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Cerrar el BCU, despedirse del peso y dolarizarse

El Banco Central de Uruguay fue fundado en 1967 y ahora, 56 años después, quizás sea un buen momento para cerrarlo y terminar con el uso del peso uruguayo
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12 de julio de 2023 a las 05:01

Aunque pueda sonar como una idea radical, no es para nada absurdo. En Argentina Javier Milei lo propone por todas las buenas razones, aunque la situación de Uruguay es afortunadamente completamente diferente. 

Efectivamente, la economía uruguaya ya ha estado dolarizada durante décadas y solo se puede discutir sobre el grado en que la mayoría de las transacciones económicas ya se realizan (ya sea directa o indirectamente) en dólares estadounidenses. Además, más del 70% de todos los depósitos bancarios están, han estado y seguirán estando en dólares estadounidenses. Todos los intentos de desdolarizar fracasaron. Ya en 2001 (!) los economistas uruguayos Gerardo y José Licandro publicaron un artículo del BCU argumentando a favor de la desdolarización, es decir, tratar de aumentar el uso del peso para las transacciones económicas y financieras. Citaron al Premio Nobel Joseph Stiglitz, quien recomendó tratar de lograr la desdolarización de una economía mediante una combinación de impuestos, regulación e información. La eficacia de esas políticas tratando de cambiar el comportamiento de la gente son dudosas, como se podría ver con los resultados de unos de los discípulos del profesor Stiglitz, el ex-ministro de economía de la Argentina, Martin Guzmán. 

Las personas que viven en Uruguay saben muy bien que nada de esta desdolarización funciona, porque la gente confía más en el dólar estadounidense que en el peso uruguayo, que es tan volátil en relación al dólar estadounidense que en Uruguay se suele hablar de “qué subió el dólar”. o bajó el dólar”, sin darnos cuenta de que el dólar es (bastante) estable, y nuestra propia moneda cambia violentamente hacia arriba y hacia abajo causando incertidumbre, riesgos y principalmente dañando el crecimiento y la estabilidad de la economía. En vez de asegurar estabilidad de precios opinó que BCU, su políticas monetarias y por ende del peso contribuyen a más inestabilidad y volatilidad. Fíjense en la excelente columna del pasado 8 de junio 2023 publicada en el diario El País, titulada "Whisky", en la cual el Dr. Pedro Bordaberry utilizó a la película de ese nombre para explicar que es un reflejo de la sociedad uruguaya "no enfrentar los problemas, dejar que corran y se vayan arreglando".

No quiero perderme en tecnicismos porque la mayoría de los lectores no tendrán mucha simpatía por tales argumentos, así que permítanme simplificarlo. 

La mayoría de los productos y servicios en Uruguay están directa o indirectamente relacionados con el dólar estadounidense y también se expresan en esta moneda. Si compras un auto no vas a poder comprarlo en pesos, vas a comprarlo en dólares y los que financian el auto van a financiarlo en dólares también.

Electodomésticos también siempre están cotizados en dólares, porque ya todos aquellos precios de los artículos importantes, los intermediarios no quieren ni pueden correr el riesgo de estar expuesto a la variación del peso. En Uruguay hace décadas no venden ni compran una casa o apartamento en pesos. ¿Por qué? 

Efectivamente ya es dolarizado como todos sabemos y merece preguntar porque Uruguay mantiene un banco central y el peso. 

De mi punto de vista no tiene mucho sentido porque no ayuda a la transparencia y la estabilidad de precios. Si todos los precios en Uruguay fueron expresados en dólares, los consumidores (y las empresas) tendrían muchas más posibilidades comparando precios acá, con los precios en otros países. 

Creo qué con el peso, la mayoría de las consumidores pierden orientación y transparencia y se dificulta saber cuál producto o servicio es caro y cuál es barato. No hay referencias, ni anclas. 

Para todas las empresas en Uruguay que llevan contabilidad y que tiene que publicar su estados contables, traería muchas ventajas tener todo en dólares solamente, los balances de los bancos inclusive.

Por último y tal vez lo más importante, las cuentas del estado Uruguayo serían más transparante en dolares  americanos. Hoy a través del tipo de cambio, es atractivo para la política (monetaria) maquillar las cuentas. Los números macro de Uruguay con un tipo de cambio a 36 son una cosa, y con un tipo de cambio a 46 son otro totalmente distinta. 

Con el rol marginal que juega el peso en la economía (veo más efectos negativos que positivos) mantener la infraestructura del Banco Central y una política (monetaria)  no es efectivo ni eficiente.

Uno puede argumentar qué depender solamente de la política monetaria de Estados Unidos sería riesgoso, que si en general es cierto, pero no en el caso de Uruguay cuya economía ya está dolarizada. 

Un adiós al BCU y el peso es a su vez un adiós definitivo al atraso cambiario y a una inflación generada localmente.

No dudo que muchas recibirán esta propuesta con entusiasmo, algunos otros no tanto. No obstante es bueno pensar, considerar y debatir. 

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