López Mena, Héctor Lescano, Daniel Martínez y Daniel Funes de Rioja

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Ante empresarios argentinos, Martínez se mostró conciliador con la oposición

El candidato del FA dijo que la política en Uruguay "es un juego de niños" al lado de las rencillas argentinas
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25 de septiembre de 2019 a las 05:04

Juan Carlos López Mena tiene un andar sigiloso. El magnate argentino, dueño de Buquebus y hombre de enorme influencia en el ámbito político en las dos orillas del Río de la Plata, parece más cómodo en los márgenes que en el centro de una escena que concite la atención. 

Con esa calma recibió este martes al candidato frenteamplista Daniel Martínez, que llegó al Hotel Alvear en el barrio Recoleta de Buenos Aires para disertar ante unos 200 empresarios argentinos en un almuerzo organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), que invitó a El Observador y a otros medios a participar de la jornada, y donde hace 20 días estuvo el candidato blanco Luis Lacalle Pou.

Si bien Martínez era el protagonista del encuentro, las miradas también estaban posadas sobre la figura del empresario, quien en ese mismo lugar, había catalogado al candidato opositor como una “esperanza” para Uruguay. Un día después, el 4 de setiembre, López Mena fue más allá y afirmó en entrevista con el diario El País que “el Frente Amplio tendría que perder” la elección. 

Aunque declinó hablar con la prensa alegando “falta de voz”, el dueño de Buquebus realizó un escueto discurso de menos de dos minutos en el que destacó a todo el sistema político uruguayo, y dijo que “incluso el Frente Amplio ha hecho un excelente trabajo en sus 15 años” en el poder.

"Como ciudadano uruguayo por adopción, que hace más o menos 40 años estoy trabajando en Uruguay, lo que me encanta de Uruguay en la parte política es el respeto hacia el otro; esto realmente al inversor lo tiene muy tranquilo", señaló.

Diferencias y similitudes

La mirada de los argentinos hacia Uruguay suele tener un halo de paternalismo, y los almuerzos de los empresarios de ese país con los presidenciables de este lado del Río de la Plata suelen cargarse de referencias a los contrastes entre unos y otros.

Minutos antes del almuerzo, mientras empresarios y dirigentes políticos compartían un cóctel en la antesala, un asesor en política exterior de una empresa argentina resumió frente a Laura Motta, esposa de Martínez, decenas de años de historia y política comparada. “Vos vas a Uruguay y no pasa nada. Y cuando pasa es porque se asustan de lo que pasa acá”, apuntó. Otro de los comensales que se sumó al intercambio agregó lo suyo a la caracterización nacional: “Yo estuve acá el otro día y escuché a Lacalle Pou. Seguro no va a ser muy distinto lo que diga Martínez, porque así es Uruguay”. 

Siguiendo la hipótesis de ese empresario argentino, la comparecencia de Martínez en el Hotel Alvear estuvo atravesada por similitudes y diferencias con la reciente visita de su competidor. A pesar de las diferencias ideológicas con Lacalle Pou, Martínez coincidió en exaltar el clima de convivencia política uruguaya, la estabilidad de sus instituciones y los votos de confianza a un buen relacionamiento con el gobierno argentino. Al igual que al nacionalista, los aires porteños moderaron las críticas del candidato oficialista a sus competidores de la oposición.

Asesores y empresarios
Martínez concurrió acompañado de su esposa Laura Motta y asesores cercanos, como el subsecretario de Economía Pablo Ferreri, sus compañeros de comando Ramón Méndez y Santiago Brum. Lo acompañaron además Hernán Merlino y Álvaro Pérez, dos hombres de su confianza. También concurrió a la cita el embajador uruguayo en Argentina, Héctor Lescano, quien no solo había estado en el almuerzo con Lacalle Pou sino que supo acompañar –desde otro rol– al hoy presidente Tabaré Vázquez cuando concurrió a la misma instancia en 2005.
Entre los empresarios presentes estaban, además de López Mena, el presidente del Cicyp Daniel Funes de Rioja, Alejandro y Betina Bulgheroni, así como representantes de otras cámaras empresariales argentinas. Entre los saludos, Martínez identificó también a Eduardo Franciosi, un excompañero suyo en la escuela Maristas que vive desde hace décadas en Argentina y que hoy se desempeña como director ejecutivo de la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos de ese país. 

Al discurso más bien improvisado de Lacalle, que escribió algunos ejes temáticos a mano en un papel, contrastó la disertación más planificada de Martínez, que se guió con unas diapositivas especialmente elaboradas para la ocasión y que pusieron el foco en la estabilidad de la economía uruguaya y las oportunidades que presenta para los inversores. 

El candidato del Frente Amplio comenzó su discurso haciendo un breve repaso de su periplo personal –destacó su militancia contra la dictadura, su pasión por la ingeniería y los números, su trabajo en la refinería de ANCAP y la “profunda transformación” de la empresa durante su presidencia de 2005 a 2008– y luego pasó a dar su visión sobre el proceso electoral uruguayo.

En ese aspecto, destacó el buen clima de debate, y dijo que “en las elecciones se pica un poco” pero “a la uruguaya”. Martínez, que insistió en que la discusión en Uruguay “es un juego de niños al lado de Argentina”, también admitió que “a veces en un acto alguno dice una cosa de más”, y luego dijo a El Observador que en el fragor de la campaña suelta alguna palabra que preferiría no haber dicho. Esta semana, por ejemplo, el candidato oficialista expresó que a la oposición solo la une “el odio” al Frente Amplio y si bien Martínez considera que hay gente que efectivamente “odia” a la coalición de izquierda, entiende que el término quizá no haya sido el adecuado. 

Pero por otra parte, en su discurso de unos 40 minutos no dejó de reconocerle algunos méritos a los gobiernos que precedieron a la era frenteamplista, y mencionó que aportaron lo suyo a generar “importantes incentivos a la inversión”. Dentro de ese grupo incluyó las once zonas francas en territorio uruguayo, el puerto y el aeropuerto libres, la ley de promoción de inversiones, la ley de participación público-privada, y la libre repatriación de dividendos. 

De todas formas, sí remarcó sus elogios a las gestiones frenteamplistas por su "manejo responsable" de la economía y dijo que no quería "generar envidia" al mostrarle a un grupo de argentinos un gráfico con 16 años de crecimiento económico sostenido. Además, reiteró sus críticas a "los que dicen que en Uruguay todo está horrible"

En lo que también se distanció de Lacalle Pou fue en su mirada sobre el costo país y el peso de ese factor en la competitividad de la economía uruguaya. Mientras que el nacionalista había prometido a los empresarios bajar los costos para la producción. Martínez insistió en su visión de que la primera variable a considerar es la incorporación de tecnología, más allá de que “los costos internos” le “complican la vida” a ciertas empresas cuando están “al borde de la muerte”. 

Otra diferencia estuvo marcada por el capítulo Venezuela. En su visita tres semanas atrás, el nacionalista había sido aplaudido al catalogar a Nicolás Maduro como una “dictador”. Martínez –que tildó al régimen venezolano de “dictadura” en su cuenta de Twitter pero que nunca utilizó ese término públicamente– se refirió a la situación de Venezuela a pedido del público. De once preguntas dirigidas al exintendente, cuatro estaban referidas al gobierno de Maduro y al informe de Michelle Bachelet. 

El socialista dijo que mantuvo una conversación con la Alta Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU y que a raíz de eso se “convenció de que lo que decía en el informe era cierto”. De todos modos, apuntó que a su juicio “la posición de Uruguay, de no ponerse en modo hincha, sino apuntar a la vigencia plena de los derechos humanos a través del diálogo, ha sido la correcta”. 

Hasta la vuelta
Martínez volverá a Buenos Aires el próximo 6 y 7 de octubre para participar de actividades de campaña. Además, aprovechará esa fecha para reunirse mano a mano con el candidato peronista Alberto Fernández, a quien conoció el 31 de mayo en Uruguay, antes de las elecciones internas de ambos países. “Si es electo y yo también soy electo buscaremos el mejor relacionamiento”, dijo Martínez ante la consulta del público.
 

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