El Ministerio de Salud de Brasil amplió este miércoles su recomendación de utilizar cloroquina e hidroxicloroquina en "cualquier etapa de la enfermedad", según registran medios brasileños. Los fármacos ya se podía prescribir en casos graves, pero desde ahora se podrán aplicar en pacientes con síntomas leves del coronavirus, combinados con el antibiótico azitromicina, atendiendo un pedido del presidente Jair Bolsonaro pese a que su eficacia divide a la comunidad científica mundial.
El protocolo advierte que no hay ensayos clínicos que "demuestren el beneficio inequívoco de estos medicamentos para el tratamiento del covid-19", y por tanto "la prescripción queda a criterio del médico" y se requiere "la voluntad declarada del paciente".
El exministro de Salud Nelson Teich renunció a su cargo el viernes pasado, tras haber sido nombrado apenas un mes antes, por oponerse a la autorización de la cloroquina en el estadio inicial del tratamiento de pacientes contagiados por el nuevo coronavirus, según las versiones de prensa.
Casi en simultáneo el diario O Globo informaba de la muerte la noche del martes por complicaciones del coronavirus del diputado estadual Gil Vianna, "quien fue tratado con cloroquina". Vianna estaba hospitalizado en Campos de Goytacazes (Río de Janeiro) y el tratamiento con la droga estaba autorizado para pacientes en estado grave, como era su caso.
Brasil, donde viven 210 millones de personas, es el país más afectado de la región con 17.971 muertes y el tercero más castigado del mundo en número de contagios con 271.000 después de Estados Unidos y Rusia. Sin embargo, la realidad podría ser mucho peor ya que las cifras oficiales son cuestionadas por los expertos, que apuntan que los números reales podrían ser hasta 15 veces superiores debido la escasez de test de diagnóstico.
Al igual que Bolsonaro, el presidente estadounidense Donald Trump se mostró abierto a la utilización del fármaco y reveló que toma cada día de manera preventiva un comprimido de hidroxicloroquina.
El pico de la pandemia está previsto para inicios de junio en el país, que ya registra más de la mitad de los más de 30.000 muertos en América Latina y el Caribe.
Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil, es el epicentro de la enfermedad, con 65.995 casos y 5.147 muertos. Le sigue Río de Janeiro, con 3.079 decesos y 27.805 contagios.
En estados del norte y el noreste, como Ceará, Amazonas y Pernambuco, la propagación de la enfermedad provoca situaciones dramáticas y asfixia los sistemas de salud.
Pese a esta situación, el presidente Jair Bolsonaro sigue oponiéndose a las medidas de cuarentena y aislamiento social implementadas en varios estados y ciudades del país.
(Con información de AFP)
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