Muestra de Patrone montada en el Museo Figari

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Así se preparan los museos para la reapertura

Directores de algunas de las instituciones más emblemáticas cuentan cómo vivieron estos cuatro meses a puertas cerradas y cuáles serán las muestras con las que recibirán al público
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19 de julio de 2020 a las 05:00

Un domingo por la tarde para regocijarse pero con serenidad. Un paseo familiar donde se busca reflexionar, o simplemente contemplar. Un momento cualquiera, donde la vorágine ya no se soporta y el cuerpo pide a gritos ser testigo de una experiencia artística. Para sacudir las fibras más sensibles en cada una de esas esas ocasiones –y en tantas otras más– los museos resultan el refugio más saludable. 

En el museo nadie corre, no hay apuro. Las paredes aparecen para exhibir lo infinito que es el arte y lo limitada que es la experiencia humana. Es ahí donde el visitante se enfrenta a la necesidad de darle sentido a lo que ve y donde puede sentirse inmensamente humano. O no. También se le puede volar la cabeza, y ahí eso de la limitación humana se convierte en un chiste.

Pero, ¿qué pasa si, de repente, esos espacios físicos se pierden? Antes del 13 de marzo, esas preguntas hubieran sido irrisorias. Hasta que una pandemia alteró todas las actividades del país y cada institución cultural debió limitarse a la interacción virtual con su público.

Ya pasaron cuatro meses, y los visitantes asiduos de los museos ya no entienden por qué abrieron los shoppings, las iglesias y los clubes deportivos y estas instituciones –que no son masivas– siguen a puertas cerradas. 

Para alimentar expectativas

Aunque todavía la fecha no se anunció, la idea que circula en el ambiente cultural es que la reapertura de las salas de exposición es inminente. Probablemente, en cuestión de días o semanas los uruguayos podrán volver a disfrutar de las artes visuales. Y para agitar las ansiedades, El Observador consultó con algunos de los directores de los museos más emblemáticos de Montevideo cuáles serán las muestras con las que recibirán a los visitantes una vez que los protocolos tengan la firma final y la fecha de reapertura se concrete.

El Museo Figari tendrá en su primer piso una restrospectiva de Virginia Patrone, artista uruguaya que recibió en 2019 el XXIV Premio Figari. Esta muestra estaba previsto que se inaugurara en marzo, pero la pandemia obligó a suspenderla. La exhibición, que ya está pronta, cuenta con la curaduría de Verónica Panella e incluirá la proyección de un video creado por Patrone para esta ocasión. En la planta baja, podrá verse parte de la colección permanente con obras de Pedro Figari y su hijo Juan Carlos. Esta muestra repasa algunas de las series más conocidas de Figari, como los candombes, las danzas criollas, los bailes de salón y las escenas de campo. 

Muestra de Patrone montada en el Museo Figari

En los patios interiores del museo habrá una intervención de gran impacto visual del uruguayo Santiago Velazco inspirada en el óleo sobre cartón que creó Figari titulado La excusa.

Por otro lado, el Museo de Arte Precolombino (MAPI) espera poder reabrir las puertas antes del 15 de agosto, para que los visitantes puedan disfrutar de Tiempo de sueños: arte indígena de Australia, que estará hasta ese día. Con la reapertura, se inaugurará Los otros rostros de Colombia, con la colección de máscaras de Claudio Rama. A la vez, en la nueva sala Música y Fiestas de América se podrá conocer parte de la investigación que realizó la antropóloga y musicóloga Mónica Gudemos sobre instrumentos musicales precolombinos procedentes del Ecuador. Y una de las noticias más importantes es que ahora el MAPI es accesible, porque cuenta con una puerta y una elevadora que permiten el acceso de silla de ruedas a todo el edificio.

Máscara de Diablo (en el MAPI)
 
Máscara de los indígenas del Valle de Sibundoy (en el MAPI)

El Museo Histórico Nacional abrirá sus sedes con sus exposiciones permanentes y una muestra temporal en Casa de Rivera. Además, saldrá a la calle con la galería Multitudes a cielo abierto en el muro de la esquina de Rincón y Zabala, que reunirá una serie de fotografías que van desde el carnaval y los desfiles militares hasta una misa campal, actos políticos y repartos de alimentos en épocas de crisis. 

El plato fuerte del Museo de Juan Zorrilla de San Martín será Herbario, que ya está montada en las salas de exposiciones. A partir de una colección de hojas, Federico Ruiz Santesteban documenta y explora el poder fotosensible de las “malas hierbas”. La muestra es, entonces, una oda a todas esas especies de yuyos o plantas invasoras que habitan en las cunetas de Rocha y luchan contra la embestida del crecimiento urbano desregulado.

Herbario (en el Museo Zorrila)

Afortunadamente, el Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) decidió cumplir con los 90 días planificados para la exhibición de Petrona Viera, El hacer insondable –que se inauguró el 28 de febrero y se pudo disfrutar por apenas dos semanas–. Además, se inaugurará dos semanas después de la reapertura la muestra Equilibrios de Andrea Finkelstein.

Al igual que el museo de Parque Rodó, la propuesta del Blanes será en clave femenina. Porque reabrirá sus puertas con una muestra de la artista Lily Salvo que inauguró el 12 de marzo, un día antes de que todas las actividades culturales presenciales se cancelaran. Las obras fueron traídas desde Roma.

Muestra de Lily Salvo en el Blanes

La voz de los directores

Los museos no reciben a un público cuantioso ni acarrean con el poderío de las masas. Es cierto. Pero el valor de estas instituciones dentro del entramado sociocultural de un país es muy grande. Y que hayan cerrado abruma. Las artes visuales son necesarias.

Para saber cómo se vivió desde el interior de cada museo la paralización de la actividad, El Observador dialogó con los directores de algunas de las principales instituciones, que aguardan la reapertura de las salas con muestras prontas y energías acumuladas.

LAS PREGUNTAS
  1. Tras cuatro meses sin experiencias culturales presenciales en general, ¿podrá resignificarse la experiencia ir al museo? ¿El público se motivará más?
  2. Abrieron los shoppings y las iglesias, vuelve el fútbol. ¿Por qué cree que la reapertura de los museos –que no reciben gran afluencia de personas– todavía no se efectiviza? 
  3. ¿Qué se perdió y qué se aprendió en estos cuatro meses a puertas cerradas?

Pablo Thiago Rocca- director del Museo Figari

  1. Imagino que al principio va a haber una afluencia de público mayor a la habitual porque las personas extrañan naturalmente las actividades culturales. Y porque los museos invitan a una experiencia reflexiva profunda que no se parece a otras actividades públicas: no tienden a la masividad y reportan un contacto intimista con las obras. Está bien ofrecer alternativas en las plataformas virtuales, pero la contemplación de una pintura con sus dimensiones y su materialidad es una experiencia irremplazable. 
  2. No lo sé. También me hago esa pregunta. 
  3. La pandemia nos obligó a darnos cuenta de la importancia del arte y la cultura en la vida cotidiana de las personas. Se entendió lo importante que es poder ver una pintura, escuchar música, leer un buen libro, ver una obra de teatro. Aunque lo último fuera de un modo virtual durante el período de confinamiento. Pero también las personas se dieron cuenta de lo imprescindible que es la experiencia presencial de la cultura. Y que las pantallas de los celulares no sustituyen a la realidad física. Por otro lado, el museo es una construcción colectiva y dinámica, que depende del interés y de las visitas del público, de la sensibilidad y el compromiso de las autoridades gubernamentales que destinan fondos a la cultura, de actores sociales diversos como artistas, mediadores, trabajadores de seguridad y de limpieza, entre otros. La emergencia sanitaria no es solo un tema del coronavirus, sino también de la salud del alma y de lo que hacemos cuando nos asalta una crisis social y humanitaria. Todas las crisis sociales y económicas son también de sentido, de qué hacer, del cómo y de hacia dónde vamos. Y ahí el arte, la cultura y los museos tienen respuestas para dar.

Cristina Bausero- directora del Museo Blanes

  1. No solo vivimos con un cuerpo sano, es importante cultivar el pensamiento. Creo que las personas se volcarán a recuperar el tiempo perdido. Se hicieron muchas cosas alternativas para llegar al público con contenidos culturales, aprovechando, por ejemplo, fechas significativas sobre artistas para mostrar su obra. Las redes sociales fueron un vehículo muy importante para mantener el relato del museo en forma virtual. También se elaboraron recorridos por las salas que permitieron al público vincularse con las muestras que están expuestas a la espera de la reapertura.
  2. Comparto la crítica, porque en los museos “no se toca nada”, son más higiénicos que un supermercado. Los museos, con las medidas de higiene planteadas en los protocolos, son un lugar seguro en estos tiempos. Estamos prontos para recibir en las mejores condiciones al público, con las alfombras sanitarias colocadas en los accesos, las bolsas para recibir los bultos instaladas en recepción, el alcohol en gel y una higiene de los baños más intensa. Estamos todos expectantes.
  3. Se aprendió que los medios digitales deben ser explotados con mayor intensidad a los efectos de difundir la cultura. Habrá un antes y un después, esta sistematización de la comunicación llegó para instalarse. Nos permite llegar a públicos lejanos e informar sobre las actividades del museo en todas las redes sociales. Por supuesto, no es lo mismo ver la obra en formato digital, se pierde la posibilidad de apreciación in situ, sus características formales, sus colores y texturas.

La estructura de los sueños (en el Museo Blanes)

Alejandro Díaz- director del Museo Torres García

  1. Me gustaría trabajar nuevas maneras de vincularnos con nuevos públicos. Hay mucho por hacer, y esta puede ser una oportunidad. Tal vez se puede apuntar a algo más personalizado. Por supuesto que eso requiere trabajo, medios económicos y tirarse al agua. Pero me gusta mucho la idea de aprovechar el momento para cuestionar algunos paradigmas. Creo que algo bueno de la pandemia es que nos hace asumir que el siglo XXI ya llegó. Eso implica dejar cosas atrás y arriesgarse a lo nuevo. No es novedoso decir que a los museos les cuesta cambiar, son entidades orientadas al pasado. Y eso está bien, pero el pasado hay que resignificarlo de cara al presente y al futuro. Todos recibimos una cachetada que tiene que hacernos reaccionar en muchísimos niveles.
  2. En el caso de los shoppings es clara la presión económica. A mí lo que me sorprende es esa ansiedad de la gente por ir al shopping. En el caso de los museos, la mayoría son públicos y no tienen una urgencia, pueden tomarse las cosas con más calma. No me parece mal, la institución tiene que ir ligada a una idea de responsabilidad y certidumbre. Para nosotros las pérdidas son muy importantes, ya que estamos en los dos sectores más golpeados por la pandemia: el cultural y el turístico. El Torres García depende exclusivamente de sus ingresos operativos para poder funcionar. El pan nos lo tenemos que ganar cada día.  
  3. Aprendimos que lo inesperado está a la vuelta de la esquina. En caso del Torres García la crisis nos revela una excesiva dependencia del mercado, en particular del turismo. Joaquín Torres García es un artista demasiado importante para el Uruguay como para que el funcionamiento de su museo dependa de eso. Yo soy muy pro de la autosustentabilidad, pero deberíamos encontrar un mejor mix entre la gestión propia y el apoyo del Estado. Los grandes museos monográficos en el mundo tienen el apoyo que les garantiza el cumplimiento de sus cometidos básicos. Algo de esto hemos planteado en el MEC. La recepción fue muy buena pero el momento es muy malo. Veremos.

Enrique Aguerre- director del MNAV

  1. Se resignificará la experiencia de visitar museos. Dábamos por sentado que siempre estarían abiertos. Pero esta emergencia sanitaria nos dio una nueva perspectiva, la de valorar en su justa medida el privilegio de tener el patrimonio cultural que tenemos y del acceso democrático a este. Todos estaremos motivados, quienes convocamos desde las instituciones culturales y los visitantes que están ávidos por retomar las actividades culturales.
  2. Hay que tener paciencia, ya que estamos en medio de la emergencia sanitaria y los expertos están manejando todas las variables.
  3. Se perdió el contacto presencial de nuestros visitantes que atenuamos con las propuestas digitales online. Pero aprendimos a trabajar con mayor dedicación enfocados en el acervo del MNAV, en la digitalización de sus documentos, en los informes de conservación de las obras, en la actualización de su registro, en la elaboración de biografías más completas de los 996 artistas que integran la colección. 

Recreo de Petrona Viera (en el MNAV)

Andrés Azpiroz. director del Museo Histórico Nacional 

  1. La visita a los museos es una experiencia presencial, más allá de los enormes avances en la comunicación. La ventaja es que en estos meses el museo adquirió mayor visibilidad en sus redes sociales, por hacer cosas nuevas y porque las personas dedicaron más tiempo a mirar este tipo de contenido. El desafío por delante es captar a esas personas y convencerlas de que, más allá de una buena foto, ver de cerca un bien cultural es una experiencia distinta, única e intransferible.
  2. Es una pregunta para el equipo de científicos que ha asesorado a presidencia en este tiempo.
  3. Fueron meses muy duros que implicaron grandes esfuerzos de los funcionarios en su trabajo pues había que garantizar la continuidad de los proyectos, las condiciones de preservación de las colecciones y el control de los edificios. También implicó reconvertir rápidamente actividades presenciales a un formato en línea. Los resultados fueron muy buenos. Celebramos el Día Internacional de los Museos (el 18 de mayo) con actividades virtuales durante todo el mes. También tuvimos un ciclo de vivos de Instagram con entrevistas a historiadores y eso permitió acercar a los especialistas más destacados a públicos diversos que en algunos casos “llegaban” al museo por primera vez.

Facundo de Almeida- director del MAPI

  1. La pandemia nos dio la oportunidad de profundizar la presencia virtual y esos contenidos ya han recibido más de 400 mil visitas, junto a los cursos y los talleres online. En esta etapa con el edificio cerrado muchas más personas conocieron el MAPI y esperamos que ese vínculo virtual con nuevos visitantes se mantenga en el mundo real.
  2. Estamos ansiosos por reabrir, pero entendemos que las medidas se toman a conciencia, con asesoramiento de expertos.
  3. Si bien el MAPI ya había incursionado en el mundo virtual y teníamos en carpeta varios proyectos (los avatars y la creación de una tienda online), la emergencia sanitaria nos obligó a priorizarlos y comprender el alcance de internet y las redes sociales. Aunque parezca absurdo, profundizamos la internacionalización del MAPI, nos invitaron a formar parte de la Federación Mundial de Amigos de Museos y a representar a Uruguay en una serie de conferencias online organizadas por #MuseosenCuarentena. Lo más preciado que perdimos fue nuestro programa educativo presencial, que cada año reunía a más de 35 mil participantes. Ahora entrar al museo en silencio es muy triste. También se perdió el MAPI como lugar de diálogo y de encuentro.

Mercedes Bustelo- directora del Museo de Juan Zorrilla de San Martín

  1.  Tenemos que repensarnos, y lo hacemos desde el 13 de marzo. La experiencia seguro se va modificar porque tendremos protocolos a los cuales adaptarnos. Esperamos que el público se motive, claro. ¡Queremos que vuelvan!
  2. Esperamos la aprobación de protocolos.
  3. La importancia de los espacios culturales, de los artistas y sus producciones; hay que repensar y revisar mucho nuestro quehacer, que el intercambio y diálogo con el público con la comunidad es fundamental. Cuestiones que quizá ya sabíamos pero que quedaron en evidencia.

Herbario (en el Museo Zorrila)

 

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