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Así lo hicimos: Román Cuello y la fórmula secreta para derribar grandes

Román Cuello, el técnico de Wanderers, reveló a Referí cómo se construyeron los triunfos ante Nacional y Peñarol en 20 días
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20 de marzo de 2019 a las 05:00

No traicionarse. Estar convencidos de la propuesta. Prohibido reventarla. Salir jugando a riesgo de perderla. Circular la pelota. Generar que la gente pierda la paciencia y se lo transmita al rival.

Estas fueron algunas de las premisas con las cuales los jugadores de Wanderers salieron rumbo al Parque Central, primero, y al Estadio Centenario, después. Ahí, encerrados en un camarín se siente el rugido de la gente que espera que el león se coma a su presa. Ese momento es de ellos. De los jugadores. Cada maestro tiene su librito en esto de la dirección técnica. El entrenador de los bohemios, Román Cuello, no arenga ni brinda otra charla antes de salir a la cancha. Entiende que a partir de determinado momento los jugadores necesitan su espacio.

El 26 de febrero, en la sede del club, el plantel merendó. Posteriormente Román brindó la charla técnica.

Había que desplegar en la cancha lo planificado en la semana. La premisa primordial era clara: “tenemos que sacarle la pelota a Nacional y tenerla nosotros porque sabemos que ellos son fuertes por el centro”.

Partieron rumbo al Parque Central. Sabían que iba a estar colmado de aficionados. Era el primer partido del bolso en su casa.

Cuello no habló ni arengó antes de salir al campo de juego.

“Previo al partido, en el vestuario, no tengo charla, ese momento es de los jugadores, es un momento de ellos. Sí de repente algún apunte, pero no mucho más que eso”.

¿Por qué no habla el técnico bohemio antes de que sus jugadores salgan al campo de juego? “Porque entiendo que el plan de partido lo llevamos a cabo en la semana. En los días de entrenamiento. El día de partido el jugador necesita su espacio y mucha charla no está dispuesto a escuchar”, dijo el conductor de Wanderers en charla con Referí.

Cuello tampoco es adepto a las arengas previas a la salida de sus jugadores al campo de juego.

Aduce que, pese a creer que lo emocional es muy importante en el fútbol, “el partido se gana con juego en la medida que podamos dominar el juego. No lo gana el que tiene más ganas, sino el que tiene más discernimiento y mejor juego. No apelo a ese tipo de charla”.

El conductor bohemio reconoce que en su etapa de futbolista escuchó muchas arengas: “Me tocaron charlas de esas características. Se utiliza muchísimo y son muy válidas, pero hoy en día se gana el partido si tu equipo entiende mejor lo que pasa en el partido”.

Así le ganaron a Nacional

A la hora de analizar la forma en que le ganaron a Nacional, Cuello dijo que lo primordial era robarle la pelota a su rival.

“Sabíamos que era un equipo muy fuerte por el centro y con pelota, entonces la idea era tener nosotros la pelota y poder circularla con los laterales para así encontrar los espacios después por el centro”.

Cuello dijo que jugar en un Parque Central colmado fue un tema que trató con sus dirigidos.

“Sin dudas. Sabíamos lo que transmite la tribuna con el equipo que muchas veces, ante cualquier jugada que parecía peligrosa o de gol, se hace sentir. Pero también sabíamos que, en la medida que pasaran los minutos y si nosotros podíamos tener la pelota y hacer correr a Nacional atrás de ella,  todo ese entorno se podía volcar en contra de ellos”.

Cuello agregó: “esto se utiliza porque los equipos jugamos para que el hincha esté contento y cuando los hinchas no están contentos lo hacen saber, se transmite a la cancha y se siente”.

El conductor del club del Prado dijo que empezó a sentir el nerviosismo en el rival en el segundo tiempo. “A medida que iba avanzando el segundo tiempo, Nacional, al no poder descontar, se ponía cada vez más impaciente”.

Así le ganaron a Peñarol

Veinte días después, luego de resolver que no podían jugar en su cancha y fijar el Centenario, Wanderers siguió los mismos pasos que recorrió para jugar contra Nacional en el Parque. Esta vez lo esperaba Peñarol en el Estadio. El equipo aurinegro llegaba invicto, metiendo miedo con un ataque demoledor.

Cuello sabía que el carbonero era un rival de diferentes características que Nacional.

Lo miró, lo analizó: “Un equipo que genera muchas jugadas de gol de diferentes formas. Ataque directo, ataque rápido, ataques posicionales. Nuevamente lo que se repetía con relación al partido con Nacional era que en la medida que pudiéramos tener la pelota íbamos a poder quitar ese vértigo a Peñarol y mandar en el juego”.

El equipo de Diego López reiteró su avasallante inicio de partido como contra todos sus rivales.

“Sabíamos que iba a pasar porque Peñarol juega así, la gente ayuda para eso. Pero teníamos claro que en la medida que se pudieran encontrar secuencias de pase ellos iban a tener que correr para recuperarla, y esa energía luego no se tiene para cuando uno la tiene. La estrategia era que el equipo rival se desgastara recuperando la pelota”.

Con la ventaja en el marcador, producto del gol de Pastorini, Cuello transmitió a sus dirigidos la orden de tener posesiones más largas, no perder la pelota con pases forzados. Puso a Nacho González para manejar el balón.

“Eso trae como consecuencia que el rival que tiene que salir a buscar el resultado al no encontrar la pelota se frustra, la hinchada se empieza a apagar y eso hace mantener el resultado”, acotó.

No traicionarse

Un detalle que no pasó desapercibido es que Wanderers, a pesar de que los grandes tiran la presión arriba, salió siempre jugando.

“Sí, nosotros entendemos que es clave para poder generar después la superioridad en ataque. Salir del fondo nos da la posibilidad de tener los hombres mejor ubicados para seguir con las demás fases del ataque”.

Ante equipos que presionan arriba, ello implica riesgos. En el primer tiempo el bohemio perdió un par de pelotas que casi le cuestan goles.

Cuello dice que respalda al jugador que por salir jugando comete un error.

“En el fútbol siempre tomamos riesgos”.

Pero el salir jugando también tiene que ver con el análisis del rival.

“Nosotros analizamos y vimos que Peñarol tenía mucho más ataques cuando se plegaba y jugaba en largo que de otra manera. Entendimos que era más riesgoso pegar en largo que salir jugando. Peñarol tiene jugadores muy potentes, los defensas tienen juego aéreo, hay pocas posibilidades de ganar la primera pelota. Por eso lo más favorable era salir jugando”.

Cuello acota: “¿Qué pasa con el que se equivoca? Es que en realidad la equivocación es parte del juego, con el que se equivoca está todo el respaldo porque nosotros jugamos a eso. También se equivoca el que le pega para arriba. Preferimos equivocarnos manteniendo nuestra idea que equivocarnos y, además, traicionarla”.

Compartir con los jugadores

El técnico de Wanderers dice que le llega a sus jugadores con hechos. “Ellos se sienten cómodos jugando así, sienten que además pueden desarrollar mejor sus potencialidades y también en el fondo lo disfrutan más”, dice en la charla con Referí.

Y luego acota como se llega al convencimiento. “La construcción del juego del equipo siempre es compartida con los jugadores, si ellos están convencidos van a poder desarrollar la idea de juego. Ellos forman parte de la elaboración de nuestro modelo de juego”.

Curiosamente, en 20 días Wanderers le ganó a los dos grandes pero no pudo vencer a los equipos en desarrollo.

“Ehhh, bueno, sí… es buena”, dice a Referí mientras hace una pausa y piensa. “Los equipos chicos plantean otras situaciones y otras circunstancias. Y bueno tampoco hemos sido lo eficaces que sí fuimos contra los grandes”.

La Copa, un nuevo desafío
El jueves Wanderers arranca con un nuevo desafío, la Copa Sudamericana. Debuta ante Sport Huancayo de Perú en el Viera.

“Apuntamos a estar a la altura de la competencia. Después los resultados dirán para qué estamos. Sí disfrutar de participar de una copa internacional y estar a la altura”, repite Cuello habilitando la pregunta sobre qué entiende por estar a la altura.

“Ser competitivos, plantear partidos de igual a igual, inteligentes, va por ahí”

Wanderers afrontará la doble competencia con un plantel chico, un detalle que siempre genera complicaciones.

“Lo sabíamos a principio de año, elegimos así, tenemos jugadores en el club que necesitan espacio para mostrarse y sabemos que es una realidad pero estamos preparados para ser competitivos. Está claro que hay desgaste. Entiendo que los equipos chicos no pueden tener un plantel preparado para enfrentar doble competencia por un tema económico, por eso el objetivo es subir jugadores y genera espacio para todos”.

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