Banco Mundial estima que crecimiento de Uruguay estará por encima de la región este año y en 2023

La estrategia de acción se desarrollará en tres áreas y cuenta con cinco objetivos en total. El primer punto propone “más resultados medioambientales y resiliencia”, y se pretende concretar a través de dos objetivos: “mejorar la capacidad de gestión de riesgos por desastres climáticos” y “avanzar en la transición a una economía verde”.

La segunda área  de trabajo conjunto espera generar “más y mejores oportunidades laborales”, y se pretende alcanzar en otros dos objetivos: “mejorar las habilidades básicas y técnicas” y “promover mercados inclusivos”.

“Mejorar acceso a servicios públicos de calidad” es la tercera área del documento, y pretende desarrollarse a través de un objetivo: “mejorar la capacidad de la administración pública para implementar políticas y prestar servicios de calidad”.

Inés Guimaraens

Más resultados medioambientales y resiliencia

La primera área de acción espera “consolidar avances en el área de producción sostenible implica proteger al país de los impactos climáticos y naturales que pueden generar daños”, explica el documento. Y agrega: “Se trata también de proteger los recursos naturales que son la base del desarrollo económico del país”.

El objetivo de la primera acción en la que sustenta el primer objetivo —que ya está en marcha— es “fortalecer el marco legal e institucional de adaptación al cambio climático, lo que incluye fijar metas, monitorear y evaluar la ejecución de políticas a nivel nacional y local”.

La relevancia de esta acción para Uruguay radica en la sequias frecuentes e intensas que viene sufriendo el territorio durante los últimos años. Esta situación durante 2017 y 2018 le costó más de US$ 50 millones (es decir, el 0,8% del PIB nacional).

La segunda acción se orienta a “identificar las oportunidades de inversión e instrumentos de interés para el sector privado, tales como seguros agropecuarios o pagos por servicios ambientales”, añade. El documento indica que, si bien la sostenibilidad ya es una política de estado, “se requiere una mayor escala de inversiones, públicas y privadas para preservar los ecosistemas”.

A raíz de las inundaciones que vive Uruguay, cuyo costo podría pasar de los US$ 64 millones actuales a los US$ 350 millones en 2030, el Banco Mundial espera prestar “asistencia con financiamiento y asesoría en la gestión de riesgos vinculados al clima”.

En cuanto al segundo objetivo, se espera “avanzar en la transición a una economía verde”, y la primera acción que figura en el documento señala que “reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la ganadería es uno de los objetivos de un proyecto que apoya el Banco Mundial para incorporar sistemas agroalimentarios climáticamente inteligentes”.

El análisis aclara que Uruguay es líder en la producción de alimentos y para 2050 podría proveer a 50 millones de personas. Sin embargo, las emisiones de carbono pueden significar un obstáculo para el acceso a mercados globales y afectar a los precios de las exportaciones.

El 56% de las emisiones de carbono provienen del transporte. Es por esto que el organismo internacional “apoyará la producción de hidrógeno verde y la electrificación de los autobuses y colaborará en la expansión de la red de carga de vehículos eléctricos”.

Por último, la tercera acción, que también ya se está desplegando, implica el desembolso de un préstamo que asciende a los US$ 35,5 millones, cuyo objetivo es contribuir a la ejecución del Plan Nacional de Agroecología. Esta iniciativa pretende ayudar a la mejora de suelos, cuencas acuíferas y las plantaciones.

Inés Guimaraens

Más y mejores oportunidades laborales

“Uno de los desafíos estructurales de Uruguay es mejorar su capital humano y para ello el Banco Mundial es un aliado en la búsqueda de transformaciones que permitan dar más oportunidades a los ciudadanos”, indica el documento.

El tercer objetivo del acuerdo es mejorar las habilidades básicas y técnicas.

Para alcanzar ese horizonte, el organismo aprobó una financiación por US$ 40 millones, con el fin de “crear más escuelas de jornada extendida, y fortalecer el seguimiento pedagógico y la autonomía de las escuelas”. Esta propuesta ya tiene luz verde.

Otra acción tiene como cometido apoyar a instituciones de formación profesional de jóvenes y adultos para ofrecer programas que “anticipen las oportunidades reales del mercado laboral del futuro”.

Para llevar a cabo el cuarto objetivo (promover los mercados inclusivos) se pretende llevar adelante tres acciones a concretarse entre el 2022-2027.

El Banco Mundial acordó trabajar con el gobierno y el sector privado, con el fin de elaborar un programa de “modernización del marco regulatorio para las operaciones de las empresas en el país”.

Asimismo, el organismo se comprometió a crear un marco legal para los activos digitales.

También se propone impulsar un programa de apoyo a la mujer rural, así como a proyectos direccionados a la entrada y permanencia de la mujer en el empleo y empresa.

Mejor acceso a servicios públicos de calidad

“Otro desafío es asegurar el acceso a servicios públicos de calidad para toda la población”, aclara el documento, que plantea para esta área un objetivo: mejorar la capacidad de la administración pública para implementar políticas y prestar servicios de calidad.

Asimismo, este último (y quinto) objetivo se basa en cuatro acciones. La primera se orienta a “fortalecer a los reguladores y trabajar con proveedores de servicios como OSE y UTE para modernizar su infraestructura y sistemas de gestión con el fin de fortalecer el servicio público”.

La segunda (que ya está aplicándose) implica la instrumentación de US$ 12 millones. Con este fondo se pretende promover avances en los servicios en línea de la administración, asegurar el acceso de las escuelas rurales y promover la inclusión digital.

En la tercera acción, el Banco Mundial se comprometió a desarrollar “un sistema para que el Ministerio de Salud Pública (MSP) mida la calidad de los servicios que los proveedores médicos ofrecen y les ayude a mejorarlos, incluyendo los tratamientos para personas mayores y el uso de la telemedicina”.

Por último, la institución internacional propone financiar a mediano y corto plazo a UTE “para aumentar la eficiencia y avanzar en la segunda fase de la transición energética”, concluye el Marco de Alianza con el País (MAP).

Inés Guimaraens

Preocupación

Uruguay es "un país exitoso" para la región en cuanto a su nivel de ingreso, sostuvo Jaramillo. "El país cruzó la línea de ingresos medios a altos per cápita en 2013, después de un largo período de 12 años de crecimiento, pero desde 2014 la tasa de crecimiento ha sido escasa, muy cercana a cero", se explayó.

Por ese motivo, Jaramillo expuso que ese tema es visto con preocupación por el organismo y complementó que el Banco Mundial pretende colaborar con Uruguay en ese aspecto.

Buen rendimiento

El ejecutivo elogió la administración económica que lleva adelante la ministra  Azucena Arbeleche y destacó, en particular, la creación inédita del bono sostenible, que fue emitido en octubre de este año por Uruguay.

Del mismo modo, el vicepresidente del Banco Mundial para la región observó con buenos ojos la administración de la crisis sanitaria, llevada adelante por el gobierno de Luis Lacalle Pou. "Uruguay está entre los tres mejores países de la región" que gestionó la pandemia por covid-19 junto con Ecuador y Chile, aseguró el ejecutivo, quien enfatizó en la prolijidad del manejo de las cuentas públicas.

Proyecciones de crecimiento

Jaramillo expresó en diálogo con El Observador que el Banco Mundial proyecta un crecimiento del 5% del Producto Interno Bruto (PIB) para Uruguay a finales de 2022. La estimación está levemente por encima de lo esperado por el gobierno que proyecta una expansión de 4,8%. 

Además, en 2023 se espera que el país continúe con buen desempeño y vuelva a crecer, aunque en una tasa mucho menor que la de este año: alrededor 2%.

En ambos años, el escenario de Uruguay es más favorable que el de América Latina, cuyas tasas de crecimiento serán de alrededor de 3% para 2022 y 1,6% para 2023.

Mercosur y los riesgos de abrirse

Mientras se divulgaba el documento con las estrategias de acción entre el Banco Mundial y Uruguay, en la sede del Mercosur del Parque Rodó (Montevideo), se desarrollaba una cumbre entre los presidentes de los países que componen el bloque comercial. Durante esta instancia se discutió, sobre todo, la posibilidad de que Uruguay pueda asociarse bilateralmente  a otros mercados, como China, o bloques, como el Transpacífico.

Si bien Jaramillo prefirió no ahondar en el asunto debido a su poco conocimiento sobre el asunto, expresó que, en este contexto, Uruguay debe “sopesar costos y beneficios” de una eventual demarcación con el resto del bloque, concluyó.