estuvimos muy juntos.

Normalmente antes. Nosotros hablamos entre los capitanes y luego se baja el tema a los más chicos, a los que hacemos partícipes de esas reuniones.

Es un ejemplo más de que Defensor es una isla y creo que como institución es la mejor del fútbol uruguayo. No quiero tener falsa modestia, para mi Uruguay le debe mucho a Defensor. De hecho hay que mirar los jugadores que tiene la selección para entender lo importante que es que haya instituciones como Defensor; ojalá que haya muchas más. Te hace sentir bien, te hacern pensar: 'Pah, Loco, tengo suerte de estar donde estoy'.

No. Llamados tampoco.

(Interrumpe). No, pará (risas) el tema es que este partido es tan particular que igual lo vengo viviendo desde hace tres semanas. De momentos tenés flashes y se te viene el partido a la mente porque es un partido soñado. Si bien creo que no define porque falta mucho, la gente lo está esperando y con el parate hay una sed de fútbol. Aparte con Eduardo fuimos muy claros, pasara lo que pasara el entrenamiento era 100% pensando en Peñarol que era nuestro próximo rival y ya lo venimos hablando y con los compañeros viviendo y charlando sobre aspecto tácticos.

Sí, somos un equipo que se caracteriza por eso, la intensidad, la presión, y trabajamos eso.

También, por eso va a estar bueno (risas).

Se da un marco increíble, por las posiciones del campeonato, sumado al antecedente del Intermedio, del Apertura y que hace dos semanas que no hay fútbol. Están todos los condimentos para que la banda esté enfurecida, digamos.

Para ganar un partido se necesitan muchas cosas. Siempre un poco de suerte, siempre. Y después estar claros en la planificación y ser valientes en ejecutar lo que planificás. Después un partido sale como sale. Fijate, el 9 contra 11 no fue planificado. Uno se tiene que adaptar a las circunstancias.

Sí, muchas veces hay que tener la valentía de poner en práctica lo que se entrena o la inteligencia de distinguir los momentos anímicos del partido. A veces hay que saber decir el rival está mejor y voy a aguantar un poquito. Normalmente los años te ayudan a discernirlo, a manejar lo que es la inteligencia emocional que es muy importante. Yo me di cuenta que la experiencia me ha ayudado mucho, pero también me doy cuenta que hay partidos en los que no estás claro, que cometés errores desde lo emocional, de dejar que te lleve más un impulso que el análisis de que es realmente lo que te conviene.

Y todo, todo. Pero como la mayoría somos de acá, lo llevamos, sin dudas.

El quiebre podría ser en la Anual. Creo que el Clausura, sea cual sea el resultado va a seguir peleado, no está definido.

Sí, somos conscientes de que es un partido que va a jugar en la tabla de puntos y en la tabla anímica. Pero ahí también está la grandeza de los equipos, lo que te hablé hoy de la inteligencia emocional dentro del partido. El partido del Apertura que empatamos con Peñarol terminé con una mezcla de tristeza-frustración-alegría porque la personalidad fue espectacular pero, como todos sabemos, sufrimos un perjuicio del árbitro. Ese día estaba mal porque Nacional nos había sacado cinco puntos. Y me fui pensando: 'Pah, hoy nos quitaron la chance del campeonato'. Y sin embargo fuimos campeones.