Archivos del terror: soldados fueron dados de baja en 1992 por haber firmado para referéndum de Ley de Caducidad

Tal es lo que se desprende de varios documentos incluidos en los rollos de los servicios de inteligencia divulgados en forma anónima en Internet bajo la denominación de “Archivos del Terror”.

Los informes de Inteligencia que explican tales bajas están firmados por el entonces teniente coronel Eduardo Ferro, cuando era comandante del Batallón de Ingenieros 2, en la ciudad de Florida.

Además, otros documentos rubricados por Ferro establecen que varios soldados que habían dejado el Ejército ya no podían reingresar por haber adherido al referéndum o porque sus padres lo habían hecho.

Uno de esos oficios tiene un sello de “Reservado” y está fechado el 30 de julio de 1992. Es un “Parte especial de información” y su motivo es: “Baja de personal subalterno por antecedentes ideológicos”.

Se refiere a un soldado llamado Justo Pereira, que había ingresado a la unidad meses atrás. Su baja se originó en que “figura en una lista de probables firmantes del referéndum por la Ley 15.848 (Ley de Caducidad)”. El dato se había conocido porque la Corte Electoral lo había convocado a ratificar su firma, algo que en aquella convocatoria ocurrió cuando alguna rúbrica no coincidía con la grafía de los documentos oficiales o tenía algún otro problema.

Además, Ferro agregaba en 1992 que “por informes que no han sido aún comprobados se tomó conocimiento de que los hermanos de Justo Pereira pertenecen a la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) del departamento de Florida”.

Luego anotaba: “Fue dado de baja por ‘no adaptarse a la vida militar’”.

Otro de los documentos tiene la misma fecha y es otro “Parte especial de información” motivado por “Baja de un personal subalterno de esta unidad por vinculación en actividades izquierdistas”.

En este caso se trata del soldado Robert Palermo Lees, quien había prestado servicios entre 1982 y 1986, cuando fue dado de baja “con conducta mala”. En el 92 fue readmitido en el Batallón de Ingenieros 2 y a pesar de que tuvo una “conducta buena” volvió a ser dado de baja con el argumento de “no adaptarse a la vida militar”.

El título del documento, sin embargo, indica que esa expresión fue un eufemismo para encubrir que en realidad se lo despedía por motivos ideológicos.

En efecto, el oficio agregaba que “por información obtenida por esta agencia, se tomó conocimiento que Robert Palermo trabajó en la Comisión Nacional Pro Referéndum (voto verde – año 1989) junto al dirigente Julio Fernández Raggio”.

Un tercer documento de 1992, también firmado por Ferro, da cuenta de la situación de cinco soldados.

Se establecía que José Luis Sequeira Camacho “figura en lista de probables firmantes del referéndum” y fue “separado de la unidad por no ser convenientes sus servicios”.

Además, se establecía que sus hermanos Walter y Julio habían sido dados de baja por ‘no adaptarse a la vida militar’. 

Luego se pasaba a los soldados Miguel Ángel Curbelo Racchianti y Josué Diana, ambos dados de baja por “no demostrar aptitud física”, al tiempo que se establecía que sus padres figuraban “como probables firmantes del referéndum”.

Ferro cerraba dicho informe estableciendo que los tres hermanos Sequeira, Curbelo y Diana “no pueden ingresar en alguna otra repartición del Ejército”.

Diana fue ubicado por El Observador. Desconocía por completo este documento. Señaló que en su caso él pidió la baja del Ejército y no pretendió nunca reingresar. Tiempo después revistó por un tiempo en la Armada, la que también dejó para pasar a trabajar en la construcción.

“Una orden política”

Ferro, que acaba de ser condenado a 21 años de cárcel por la desaparición del militante comunista Oscar Tassino, reconoció la autenticidad de los papeles.

“Nosotros teníamos una causal de baja que era ‘no ser conveniente sus servicios’. Se le aplicaba a personas que no tenían ideas democráticas o formaban parte de organizaciones no democráticas. En concreto, el Partido Comunista, la Juventud Comunista y otras organizaciones menores”.

Respecto a por qué se mantenía ese tipo de criterio varios años después de reestablecida la democracia, señaló: “No considero que sea algo dictatorial. Nosotros entrenábamos gente, con armas, con acceso a depósitos de armas, y esa era la práctica. Era un tema ideológico. Se trataba de evitar que entraran a un cuartel. Era una orden política”.

Espionaje en democracia

Los informes que dan cuenta de la baja de los soldados por motivos ideológicos vienen a terciar en otro caso en el que Ferro está involucrado.

En 2018, el capitán retirado Héctor Erosa se presentó ante la comisión de la Cámara de Diputados que estudiaba el espionaje en democracia y declaró que entre 1990 y 1996, en Ingenieros 2, se practicaron tareas de inteligencia y de espionaje hacia políticos y militares, operaciones que no se correspondían con las misiones propias de esa unidad.

Según su denuncia, tales actividades se incrementaron en 1991, al asumir el mando de la unidad el entonces teniente coronel Ferro. El rechazo de Erosa a tales prácticas y sus denuncias ante los mandos y el Ministerio de Defensa le valieron ser castigado y perseguido.

Ferro siempre negó esa acusación y hoy sostiene que la aparición de estos documentos no es prueba en sentido contrario.

Desde su punto de vista, la confección de esos informes sobre las adhesiones políticas de los soldados y sus familiares “no constituyen de ninguna manera una actividad de espionaje”.

Erosa, en cambio, sostuvo lo contrario. Consultado por El Observador manifestó que “estos documentos son una nueva prueba y fehaciente de que, al mando de Ferro, se hacía espionaje en democracia. Y que en forma arbitraria este individuo daba de baja a soldados por una presunción de su parte”.