Disparos, toma de rehenes y heridos: así fue la tarde en el local del barrio Reus

Pasado el mediodía, camionetas de la Guardia Republicana, GEO y la Policía se agolparon en la calle Arenal Grande, en medio de una tarde habitual de compras en la zona. El hombre entró en el local Niky 3, tienda de ropa interior femenina, y disparó a los funcionarios y clientes. Hirió a tres de ellos. Buscaba a su hermano, dueño del local, pero se encontraba en Miami (EEUU).

En una cuadra de distribuidoras e importadoras, las autoridades del Ministerio del Interior y la Jefatura de Policía de Montevideo, encabezadas por Santiago González –director de Convivencia del Ministerio del Interior–, se ubicaron frente a la casa Cristina, de venta de flores y plantas artificiales, mientras guardias de GEO iban y venían del local Express, de accesorios para dama. Un doble vallado impuesto por dos cintas amarillas impedía que los clientes pasaran.

Un coche gigante de GEO estaba pegado a Niky 3, el local donde se encontraba el agresor. La abogada del hermano, Laura Robatto, solo dijo que la llamó el hermano "llorando", que tenían un problema familiar "de larga data y complicado", y que ella representaba a la otra hermana, que estaba en el lugar y fue herida. El copador ya había estado preso por violencia doméstica 10 meses, por intentar hacer lo mismo que este miércoles. 

Antonio, vecino del lugar, quería pasar a hablar con las autoridades porque sabía un poco más: el problema era por dinero. Uno "hizo la plata", el otro "derrochó". La policía le tomó la declaración.

En otro local, importador de bebidas, artículos de limpieza y perfumería, cinco trabajadores empacaban varias cajas y pasaban por las cintas como si nada, porque "hay que laburar", dijo uno de ellos con una sonrisa mientras esquivaba periodistas. Vecinos, agolpados a la espera de que pasara algo, hablaban por celular, diciendo que estaban en una escena de película, y grababan para que les creyeran. 

González también usaba el celular, luego dijo que estaba en línea con el ministro Luis Alberto Heber. "Esperemos que en las próximas horas esto termine bien", dijo entonces el jerarca del Ministerio del Interior.

Un helicóptero policial y un dron no pararon de sobrevolar la zona. De repente, el atrincherado pidió un abogado, un fiscal (Fernando Romano) y comida. No se sabía, hasta la hora 14, si tenía un rehén.

Una mujer que había llegado de Nuevo París para retirar un pedido en la cuadra pasó por abajo del vallado como si solo se tratara de una obra de tráfico en la calle y cuatro policías corrieron a detenerla. No se había enterado. Detrás de ella ingresaron –autorizados por la policía– la novia y dos familiares más para intentar tranquilizarlo.

Más tarde se supo que había tres heridos, dos de ellos de gravedad. Sobre las 16, el Ministerio del Interior informó que “había neutralizado” al hombre atrincherado y fue retirado en camilla hacia el hospital Español. La idea era acompañarlo por un perito psicológico del Centro de Atención a las Víctimas de la Violencia y el Delito (Cavid). 

Sobre las 18, la cartera informó que el hombre había muerto.