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Becas y cupos solo para mujeres: políticas de igualdad de género en la educación terciaria
Era diciembre de 2011 y el presidente José Mujica estaba comiendo en el bar “La casa del whisky”, ubicado en la esquina de las calles Rondeau y Paysandú, en el centro de Montevideo, cuando dos muchachas jóvenes se le acercaron para sacarse una foto. Luego de tomado el retrato, el mandatario les preguntó a qué se dedicaban y ambas respondieron que estudiaban periodismo. “Sáquense eso de la cabeza. No pierdan el tiempo. Estudien ingeniería”, dijo Mujica a las chicas causando su sorpresa, según informó El Observador en aquel momento.
Ese deseo del exmandatario -que jóvenes mujeres se dediquen al sector tecnológico- se convirtió también en el de Plan Ceibal, la Facultad de Ingeniería de la Universidad República y la Universidad ORT, entre otras organizaciones educativas que han generado propuestas concretas para achicar la brecha existente entre hombres y mujeres que estudian ingeniería y trabajan en esa industria.
En Uruguay, el porcentaje de mujeres empleadas en empresas de tecnología es de 32%, según la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI).
Según el Anuario Estadístico 2017 del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), ese año a la Facultad de Ingeniería de la universidad pública ingresaron 1.623 hombres y 431 mujeres.
“En Uruguay las mujeres solo representan el 24 % de quienes ingresan a carreras de ingeniería. En el área de Eléctrica, este porcentaje baja al 17 %, según estimó en 2016 el anuario estadístico realizado por el Ministerio de Educación y Cultura”, informó a El Observador Mariana Derderian, asistente de coordinación académica de la universidad ORT.
En ese sentido, buscando aumentar la participación de la mujer en la tecnología, ese centro educativo diseñó el Fondo de Beca Mujer 2019. Se trata de una beca del 80%, que se asignará entre quienes comiencen a cursar las carreras de Ingeniería Eléctrica, Ingeniería en Electrónica o Ingeniería en Telecomunicaciones en el próximo comienzo lectivo.
El Plan Ceibal, en la misma sintonía, decidió que el programa Jóvenes a Programar, un plan de formación en programación de nueve meses destinado a jóvenes de entre 18 y 30 años, disponga sus 500 cupos solo para mujeres.
Carinna Balsamo, directora del programa, justificó la decisión explicando la diferencia por sexo en el egreso durante los dos años que brindaron sus cursos. “Entre los dos años hemos tenido un poco más de 1400 jóvenes egresados. Si bien comenzamos con el mismo porcentaje de interesados de mujeres y de hombres, terminamos los dos años teniendo 70% de egresados masculinos y 30% femeninos”, dijo.
“El desafío al ver esos números es pensar qué hacemos para intentar tener más egresadas. La idea es que con esta iniciativa equiparemos el egreso global de las tres generaciones (2017,2018 y 2019). Es la forma de incentivar a las mujeres a que participen de un sector donde tienen muy poca presencia”, explicó.
La Universidad de la República (Udelar), por su parte, también se ha sumado en los últimos años a este tipo de acciones afirmativas en pos de acercar a más mujeres a la ciencia y tecnología.
Desde diciembre de 2014, luego de un convenio firmado por los familiares de la ingeniera Martha Peluffo y la Fundación Julio Ricaldoni, existe una beca que lleva el nombre del apellido de esa ingeniera y apoya a una estudiante de la Facultad de Ingeniería de la Udelar en la culminación de su carrera. La ayuda económica ronda los US$ 12 mil.
A su vez, la facultad celebra año a año un día de las niñas en las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicaciones), invitando a participar de varias actividades y talleres abiertos a grupos de niñas de 1º a 4º de liceo.
Es un evento internacional que se realiza desde 2011, cuyo objetivo principal es promover que más mujeres puedan experimentar y conocer las oportunidades que brindan estas áreas, buscando que se interesen y puedan acceder a estudios y carreras en el sector.
Sin embargo, en la mayoría de las facultades de la Udelar, según el anuario estadístico 2017 del MEC, la presencia femenina supera ampliamente la masculina. En la Facultad de Derecho, ingresaron ese año 1995 mujeres mientras que solo 953 varones lo hicieron. En la Facultad de Medicina ocurre lo mismo: 1.343 mujeres ingresaron ante 618 hombres. En la de Ciencias Económicas, son más de 800 las matrículas que ponen la balanza a favor de las mujeres. La misma situación se repite en todas las otras facultades, excepto Ingeniería. Ante esta realidad, según supo El Observador, la universidad no ha tomado acciones afirmativas para que haya más presencia masculina y la brecha se acorte.
