Arquitectos advierten por efectos del agua salada en la producción de hormigón para construir

El informe, firmado por el arquitecto Fernando Tomeo –grado 5 de la cátedra de Construcción de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU)– señala que "no es posible producir hormigón en masa o armado de forma convencional" con la calidad de agua actual. Además, sostiene que los datos de OSE "son tan variables que no son confiables". También se incluye en la advertencia a los morteros –una mezcla que lleva agua y que forma una especie de pasta que se usa como material adhesivo y de relleno–. 

Tomeo señala que a nivel internacional se investiga la "posibilidad de producir hormigón con agua salada", pero que los datos todavía "no generan una base de conocimiento suficiente". "En la mayoría de los casos –dice– la investigación se centra en la incorporación de adiciones, como por ejemplo la ceniza de altos hornos, debido a que las mismas generan un ambiente bajo en oxígeno junto a las armaduras y su presencia favorece el proceso de inmovilización del cloruro en masa de hormigón". 

Por otra parte, el arquitecto se refiere a la "corrosión de las barras en las estructuras de hormigón armado", algo a lo que los arquitectos uruguayos están acostumbrados por la cercanía a la costa de las construcciones. Sin embargo, advierte que las "condiciones termodinámicas" pueden provocar "la destrucción de las barras". 

Consultada sobre las conclusiones de este informe, la presidenta de la SAU, Mercedes Espasandín, afirmó a El Observador que la organización que lidera "apoya" y "expone" el texto de Tomeo, aunque aclaró que no busca "cerrar la conversación", sino discutir sobre este tema. 

Y agregó que la SAU está organizando un conversatorio con distintos arquitectos y especialistas para debatir el asunto, sobre el cual dijo que no quiere generar "un tono alarmista".