El economista Hernán Bonilla durante su disertación en ACDE. Foto: @JMCarzolio<br>

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ANCAP, la inflación, el dólar y un partido que ahora "es en serio"

Los cambios recientes a nivel global y regional generan nuevos desafíos para la economía uruguaya, según expertos
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31 de mayo de 2018 a las 05:00

Los paralelismos con el fútbol son a veces una buen recurso para explicar situaciones de manera muy sencilla, antes de pasar a los argumentos técnicos y más elaborados. Se usan de manera recurrente en la política y en los últimos tiempos también para ilustrar temas de economía.

Uruguay no es ajeno a lo que está pasando en el mundo. El dólar sube y con ello la inflación amenaza con superar el techo del rango meta de 7%. Ello ocurre junto con el comienzo de las negociaciones salariales. En paralelo, el empleo cae y la inversión no da señales de recuperación.

Del lado de los vecinos la incertidumbre reina y las proyecciones apuntan a que las economías de Argentina y Brasil crecerán por debajo de lo previsto a comienzo de año. Esas dificultades tendrán efectos en Uruguay, ya sea por la vía del turismo o el comercio de bienes. La foto se completa con los precios del petróleo que se recuperan y son un reto para los números de ANCAP.

Para el economista Ignacio Munyo del Centro de Economía del IEEM de la Universidad de Montevideo, el contexto global genera desafíos "gigantescos" comparables a las exigencias que supone una copa internacional para el fútbol local.

"Hasta ahora los equipos estaban jugando el campeonato uruguayo, les iba bien y ganaban los domingos, pero ahora tienen que jugar la Copa Libertadores de América", afirmó durante una conferencia organizada por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE).

Como primer ejemplo, puso a ANCAP que tendrá que empezar a moverse en un contexto de encarecimiento de los precios del petróleo y en donde el margen para subir los combustibles "no existe".

"Ahora sí el Directorio comenzará a jugar un partido en serio y habrá que mirar con lupa qué hace y qué no hace porque se terminó el período de gracia", apuntó Munyo.

Un segundo ejemplo es la inflación que hoy está en la franja de 6,5%. Para el economista, si el dólar tiene la tendencia esperada y llega a $ 33 sobre fin de año la inflación llegará a 9%. "Eso es muy delicado porque la variable inflación en un marco de Consejos de Salarios es la más delicada, si se va en forma sustancial del objetivo y no hay una perspectivas clara de traerla de nuevo rápidamente como pasó hace un par de meses", dijo.

Siguiendo con los paralelismos futboleros, el economista del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Hernán Bonilla afirmó que la Rendición de Cuentas es como el Campeonato Intermedio de AUF porque "no se sabe cómo se calculan los puntos".

"Todos los objetivos que el gobierno quiere cumplir en la Rendición de Cuentas no se pueden. (...) Se dice que va a aumentar el gasto en seguridad, en vivienda, planes sociales y educación, pero no va a aumentar el déficit fiscal y no van a aumentar los impuestos. Es una ecuación un tanto compleja de que cierre. Por algún lado algo de eso no se va a cumplir. Me temo que haya algún incremento tributario porque no van a dejar que el déficit se vaya mucho más de lo que está", dijo Bonilla. El rojo de las cuentas públicas se ubicó en 3,4% del PIB en los 12 meses a marzo.

"La buena noticia es que el ministro Astori dice que la capacidad contributiva de los uruguayos está a tope. La mala noticia es que ya lo dijo varias veces y los impuestos aumentaron igual. La justificación fue que el contexto había sido distinto al previsto. Es lo mismo que está pasando ahora", añadió el experto.

Para Munyo, el crecimiento de la economía uruguaya en 2018 estará más cerca de 1% que del 3% que proyecta el gobierno. Según Bonilla, la Rendición de Cuentas debe tener en cuenta que las proyecciones actuales son más bajas que las que se tenían semanas atrás, al igual que ocurre para la región. "La asignación presupuestal que pudieron haber hecho hace un mes hoy es obsoleta", apuntó.

Los dos economistas coincidieron en que financieramente Uruguay está bien parado y no hay elementos para pensar que el cambio de vientos pueda generar una crisis de magnitud como sí ocurrió en el pasado.

Lea también: Prueba de fuego presupuestal

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