Año nuevo, conflicto viejo

Este jueves Adeom tenía en sus manos la posibilidad de levantar el paro, pero decidió mantener la medida un día más mientras la administración empezaba a manejar la declaración de esencialidad. Este viernes, luego de que la IMM no cedió ante sus quejas, el sindicato levantó las medidas.  ¿Qué reclamaba esta vez el sindicato municipal? El conflicto se originó porque Adeom exigía el cese inmediato de una jerarca acusada de acoso laboral y se agravó cuando la Intendencia de Montevideo (IMM) contrató a una empresa privada para trasladar un camión que había pinchado en una zona periférica de Montevideo.

La IMM se niega a cesar a la jerarca hasta que culmine la investigación administrativa. Y, respecto a la contratación de privados, dice que fue una decisión necesaria para solucionar un problema puntual. Pero da igual: parece que Adeom siempre encontrará un argumento válido para dejar a los montevideanos sin un servicio vital como es la recolección de residuos.

 “Es totalmente desmedida la decisión de Adeom”, dijo a los periodistas el director de Gestión Humana de la IMM, Eduardo Brenta. En eso estamos casi todos de acuerdo. Pero lo cierto es que, tras casi 29 años de gobierno, el Frente Amplio no ha logrado contener a Adeom ni tener una relación al menos razonable con el golpeado sindicato municipal. Si existiera un ranking de la imagen pública de los gremios, no sería raro que apareciera en el último lugar.

Ahora, volviendo al tema de la limpieza en Montevideo, ¿es tan difícil tener un servicio al menos correcto? ¿Privatizar sería una solución? En el Centro y la Ciudad Vieja el servicio es privado y, si bien hay menos paros, las calles y veredas tampoco se caracterizan por su higiene.
Quizá bastaría con aumentar la frecuencia de recolección y con reducir al mínimo las interrupciones del servicio, además de una campaña educativa a nivel público porque los montevideanos, parece, no somos los seres más limpios del mundo.
Otro tema es la clasificación y el reciclaje: estamos a años luz de lo que se realiza en otros países. Después del fracaso estrepitoso de aquel mecanismo de la bolsa naranja, ahora funciona un tímido sistema de contenedores específicos para el reciclaje, que están sobre todo en las grandes superficies. Pero en ese tema falta mucho y no es la prioridad, cuando ni siquiera se puede realizar en forma correcta la recolección de la basura tradicional.

Es verdad: el intendente Daniel Martínez logró mejoras en algunos aspectos de la gestión de la IMM, por ejemplo en el transporte y el desarrollo de la tarjeta STM, pero la basura ha sido su principal debe. No logró avances evidentes en estos tres años y medio de gobierno. A esta altura parece difícil que lo consiga antes de que le diga adiós a Montevideo y arranque su campaña electoral. Y para eso ya falta muy poco.