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Amodio va a correr a la montaña y Granger a entrenar con tapabocas
Los uruguayos que viven en los países afectados por el coronavirus conocen de primera mano cómo es convivir en una ciudad en medio de la pandemia. Los deportistas no son la excepción y a las dificultades que por el virus deben sortear en el día a día, también se las deben ingeniar para llevar adelante sus entrenamientos y competencias.
La ultramaratonista uruguaya Silvia Amodio, radicada en España desde hace unos años y viviendo hoy en Barcelona, se está adaptando a la rutina en medio de una ciudad que de a poco comienza a sentir los efectos de la enfermedad.
“Al principio se tomó como que el tema se estaba exagerando, pero a medida que pasan los días se va viendo que es un tema serio y que asusta”, contó a Referí.
La corredora hizo un breve repaso de las medidas que se han tomado en las principales ciudades de España.
“Ya se han cerrado muchas actividades en ciudades como Madrid, los colegios y universidades se han cerrado por 15 días”, indicó. “En Victoria donde vive mi hijo (el basquetbolista uruguayo Jayson Granger) también está cerrado y se está hablando que en Barcelona próximamente se esté cerrando todo”, dijo, antes de confirmar que este viernes se suspenderán las clases en centros educativos catalanes.
Para la corredora que batió récords nacionales de 12 horas, 50 y 100 kilómetros, el coronavirus “asusta porque se está propagando muy rápido”.
“Ahora vas al supermercado y la gente entró en psicosis, las góndolas están vacías porque se están llevando todo”, señaló.
La atleta explicó a qué se debe que falten productos. “Porque donde tengas un mínimo de síntomas, un resfrió o fiebre, enseguida tenés que llamar a un médico, va a tu casa, te toma la temperatura y te hace un test correspondiente. Y si te da positivo, ya tenés que tener los víveres porque durante 15 días no podrás salir de tu casa”, señaló. “Eso está pasando ya a pasos agigantados”.
Cancelaciones y miedo
A nivel deportivo, señaló que ya se han suspendido varias competencias en España y Europa.
“La Gran Maratón de Sables se ha cancelado para setiembre”, dijo sobre la prueba de autosuficiencia de 250 kilómetros que se corre en el desierto del Sahara y que ella completó en 2017.
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“Estaba inscrita para la Milano-San Remo, que era el 1° de mayo, y se ha cancelado”, agregó sobre la carrera que se iba a desarrollar en Italia, uno de los países más afectados por el coronavirus.
La corredora señaló que siente “miedo” por la enfermedad y comentó el riesgo que tienen los deportistas de resistencia. “En mi caso, algo que hablaba con compañeros que hacemos entrenamientos muy grandes, si te baja al mínimo las defensas, porque por el entrenamiento estamos expuesto a eso, estamos más expuesto a contraer el virus. Por eso preocupa mucho”.
Silvia también contó cómo es el día a día de su hijo Jayson, quien juega en el Baskonia de la máxima categoría del básquetbol español.
“Mi hijo es profesional de básquetbol y está en Vitoria, que es una de las ciudades que tiene el foco de coronavirus más grande de España. Hablo con él y me contó que la ciudad está totalmente vacía”, señaló. “Ellos van a entrenar, con tapabocas, tienen lavado de manos continuamente, y de ahí ya tienen la provisión de víveres y se meten en sus casas. Están totalmente aislados”.
No era jarana
Además de correr, Silvia es cronometradora de básquetbol en Barcelona, donde este miércoles la Federación Catalana de Baloncesto comunicó que se suspendía la actividad por el resto del mes.
Y también trabaja en un comercio. “Estás expuesto”, señaló. “Yo trabajo en una tienda atendiendo al público y no lo puedo evitar. Estoy continuamente en contacto con dinero”, agregó.
Con respecto a su entrenamiento, señaló que sigue corriendo aunque tuvo que adaptarse a lo que pasa en Barcelona.
“En los gimnasios, que acá hay una cadena muy grande, la semana pasada cuando entrabas te tomaban la temperatura. Pero ahora se han cerrado por todo este mes. Los deportistas tenemos que trabajar en casa la parte de gimnasia”, señaló y explicó que el gimnasio “es un foco muy propenso porque las máquinas las toca todo el mundo y no podes lavarte las manos de un aparato a otro o que venga gente a desinfectar”.
“Se está paralizando todo”, agregó Amodio, quien contó cómo es su rutina.
“Sigo entrenado pero no tanto como antes”, indicó. “Hago un solo horario de una hora y pico al mediodía, voy para arriba a la montaña, estoy un rato corriendo ahí y vuelvo. Y después hago mucho en mi casa con bicicleta estática y pesas”.
La ultramaratonista explicó que mantiene sus corridas pero no lo hace por la ciudad. “Te piden que evites contacto, la vida social. Yo salgo a correr sola y en el monte”, agregó.
Silvia dijo que no sabe hasta cuándo va a seguir esta situación. “Se calcula que en invierno va a seguir creciendo y que en verano se pueda terminar un poquito esto. Y las vacunas, según lo que leí, llevarían ocho meses”, agregó.
“También habrá que ver las crisis que eso va a suponer”, señaló la uruguaya, quien reiteró su sensación sobre el tema: “Esto está asustando, al principio se tomaba como una jarana, que se magnificaba el tema de lavarse las manos, pero ahora el tema está asustando”.
