Chile pedirá tratar las migraciones irregulares en la cumbre iberoamericana de jefes de Estado

"El presidente nos dio mandato de fortalecer los contactos con los países que están involucrados en el problema migratorio que nos preocupa, por lo que buscaremos tener contacto con autoridades bolivianas y venezolanas para abordar la situación", señaló el canciller chileno Alberto van Klaveren en conferencia de prensa.

Van Klaveren consideró que hubo señales positivas de los gobiernos de Bolivia y Venezuela para iniciar un diálogo sobre la situación migratoria y anunció que gestionarán reuniones bilaterales con autoridades de ambos países en el marco de la Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, que se realizará el viernes 24 y el sábado 25 en República Dominicana.

"Esta será una ocasión para poder tener contacto y expresar la preocupación que tenemos como país por esta situación y poder así avanzar en estructurar una instancia de diálogo que pueda llevar a la adopción de medidas más específicas y concretas", dijo Van Klaveren en referencia a la ola migratoria, mayormente de ciudadanos venezolanos que ingresan a Chile por pasos no habilitados desde la frontera norte con Bolivia.

Hace tres semanas, en durante una visita a Colchane, una pequeña localidad de 1.680 habitantes en la frontera con Bolivia por donde pasaron unos 21.500 migrantes irregulares en 2022, Boric explicó que muchos de los procedentes de Bolivia no pueden ser devueltos porque La Paz no los recibe. "Están aceptando solamente a ciudadanos bolivianos", añadió el presidente, ocasión en la que señaló que el objetivo de su gobierno es “reconducirlos hacia los países de donde proceden”.

En ese contexto, Boric destacó la necesidad de abordar "los desafíos del crimen organizado que pretende instalarse en Chile y que en algunos casos han tenidos algunos grados de inserción desde el exterior”. En ese sentido, dijo que su gobierno están llevando adelante diferentes estrategias, como la aprobación de una primera ley contra el crimen organizado en Chile, iniciativa que aumenta las penas de cárcel, además de entregarle a la policía técnicas de investigaciones, como la posibilidad de utilizar agentes encubiertos.

Boric, sin embargo, aunque admitió que el tema es “delicado” porque se puede confundir migración con delincuencia, aseguró que su gobierno “perseguirá de manera implacable” a quienes estén ingresando para cometer delitos. “Quiero que sean los delincuentes los que tengan miedo, no la ciudadanía”, cerró el mandatario, poco antes que la ministra del Interior, Carolina Tohá, afirmara que Venezuela “no da las facilidades” para que se concreten las expulsiones de unos 20.000 inmigrantes irregulares.

Chile busca crear con Bolivia una estrategia para realizar controles más eficientes que impidan el paso de los migrantes por la frontera; mientras que con Caracas, el Gobierno de Boric pretende mejorar los trámites burocráticos que actualmente impiden realizar repatriaciones administrativas de quienes cometieron delitos en el país o bien entraron por pasos ilegales.

Boric, no obstante, buscó bajar la tensión señalando que su país “no quiere agravar los problemas con Bolivia y Venezuela por la migración irregular”. El mandatario reconoció que las relaciones entre Santiago y Caracas son difíciles, pero dijo que su gobierno tiene “la mejor voluntad para trabajar con todas las herramientas que otorga el derecho internacional para abordar el fenómeno, donde Venezuela también tiene un rol importante que jugar”.

Las declaraciones de Boric encontraron una inmediata respuesta del gobierno de Bolivia. Desde La Paz, le recriminaron sus palabras, y le recordaron que actualmente Chile y Bolivia no tienen en vigencia ningún acuerdo para la repatriación de migrantes de terceros países que sean detenidos cruzando la frontera común. "El procedimiento de reconducción al que se refiere el presidente Boric es normativa chilena que no genera ningún tipo de obligación internacional", dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Freddy Mamani.

Venezuela, por su parte, respondió a través de su canciller, Yván Gil, quien manifestó a través de su cuenta oficial en Twitter que “el gobierno de Venezuela aún no ha recibido solicitud de trabajo coordinado con Gobierno de Chile respecto a supuestas deportaciones de venezolanos". El funcionario agregó por la misma vía que “la coordinación en esta materia ha sido un clamor nuestro, así como la exigencia de respeto a los derechos humanos de nuestros compatriotas".

El conflicto hizo que Naciones Unidas (ONU) pidiera a Chile “detener inmediatamente” las expulsiones, argumentando que cada migrante “tiene derecho a una evaluación individual y permanecer en el país mientras se investiga cada caso en el marco de los estándares internacionales de derechos humanos y de consideraciones humanitarias”, como el arraigo y los vínculos familiares, entre otras cuestiones.

Frente a esta situación, Boric buscó bajar el tono del conflicto al anunciar que procurará reunirse con mandatarios "amigos" de la región para abordar el tema en la cumbre iberoamericana que se concretará en República Dominicana. "Vamos a tener una reunión con diferentes presidentes amigos, con Andrés López Obrador (de México), Alberto Fernández (Argentina), Xiomara Castro (Honduras), Gustavo Petro (Colombia) y Luis Arce (Bolivia)”, afirmó Boric.

(Con información de las agencias AFP y EFE)