Opinión > SELECCIÓN URUGUAYA
Carta abierta a Marcelo Bielsa
¡Hola, Marcelo!
Hoy quiero contarte una historia de uruguayos, de lo qué somos y cómo vivimos, y también de algo que seguramente no conocías de mi país, que tiene una influencia genética deportiva singular, que nos marcó como sociedad cuando intentábamos descubrir nuestra identidad (que Ricardo Lombardo definió en su último libro como el nacimiento de la uruguayidad). Que está lleno de gloria deportiva, que fue un adelantado en su época y que también un día quedó rezagado porque terminó atrapado en su propia historia.
¿Sabías que Uruguay fue el país más adelantado de Sudamérica a comienzos del siglo pasado, cuando bajo la presidencia de José Batlle y Ordóñez se generaron políticas deportivas y vinculadas a la actividad recreativa que sirvieron como inspiración a otros países de la región y fue el motor para poner a este pequeño lugar del planeta entre los mejores?
No fue casualidad que el nacimiento en 1911 de una institución gubernamental (Comisión Nacional de Educación Física, hoy Secretaría Nacional del Deporte) diera un marco de organización que en el continente no existía, que impulsara la práctica en las Plazas de deportes, que fuera la tutora de todas las federaciones y que generara un semillero increíble.
¿Sabías que Uruguay tuvo los mejores dirigentes deportivos en esa época en Sudamérica? Fue creador de la Conmebol y de las federaciones continentales de atletismo, remo y básquetbol. Y sede de los primeros torneos internacionales. Todo, codo a codo con Argentina.
Eso derivó en que en la década de 1920, Uruguay tuviera a los mejores deportistas del planeta. Isabelino Gradín fue el atleta más veloz en los I Juegos Latinoamericanos, de Brasil 1922. Seguramente sabrás que la selección de fútbol ganó siete de las primeras 13 ediciones de la Copa América, entre 1916 y 1935. Fue campeón Olímpico en 1924 y en 1928 en fútbol, y campeón del primer Mundial en 1930. Y cuando volvió a competir en 1950, otra vez levantó la copa.
Fue campeón Sudamericano de básquetbol en 1930. Campeón Sudamericano de Remo en 1931. El remero Douglas, el único deportista uruguayo en los JJOO de 1932 volvió con una medalla de bronce. Tuvo al mejor golero del mundo de waterpolo, en los JJOO de 1936, Pereira Kliche. En 1930 se creó el fútbol de salón en Uruguay. En la década de 1950, con visionarios entrenadores liderados por López Reboledo, el básquetbol solo estaba detrás de Estados Unidos y la URSS.
Luego, en Uruguay nos quedamos atrapados en ese pasado porque el mundo avanzó y nosotros no supimos hacer una buena interpretación de la realidad, porque nos cerramos y creímos que no necesitábamos de nadie.
También quedamos atrapados en el desarrollo de la infraestructura. No se construyó más nada, salvo los estadios de la Copa América 1995. ¿Sabías que el Estadio Centenario lo levantaron en nueve meses para el Mundial 1930? Y que en 1919 construyeron la primera pista de atletismo en el Parque Batlle, la mejor de Sudamérica (en la foto del Centro de Fotografía de Montevideo que está más abajo podés ver lo que era todo un adelanto para la época, con la pista en primer plano, el estadio al fondo el día de la inauguración y esa zona de la ciudad aún en proceso de construcción). Y luego el velódromo. Y que en la segunda mitad del siglo XX el crecimiento ingresó en receso y estancamiento, mientras el mundo evolucionaba. Con la llegada del siglo XXI volvimos a despertar (Gran Parque Central, Campeón del Siglo, Antel Arena).
Pese a ello, este país mantuvo cierto protagonismo y vigencia en el fútbol, la selección ganó el Mundialito de 1980, y siguieron saliendo futbolistas de renombre para la elite, porque en Uruguay existe una red de formación de jugadores que se llama fútbol infantil en la que juegan 60.000 niños, y que el Interior del país (todo lo que no es Montevideo) es el semillero más grande de jugadores juveniles que te puedas imaginar.
Como te conté, nos encerramos y nos quedamos mirando el ombligo.
También un día aceptamos que necesitábamos despertar, y ¿sabías que quienes generaron que el deporte en Uruguay empezara a recuperar su calidad histórica fueron los entrenadores argentinos?
¿Sabías que en 2003 llegó Ariel Holan, en ese momento entrenador de hockey sobre césped, y generó una revolución en este deporte femenino. Ganó la medalla de bronce en los Panamericanos de 2003 y que a partir de allí comenzó una etapa de desarrollo con entrenadores y árbitros argentinos que llegaron a Montevideo a capacitar a sus pares, y que hoy le permite a Uruguay ser referente en Sudamericana (no como Argentina), y que ya entró a girar en la órbita mundial con buen suceso?
¿Sabías que en diciembre de 2015 el argentino Esteban Meneses asumió como head coach de Los Teros, la selección de rugby y le inyectó a este deporte lo que faltaba para llevarlo a la elite? Y que Uruguay compite en la actualidad por asuntos grandes.
¿Sabías que en octubre 2018 llegó el argentino Ruben Magnano para llevar al básquetbol al Mundial? En este ejemplo dejá de lado el resultado deportivo, porque no clasificó, pero generó un cambio de mentalidad, y ese trabajo silencioso se verá en el corto plazo.
Y quería dejar para el final un ejemplo que tiene mucho que ver con vos. El entrenador de remo argentino Osvaldo Borchi. ¿Imagino que lo conocés? Es argentino y pasional. Que ama lo que hace y que lo transmite de una forma singular.
Osvaldo llegó el 8 de mayo de 2015 en su segunda etapa a Uruguay (había estado en 2003 en un breve período, cuando descubrió el semillero) y generó una revolución, que terminó con Uruguay en la final olímpica de Tokio 2020 con el bote de Cetraro-Klüver, con un campeón del mundo juvenil en 2022 (Klüver) y en París 2024 van por una medalla. Y lo más importante, más allá de esas distinciones, recuperó la mística de un deporte histórico, y lo volvió a poner en la elite.
Sabés qué me dijo Borchi en marzo 2021, previo al viaje a los JJOO, cuando me conquistó con su trabajo y amor por lo que hace. Esto: “No estoy por dinero (en Uruguay). ¿Podría buscar otro horizonte y ganar cinco o seis pesos más? Por supuesto, pero no me interesa, me interesa trabajar con estos chicos. ¿Sabés por qué? Porque la gloria no tiene precio. Y en este caso uno trabaja por la gloria”.
Borchi cumple 70 años en este 2023, había ganado todo en su carrera, dirigió a los mejores remeros del mundo, a la selección de Argentina, a la de España, a los clubes más grandes, y, ¿sabías que eligió el amor propio de los remeros uruguayos para desarrollar un plan, con el que empieza a cerrar su carrera con un proyecto que brinda recompensas que no se pagan con dinero?
En Uruguay estamos eternamente agradecidos por lo que está haciendo.
¡Marcelo! Espero no haberte aburrido, y que puedas entender el orgullo que sentimos los uruguayos por lo que fuimos, por quienes forjaron nuestra identidad, y la emoción que nos genera sentir que con tantos entrenadores argentinos estamos volviendo a ser protagonistas en el mundo del deporte.
Me contaron, Marcelo, que te gustó la idea de dirigir a la selección y que existen diferencias económicas con la AUF. Es lógico. Pero a esta altura de tu carrera no creo que el contrato que firmes te cambie la vida.
De lo que no tengo dudas es que lo que podrás encontrar en Uruguay es el mejor semillero que puedas imaginar y el amor propio de sus jugadores que solo quienes visten de celeste saben transmitir. Y, además, tendrás en tus manos la mejor generación, sí, puede ser mejor que la de Suárez y de Cavani si conseguís orientar igual que Tabárez al Pistolero y al Matador, ahora a Ronald Araújo, Mathías Olivera, Bentancur, Valverde y Darwin Núñez.
Y, para el final, un detalle más: Tabárez (qué te voy a contar de él que no sepas, pero dejame decirte) dejó una organización que no es propia del deporte uruguayo (que se parece a proyecto europeo), que no arrancás de cero sino con una base que te premitirá volar desde más arriba y que como Borchi, Meneses, Magnano, Holan, entre otros entrenadores argentinos, y el mismo Tabárez, tenés todo a mano como para abrazar este proyecto, que no te hará millonario, pero te llenará de recompensas que no tienen precio.
¡Te esperamos, Marcelo! ¡La gloriosa celeste te espera!
PD: Y si te quedan dudas, no dejes de hablar con Borchi antes de decir que no.
