Ciudad Vieja abrasilerada: ¿qué atrae a los turistas a Montevideo?

“Es la primera vez que vinimos a Uruguay. Recorrimos las playas del este y ahora vinimos para la capital. Nosotros ya habíamos escuchado que Montevideo era un lugar interesante de conocer y por eso aquí estamos”, explica una joven brasilera que junto a su hermana decidieron pasar sus vacaciones en el país que tiene nombre de río.

Las hermanas son de San Pablo y encontraron en Uruguay, sobre todo, una “naturaleza diferente”. Les gustaron las playas de La Paloma, Punta del Diablo y Punta del Este, pero sus corazones quedaron en Cabo Polonio, su lugar favorito de lo que conocieron en Uruguay. Ahora, paseando por la capitalina plaza Matriz, dicen que Montevideo comparte el podio con el balneario que vive sin luz eléctrica.

Camilo dos Santos

Mientras camina por la peatonal, Patricia –que ahora vive en Costa Rica junto a su pareja- le cuenta a todos que es brasilera sin hablar una palabra: lleva puesta una remera estampada con la bandera del país norteño. “Es la primera vez que estamos en Uruguay. Hasta ahora nos está gustando la arquitectura y el ambiente político que estamos conociendo, que nos cuentan como es”, dice con una sonrisa Marco, su compañero. Llegaron a Uruguay porque tenían “curiosidad” por conocerlo y creen que es un país caro comparado con Brasil pero barato en relación a Costa Rica.

En ese sentido, la mayoría de los turistas entrevistados por El Observador creen que los precios no son elevados. Consideran que son “normales” para estar “en la zona turística”. Algunos son más críticos y ven a sus bolsillos perjudicados pero apuntan el problema al cambio de dinero. “El Real está desvalorizado”, aseguraron dos turistas.

Las ideas políticas de un padre y su hija -ambos brasileros- se mezclaron con sus propósitos turísticos y por eso ahora recorren Uruguay no solo para pasear por Punta del Este y Montevideo, sino para conocer en persona al uruguayo que más admiran, el expresidente de la República, José Mujica.

Camilo dos Santos

Ambos vienen del estado de Sergipe, al noreste de Salvador de Bahía y luego de caminar entre tiendas, librerías, artesanos y músicos callejeros, planean trasladarse hasta la chacra del extupamaro para “por lo menos, sacarle un ‘hola’”. 

Pero padre e hija noresteños no son los únicos que mencionan a Mujica mientras cuentan de sus andanzas turísticas. Un joven que pasea junto a un grupo de amigos y que cuenta orgulloso que es la quinta vez que visita Uruguay, dice que el líder del MPP fue quien lo impulsó a conocer la ciudad donde ahora quiere quedarse a vivir: Carmelo. 

El joven, que se siente identificado con algunas ideas de Mujica, llegó a Uruguay con una amiga pedaleando desde Santa Vitória do Palmar. Sí, en bicicleta.

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La cultura y la arquitectura de la ciudad, sumado a la amabilidad, simpatía y educación de las personas, son las cosas que el grupo de jóvenes resalta en su experiencia en tierras orientales.

“Es el lugar más próximo de Brasil, accesible, es una ciudad histórica y muy bonita”, explica Artur, otro joven turista, vestido con la camiseta  de Palmeiras, el club de fútbol brasilero del que es hincha. Habla en plena calle 18 de julio, acompañado de su novia Bruna, a horas de haber llegado a la capital. “Hasta donde vimos, es una ciudad muy organizada, con una arquitectura muy diferente a la de Brasil”, agregó.

Con el sonido de los violines de fondo, Jairo y Denise, un matrimonio proveniente de Belo Horizonte (Minas Gerais), cuentan que se están hospedando en un hotel de Punta Carretas y toman como base la capital para luego viajar a Punta del Este y Colonia del Sacramento. 

Mientras Denise nombra la rambla y el mirador de la Intendencia de Montevideo como dos puntos turísticos que le gustaron, Jairo interrumpe y menciona el Mercado del Puerto como su destino favorito. “Esa carne y ese aroma”, dice y demuestra placer con sus gestos. 

Enseguida, como si la carne uruguaya fuera la razón de su decisión, sentencia con acento brasilero: “Volvería sin dudarlo”.