Foto: Leonardo Carreño.
Álvaro Delgado fue el vocero del gobierno
Fuentes de Presidencia dijeron a El Observador que si bien no se hizo una evaluación de cómo venía realizándose la comunicación, (que hasta ahora venía siendo un punto alto del gobierno) para la conferencia de prensa realizada el martes sí se consideró que era necesario “juntar todas las puntas” y brindar un “mensaje completo” después de “coordinarlo con los actores”.
En este sentido, se entendió que lo mejor era que ese mensaje fuera brindado por el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, quien viene realizando toda la coordinación de los temas de agua –en referencia a los proyectos de Arazatí y el saneamiento en el interior– y que lo “lógico” era que lo informara con los ministros a sus costados.
Voces disonantes
Con Fernando Pereira a la cabeza, este viernes la coalición de izquierda reclamó que esa comunicación debió ser encabezada por el presidente Luis Lacalle Pou. “Nosotros no entendemos que no asista el presidente, que esté ausente de un tema que es el más importante que tienen hoy casi dos millones de uruguayos”, dijo el presidente de la oposición.
El exsindicalista se preguntó si era más importante “cuidar” la imagen del mandatario o “dar tranquilidad” a la sociedad uruguaya, mientras que Yamandú Orsi se mostró sorprendido por la ausencia de Lacalle Pou en una reunión previa el lunes en la Torre Ejecutiva, coordinada por Ambiente, Salud Pública y OSE, a la que también asistieron Carolina Cosse (Montevideo) y Mario García (Lavalleja).
Pese a que desde Presidencia señalan que Delgado venía coordinando esa área, y por lo tanto era el idóneo para comparecer públicamente, Lacalle Pou no pudo haber oficiado como vocero porque estaba con gripe en la residencia de Suárez y Reyes.
El mandatario reapareció públicamente el jueves, en la conmemoración del Día del Ejército y la Batalla de Las Piedras, y se mantuvo en silencio también este viernes, cuando asistió a Tacuarembó a varias inauguraciones.
En la mira
Más allá de esta situación, en el oficialismo reconocen que la gestión de OSE está en la mira y que el presidente Raúl Montero (que es una persona de confianza política del senador Sergio Botana) está con “tarjeta amarilla” debido a un acumulado de casos que incluye “tensiones” con Presidencia y la OPP, a veces por demoras en decisiones o resoluciones inconsultas, como quedó en evidencia dos veces con el proyecto Arazatí.
Inés Guimaraens
La baja continúa por la baja de lluvias
En noviembre del año pasado, el entonces ministro de Ambiente, Adrián Peña, debió asistir a la reunión del directorio de OSE para asegurarse que el proyecto fuera aprobado en esa sesión, luego de varias demoras y algunos reparos.
Luego, en abril de este año el director de la OPP, Isaac Alfie, le envió una carta a Montero debido a que funcionarios de OSE habían dicho en una reunión interinstitucional que los cambios al proyecto –que incrementaban en US$ 50 millones los costos aprobados– contaban con el aval de esa oficina, que es con la que coordinan las inversiones.
Las tensiones entre OSE, el MEF y la OPP fueron blanqueadas por Peña en una entrevista con Fácil Desviarse, en la que reconoció que “gente del equipo económico” le dijo “no va a pasar”. “A mi gente del equipo económico me decía no va a pasar (quedarse sin agua). Siempre joden con esto y no va a pasar”, recordó y agregó que el tema “cambió” y que Uruguay es un “gran afectado por el cambio climático”.
El exministro consideró que la campaña de bien público “llegó tarde” y hubo una “omisión” en no haber utilizado la herramienta previamente. “En la comunicación hay cosas para mejorar. Tendría que haber habido un nivel mayor de información sobre todo cuando se politiza. Había que estar más rápido de reflejos”, agregó.
Inés Guimaraens
Paso Severino está con el mínimo de reservas
Tras la interpelación, Montero dijo en radio Sarandí que había estado diciendo la verdad sin ocultarla todo el tiempo, pero que “tal vez” su “pecado” fue intentar no “generar alarmas”.
Varios días antes, en una entrevista con FM Del Sol, el jerarca había dicho que hacía un “mea culpa” por la forma en que fueron comunicando la situación.
Pasividad
El director de OSE por el Frente Amplio, Edgardo Ortuño, dijo a El Observador que las medidas se tomaron por fuera del directorio, lo que llevó a que en algunos casos se enterara por la prensa, ya que recién después de anunciadas fueron refrendadas en las reuniones habituales de la empresa pública.
Señaló que a pesar de que las reservas venían bajando no se tomaron medidas de contingencia y mencionó que la única “advertencia” fue cuando la gerencia general comunicó en marzo que había preguntado al MSP por la posibilidad de aumentar los valores máximos de cloruros y sodios en el agua.
En la interpelación, el senador opositor Alejandro Sánchez criticó que “hace seis meses que saben que nos estamos quedando sin agua” y que “todas las ideas” –anunciadas por Delgado– se podrían haber “hecho hace tres meses”.
Las declaraciones de Sánchez obedecían a que en octubre del año pasado Montero había dicho que la situación del agua era preocupante.
“Lo único que quiero resaltar es la fragilidad que tiene el abastecimiento de agua del área metropolitana. Muchas veces, el río Santa Lucía no nos da el agua que nosotros necesitamos; muchas veces, nos da menos, nos vamos comiendo la reserva de Paso Severino y entramos en una cuenta regresiva que, créanme, es difícil de soportar. Ya estamos en un momento cero. Paso Severino está 4 centímetros por debajo de la cota de rebalse”, dijo entonces en el Parlamento.
Cronología mediática
El 9 de febrero, la gerencia metropolitana pidió a OSE tomar acciones por la baja en las reservas y las pocas lluvias pronosticadas, y el directorio comenzó a aumentar los gramos de cloruro y sodio pero dentro de lo permitido, al tiempo que resolvió prohibir los usos no prioritarios del agua potable y anunció sanciones.
Una semana después, el 15 de febrero advirtió a los centros de diálisis por el incremento de las sales.
Inés Guimaraens
Las reservas en Paso Severino siguen disminuyendo
El 2 de marzo, la empresa inició el plan de contingencia y se constituyó un comité interinstitucional con URSEA, MSP y Ambiente. Siete días después, la empresa pidió opinión al MSP para elevar los valores máximos permitidos de cloruro y sodio ante la situación de bajas reservas. Un documento firmado por el gerente general Arturo Castagnino señala que podía pasar en “algún día”, a lo que el MSP contestó que la excepcionalidad solo se otorgaba si los valores excedían de forma sostenida en el tiempo.
Pese a que las reservas en Paso Severino fueron bajando considerablemente –desde 25.621.940 el 8 de marzo a 12.000.000 metros cúbicos el 26 de abril–, OSE se mantuvo en silencio hasta esa fecha, en la que resolvió el aumento de los valores de cloruro y sodio.
Tras el anuncio, al día siguiente el ministro de Ambiente, Robert Bouvier, señaló que el agua seguía siendo potable. Unos días después, el 3 de mayo, Ortuño pidió conocer la opinión del MSP mientras que el Senado aprobaba la interpelación.
Al día siguiente, el 4 de mayo, OSE volvió a aumentar los valores y la ministra de Salud Pública, Karina Rando anunció que no había “riesgos”.
Cuatro días después, la jerarca dijo que se reuniría con especialistas para afinar recomendaciones, y luego la intendenta Carolina Cosse ofreció datos del agua en policlínicas y una serie de medidas.
Tras esto, el gobierno anunció otras disposiciones a través del Mides y el 11 de mayo Bouvier reconoció que el agua era “bebible” pero “no potable”. Tras un reclamo del FA, un día después comenzó una campaña de bien público en radio y televisión, y el 16 de mayo –un día antes de la interpelación– se produjo la conferencia de Delgado con nuevas medidas.