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Con el sueño de la Copa América 2028, Paysandú comienza a remodelar el Parque Artigas; mirá cómo avanzan
Un frío que calaba, un viento que helaba, pero el público se mantenía estoico. El escenario nunca estuvo tan lleno, ni volvería a ser anfitrió de tantos, como esa noche de invierno. Más de 20 mil personas colmaban el Estadio Artigas de Paysandú ese 25 de junio de 1995 para observar el amistoso que enfrentaba a Uruguay ante Nueva Zelanda, en partido preparatorio para la Copa América de ese año (que la selección ganaría un mes más tarde). Los goles de Daniel Fonseca (2), Ruben Sosa, Nelson Abeijón, Darío Silva, Osvaldo Canobbio y Sergio Martínez le dieron calor a una goleada por 7-0 a favor del equipo dirigido por el Pichón Núñez, y que hizo olvidar a la gente la desilusión de no ver en cancha a Enzo Francescoli, en recuperación de una lesión.
Esa gala soñada tenía otro cometido. Uno de fondo: inaugurar las remodelaciones de uno de los estadios que sería sede del torneo continental, en iniciativa del entonces intendente Jorge Larrañaga que se propuso duplicar la capacidad de un recinto que no tenía gradas en las cabeceras y que carecía de una tribuna principal apropiada para ese tipo de eventos.
Ese sector, la Tribuna Oeste, se hizo a nuevo y, para el momento, mostraba una elegancia poco vista para la región. Sin embargo, pasó el tiempo y aparecieron los problemas: fisuras, goteras y deterioro constante por falta de mantenimiento, clausura de ese sector.
En estos días, con la vista puesta en la Copa América 2028, que Uruguay podría organizar, la comuna sanducera sale a recuperar y modernizar ese espacio.
“Nosotros no vamos a tirar abajo toda la tribuna”, aclara, en primera instancia, el director de Deportes de la Intendencia, Guillermo Arias respecto a la Tribuna Oeste que lleva alrededor de 15 años inhabilitada casi en su totalidad para el público, y en contra de las versiones que indican que habría que derribarla por completo.
“Se va a sacar la parte inferior, que se demuele toda. De extremo a extremo. Va a quedar un pasillo a la altura de la cancha, con pasto sintético que servirá para ejercicios de calentamiento” de los jugadores, asegura a Referí.
También se quitará el tejido divisorio de esa parte, se correrán los bancos de suplentes hacia atrás, en dirección a la tribuna, para que quede un lugar más espacioso entre suplentes y campo de juego, porque hoy “está muy apretado”.
La parte superior quedará dispuesta para el público, que tendrá nuevas butacas, e ingresará por las esquinas como sucedía originalmente; los codos –estéticamente incomprensibles por su forma y carentes de seguridad, y pensados para ser utilizados por los trabajadores municipales– dejarán de existir.
La tribuna, que albergará unos 3.000 espectadores, no tendrá conexión alguna con el palco (que tiene 236 butacas importadas de Italia), que sumará una cafetería moderna y que se ha estado utilizando este tiempo para autoridades y delegaciones. “Va a quedar toda esta zona vidriada (la del palco oficial), o sea, estará cerrada”, dijo Arias. Además, el túnel que conecta la cancha con los vestuarios desaparecerá, y los futbolistas saldrán directamente desde las gradas.
Las obras que prevén finalizar en unos nueves meses y para las que invertirán US$ 1.000.000 del fideicomiso de la Intendencia, se focalizarán también en los vestuarios masculinos, femeninos y de los árbitros, cuya zona debajo de la tribuna presenta actualmente un semblante lúgubre. Los cambiadores tendrán las medidas oficiales de Conmebol, con su parte húmeda y seca, y con casilleros reglamentarios.
Los trabajos se dirigen “básicamente a la Tribuna Oeste, que está subutilizada hace tiempo porque solo se usa la parte del palco oficial”, confirmó, de su lado, el director de Obras de la Intendencia, Horacio Mársico.
“Además involucra toda una mejora en los baños en cada una de las tribunas, que se van a remodelar, dejándolos actualizados y lo más anti vandálico posibles”, dijo a Referí.
Siguiendo la línea de Arias, el jerarca resumió que tienen en mente cinco puntos a desarrollar en la Oeste, y brindó más detalles al respecto de las obras a realizar y algunas que ya se están acometiendo: “Primero, la parte de la tribuna que está contra la cancha. Hay muchos motivos que te indican que la mejor solución, ya está el proyecto, es quitarla de ahí porque está sobre un terraplén del viejo Parque Artigas. Filtra mucha agua y está muy cerca de la cancha, entonces ahí la idea es sacarla, algo que ya empezamos, o sea, a demoler esa parte baja de la tribuna. Ahí quedará una especie de zona de precalentamiento, aparte que los suplentes irán un poco más atrás”.
En la parte de las gradas se desmontará, se impermeabilizará, algo “que nunca se hizo”, y se restituirá luego con bancos de plástico y no de hormigón como ahora.
“Debajo de esa tribuna, una vez que esté el impermeabilizado, se harán los baños y los vestuarios para jugadores y jueces. Se van a remodelar para que queden totalmente funcionales”, contó Mársico.
“Los últimos tres objetivos que siguen son cantina, la remodelación de las salas de prensa, con equipamientos, y la fachada del estadio también tendrá una transformación”, explicó el director de Obras.
Estas obras empezarán después de Semana Santa.
“Esto está inscrito en el fideicomiso de US$ 25 millones que tiene la Intendencia. Pero hay partes que la queremos hacer con mano de obra municipal e hicimos una prueba de la demolición de la tribuna, como también al sacar los bancos en la zona a impermeabilizar”, dijo.
Al igual que el palco oficial, las 18 cabinas de prensa –ubicadas más arriba– nunca dejaron de usarse, pero muestran un marcado deterioro.
En última instancia, está en carpeta mejorar las luces, que pasarán a ser LED, y pintar sus despintadas cuatro torres; lo mismo para una futura pantalla gigante que sustituya el vetusto marcador electrónico de la Tribuna Este; y para colocar riego automático en el campo de juego.
“Queremos dejarlo en condiciones para competencias internacionales”, remarca el director de Deportes de la comuna sanducera.
La historia del Estadio Artigas de Paysandú
El predio del Estadio Artigas, conocido en aquel entonces como Parque, se comenzó a utilizar en 1916, aunque ya por 1912 se jugaba al lado, en una cancha ubicada hacia el norte del actual emplazamiento.
Desde entonces ese recinto se ha llenado de historia futbolística, y no solo por los campeonatos del Litoral y del Interior, que rebosaba de público en sus mejores tiempos. Sino también por la presencia de equipos de renombre, como ya sucedía en 1917 cuando Nacional pasó por Paysandú en gira por el interior: justo allí debutó en Primera el posteriormente campeón olímpico y mundial, Héctor Scarone.
El escenario contaba en aquel tiempo con un palco de madera, en tanto el de hormigón se construyó en la década de 1930, según cuenta el libro Rey de Copas del periodista sanducero Julio César Damico. Las tribunas Este y Oeste, que estaban antes de las reformas de hace 28 años, se inauguraron en 1956 con un partido entre Uruguay y Argentina, con victoria albiceleste por 2-1.
Por mucho tiempo, había solo dos cabinas para transmisiones radiales. Para el Mundial universitario de 1976 y el Sudamericano juvenil de 1979 se construyeron las 10 cabinas que estaban antes de la demolición y se extendió el palco hacia el sur.
En 1995, en el último tramo de la administración de Jorge Larrañaga como intendente y de cara a la Copa América que por primera vez en la historia iba a jugar tener una subsede en Paysandú, se llevaron a cabo las reformas que incluyeron la construcción de dos tribunas, las cabeceras Norte y Sur, y la remodelación de la Oeste, la principal, que debía quedar a nueva. La Este se acicaló pero no recibió modificaciones.
Con la cabeza en 2028
“Nosotros entendemos que las estructuras deportivas son fundamentales para el crecimiento del departamento. Para el turismo, para todo. Queremos dar el salto de calidad para posicionar a Paysandú. Ya la posicionamos, pero ahora queremos posicionarla internacionalmente, con eventos internacionales. Estamos con la cabeza en la Copa América de 2028. Y este es el primer paso. Estamos armando un proyecto para presentarlo en caso de que Uruguay sea sede, y así recibir algunos partidos. Aunque sabemos que se necesitarán otros arreglos”, dijo Arias.
Y no deja de pensar que el Estadio Artigas tiene potencial para aumentar su capacidad de ser necesario.
“La Tribuna Este, que se mantiene de la original, bien podría agrandarse”. Podría agregarse una bandeja, o tirarla abajo y hacer una a nuevo, más alta, más moderna. El escenario espera más motivos para disfrutar otra gala como aquella de 1995.
