*Maren Torheim, licenciada en Nutrición
El otro día fui a la cocina para hacerme un té. Puse el agua, aparté el mug – la jarrita – y fui a buscar el té. Señal de los tiempos que corren, encontré té verde, té blanco, té rojo, solos o en blends; también encontré tilo, manzanilla, pasto limón, malva, guaco, tomillo, salvia… Pero té, ese “de toda la vida”, nada. Me empecé a reír al darme cuenta de que estaba en ese lugar de: “¡Cómo no va a haber té!” ¡Cómo puede ser que todo cambie! Toda una lección en flexibilidad.
Me hice un matcha – que no era lo que estaba anhelando mi alma en ese momento – y lo disfruté sin preconceptos.
La realidad suele ser variada y compleja y el “té” también. La infusión de las hojas de “camellia sinensis” – el nombre paraguas de las plantas que nos dan las hojas - se utiliza desde hace milenios en China y la India y se considera una bebida clave en su medicina tradicional, además de formar parte de la alimentación cotidiana.
Beneficios del Té “Común” & el Té Verde
Los componentes bioactivos del té –múltiples fitoquímicos– son parte de lo que le confiere estos efectos saludables y hace tiempo se estudian para desentrañar cómo funcionan, cosa nada fácil, porque son muchos y además hay diversas variedades y calidades de té y múltiples formas de cultivarlo y procesarlo.
Las sustancias más investigadas son la conocida cafeína, la L-teanina y una sustancia de la familia de los fenoles, la epigalocatequina-3-galato (EGCG). Estas sustancias han demostrado ser beneficiosas en diferentes aspectos del estado de ánimo y del desempeño cognitivo.
Lo que más se ha indagado en el estado de ánimo es el nivel de alerta, calma y bienestar (reduce la ansiedad) y en lo cognitivo, la capacidad de cambiar de foco atencional y de procesar diferentes fuentes de información (mejora la memoria y la atención) y - detectado por resonancia magnética funcional – aumenta la memoria de trabajo.
Como el té verde sufre menos cambios en su procesamiento, contiene los mayores niveles de estos fitoquímicos y retiene la mayor capacidad antioxidante.
¿Y qué es el matcha?
El matcha tiene todavía mayor concentración de sustancias benéficas y de aquí su fama.
Es una variedad de Camellia Sinensis, igual que los demás tés, pero se diferencia en varias cosas. Una es que se cultiva de manera especial para que sus hojas concentren más color y sabor – eso es lo que también concentra sus fitoquímicos; su segunda característica es que las hojas son molidas a polvo, que queda de un color verde muy intenso.
De aquí surge la tercer característica del matcha: que a diferencia de los otros tes y formas de tomarlos, no es sólo una infusión, sino que también se consume el té molido o sea que estamos ingiriendo la hoja propiamente dicha. Se pueden servir con mayor o menor proporción de polvo a agua, de forma que algunas preparaciones son bastante espesas, muy diferente a lo que estamos acostumbrados.
El servicio tradicional del matcha es, quizás, lo más interesante, porque forma parte del tradicional servicio de té japonés, que es toda una práctica de meditación, donde se utilizan recipientes especiales y se sigue paso a paso un cuidadoso ritual.
En occidente se ha popularizado el uso del matcha de muchas formas diferentes, por ejemplo, el “matcha latte”, hecho con leche o leches vegetales y también el uso del polvo en postres y repostería.
3 Formas de Usar Matcha
Si la matcha viene en sobre es muy sencillo, preparala como cualquier infusión, quizás batiendo un poquito para que se mantengan en suspensión las pequeñas partículas..
Dos tips: Es mejor si lo preparás con el agua caliente apenas antes de hervir y, si podés, usar agua purificada o mineral mejor.
Para hacer un matcha latte lo ideal es tener el matcha en presentación de polvo (la hoja molida).
Ingredientes:
Instrucciones:
Empezá al mejor estilo café con leche revolviendo a mano un poquito de la leche vegetal con la matcha hasta que esté bien mezclado y formando burbujas. Sumá el endulzante y volvé a revolver. Por último agregá el resto de la leche de almendras. Podés servirlo caliente si prefieres o para los días de calor intenso servilo frío sobre bastante hielo.
Si tu debilidad son las harinas, elegilas de las mejores fuentes y que vengan acompañadas de cosas buenas como en este receta. Acompañalas de un vaso de yogurt natural sin endulzar (ni edulcorantes) y si es descremado mejor.
Ingredientes:
Instrucciones:
Mezclá en un bowl el aceite de coco, azúcar y huevos. Por último agregá la harina y matcha ya mezclados. Pronto para meter al horno. Aceitá (con aceite de coco) una asadera grande y con una cuchara mediana ayúdate para formar las galletitas e ir colocándolas en la asadera; ponelas separadas entre sí porque se extienden al hornearlas.
Horneá por unos 20 minutos a 180 °C.
Rinde 12 cookies; la porción es 2. Delis!
TanVerde -- www.tanverde.com
*Autora del libro “Como comer sano para adelgazar”, Maren trabaja desde hace más de 30 años en policlínica y piso en uno de los sanatorios más importantes del país. Se formó en Uruguay y también en el extranjero, profundizando en la dieta cetogénica para el control de epilepsia.
Siempre ha priorizado el trabajo en equipo, trabajando desde hace más de dos décadas en un equipo interdisciplinario con un cardiólogo y psicólogas para el cambio de hábitos, y con neurólogos y neuropediatras en la dieta cetogénica.
Más recientemente Maren se dedica a un emprendimiento familiar de alimentación detox y saludable, ofreciendo cursos online con coaching nutricional en TanVerde.
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