Andrés Scotti reveló increíbles vivencias de su etapa como futbolista y sacó a la luz la crudeza del deporte en el alto rendimiento y cómo los deportistas exigen su físico al máximo, hipotecando la salud física para el resto de su vida.
En la inauguración de la sala de Referí Qatar 2022 de El Observador, Scotti reveló cómo el fútbol le dejó una lesión crónica en el tendón de Aquiles y un tobillo artrósico y con ligamentos rotos.
"Yo estuve lesionado el tendón de Aquiles desde la Copa América de 2007 que me quedó crónico y conviví con eso hasta que me retiré. Tengo tendinitis crónica y nadie sabe que yo me levantaba de la cama y no podía caminar. Es el esfuerzo que implica la profesión. En el deporte amateur vos podés hacer una pausa y respetar los procesos fisiológicos. Pero cuando hay un contrato o una competencia de por medio esos procesos se aceleran por tres, no hay tiempo para el proceso natural. Una vez me hice un esguince y el médico me quería parar dos meses. Yo le dije que si no me dejaba jugar, en dos semanas iba a estar jugando con la selección. Me pasó en Colo Colo. Ya me había pasado antes y ya había jugado a la semana", reveló el exzaguero de Wanderers, Nacional y Defensor Sporting.
"Tengo 60 esguinces en el tobillo derecho. Seis o siete graves; lo tengo artrósico y con ligamentos rotos. Eso no lo ve nadie. La gente quería que llegara el fin de semana, ganaras y anduvieras volando. Con el tendón me levantaba de la cama y no podía caminar. Me pasó con Nacional. Una vez jugábamos en el Franzini y me pasó de ir a la cancha y no poder correr. Estaba el Vasco (Rodolfo Arruabarrena) y me planteé: '¿qué le digo ahora, que no puedo jugar?' Al final, con la adrenalina del silbato, el dolor disminuyó. Con la adrenalina, el dolor baja mucho", afirmó el mundialista en Sudáfrica 2010.
"Cuando no me dolía el tendón yo corría como un caballo desbocado. Cuando me dolía no quería ni ir a casa. En 2009 me estuve por retirar, pero Alberto Pan me dijo que tenía un físico privilegiado y tenía buena tolerancia al dolor. No me operé porque la operación no me garantizaba un 100% de éxito", manifestó.
"A mí me preocupa mucho más el costado emocional. Al jugador se le puede haber muerto un hermano, un hijo, sufrir una separación, tener problemas emocionales. Y esa persona tiene que ir a jugar. El estado de ánimo es determinante para el rendimiento físico. Cuando hay errores son absolutamente involuntarios", remarcó Scotti.
El exzaguero de la selección también contó cómo seguirá los partidos de Uruguay en el Mundial de Qatar 2022: "Miro los partidos bastante solo y no me gusta escuchar ni un comentario. A mi hijo lo estoy educando para que no haga comentarios chotos. 'Los jugadores no te escuchan", le digo. Se mira calladito. Disfruto ver, me alegro mucho cuando les va bien y sufro mucho cuando les va mal, y particularmente cuando hay accidentes, incluso con los rivales", concluyó Scotti.
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