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Ansiedad y patios que quedaron grandes: así fue el primer paso de los niños de educación inicial hacia la presencialidad
Pancho, la mascota de la escuela N°375 de Santa Catalina, hace de las suyas en el colorido patio desierto. "Tiene horario completo", bromea la subdirectora de Primaria, Olga de las Heras, mientras recorre las instalaciones. En la mañana de este lunes hay solo diez niños de nivel 5 presentes, y el patio le queda grande a todos. A las 12 cerrarán su turno, habrá media hora para higienizar las instalaciones, y luego asistirá la otra mitad.
Ellos son parte de los cerca de 160 mil niños de 5 años e infantes de 1 y 2 habilitados para reintegrarse desde este 10 de mayo a la presencialidad en escuelas y jardines. En el centro educativo de Santa Catalina, ante la capacidad ociosa de las instalaciones de una escuela entera a la que concurren 10 niños, impera la tranquilidad. El clima se mantiene incluso en el único salón con actividad, donde los pequeños juegan al bingo y enmudecen con la comitiva de autoridades que pasa a saludar.
En el grupo de 14 niños de la mañana, hay cuatro ausentes en la primera jornada. Durante todo abril siguieron las dinámicas a distancia, cinco de ellos mediante la plataforma Crea del Plan Ceibal, y el resto por los grupos Whatsapp.
La semana previa ya habían abierto sus puertas 726 escuelas rurales, con un solo docente y hasta 20 estudiantes. Según destacó en entrevista con radio Montecarlo el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen), Robert Silva, la asistencia en ese centros rondó el 90%.
Reencuentro
Unos kilómetros más al centro de la ciudad, las calles Martínez Trueba y Canelones se pueblan de túnicas azules y pasos nerviosos a medida que se aproxima el timbre de las 8. "¡Rafa!", le grita de una vereda a la otra un niño a su amigo. Después de poco menos de tres semanas de clases en marzo, el gobierno suspendió la presencialidad en la educación para restringir la movilidad del más de millón de personas que participan de la enseñanza. Este lunes 10, también junto a las escuelas rurales de hasta 50 estudiantes, es el reencuentro.
"Tenía mucha ansiedad de ver a sus amigos. Con el poco tiempo que estuvo acá, no recordaba quiénes eran", contó Alejandro Morales, padre de uno de los niños de cinco años que no se encuentra con sus compañeros desde fines de marzo.
A diferencia de las escuelas y jardines de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) —que dispuso que aquellos centros educativos con horario completo cursen medio turno— en el Seminario pasarán las ocho horas. En el colegio tendrán el almuerzo, mientras que en las escuelas públicas se continuará con la modalidad de las prestaciones, sin el espacio de comedores y sin la tradicional copa de leche, a excepción de las sedes rurales.
Desde la Dirección General de Educación Inicial y Primaria entienden que las dinámicas son distintas, puesto que en los privados se tiende a llevar una vianda y existe la posibilidad de acudir a una cantina. En el sistema público, en cambio, la administración brinda prestaciones equivalentes a $80 por niño cada día, una modalidad extendida para unos 160 mil registrados. Por otro lado, las autoridades dejaron a criterio de los privados la posibilidad de retomar la presencialidad en todos los niveles de Inicial incluso desde este lunes.
Lejos de la calma del patio escolar de Santa Catalina, en la sede del colegio Jesús María (Carrasco) reina el bullicio de 200 niños de todos los niveles —2, 3, 4 y 5—. "En el último día (de la virtualidad) terminamos todos a los gritos porque queríamos volver", relató la maestra Carolina Pratto. "Hoy al encontrarse se miraban, se tocaban, había mucha emoción. Nosotras también. Ayer estaba con un dolor de panza como si fuera el primer día".
Cuando el 23 de marzo el presidente Luis Lacalle Pou anunció la suspensión de la presencialidad, los docentes habían tenido apenas unas semanas para captar la "primera impresión" de sus niños. Según explicó Pratto, la virtualidad discurrió con el esfuerzo por "repetir lo más posible el esquema" de la normalidad. Una canción para saludarse al inicio, un rompehielo con música, trabajos en subgrupos, recreos para la merienda e ir al baño: "lo más parecido posible a lo que era un día típico", resumió.
Cuando en el colegio se percataron de que el estudio remoto podía volver a tirar para largo, enviaron a las familias unas preguntas: "¿Cómo está viviendo tu hijo este tiempo de virtualidad? ¿Se conecta? ¿Tienes algún comentario para hacernos?". Así lo narró el director de la institución, Rafael Ibarzabal, desde la sede central del Jesús María, con sus patios amplios y canchas vacías, y toda la Primaria y Secundaria asistiendo a distancia.
"Constatamos dos cosas: una fuerte adhesión de las familias pero también que había cansancios. Ahí recortamos en Secundaria los espacios de 40 minutos a 30, dimos recreos más largos, espacios más tranquilos al mediodía", sostuvo, y aseguró que desde entonces "el feedback es bueno".
Unos minutos hacia el noreste, ya del lado canario del arroyo Carrasco, se aproxima la hora de entrada al Colegio Sagrado Corazón de Paso Carrasco. Son unos 40 niños de todos los niveles de Inicial que retornan al aula, al cálido saludo de las maestras y a la experiencia del desapego por unas horas de los padres. Algunos, aunque con la timidez de lo que se parece demasiado al primer día, pasan hacia el salón del fondo junto a las educadoras. A otros les cuesta un poco más desprenderse. Será cuestión de minutos para que la despedida ceda a la bienvenida.
Retorno
La semana pasada la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) —que nuclea a 150 colegios— solicitó al presidente del Codicen, Robert Silva, que las instituciones que trabajan con los "sectores más desprotegidos" puedan retornar "cuanto antes" a la presencialidad. En una misiva a la que accedió El Observador, la gremial envió una nómina de 15 colegios y la cantidad total de alumnos para que puedan ser tenidos en cuenta.
"Estos colegios son muchas veces el único entorno seguro con el que el niño cuenta, entiéndase un espacio sin violencia, con alimentación adecuada, con la contención emocional necesaria. Muchas veces son alumnos de familias monoparentales, sin ingresos fijos y sin disponibilidad de continuar la relación educativa a distancia por no disponer de medios electrónicos ni apoyo de un adulto", argumentó el titular de Audec, Adrián Arias.
De las 15 instituciones, 13 son de Montevideo —ubicadas en barrios como Ituzaingó, Borro y Cerro— y dos de Canelones —Paso Carrasco y Santa Rosa—.
El miércoles se sumarán a la presencialidad los niños de cuatro años en todo el país, y el martes siguiente los de nivel 4. La última etapa anunciada, sin embargo, incluye el 18 de mayo a primero, segundo y tercero de Primaria en todo el país, excepto en Montevideo y Canelones y todas las escuelas rurales –incluyendo las que tienen grados séptimo, octavo y noveno–. En Montevideo y Canelones solo retomarán las clases los alumnos de primero, segundo y tercer grado en las escuelas Aprender y las de tiempo completo
