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Cosse anunció impuesto a "grandes generadoras de residuos" y capitalizó la derrota
La intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, entró al gimnasio del club Stockolmo con un micrófono de vincha, como los presentadores de televisión, y dedicó un aplauso a la barra militante de una coordinadora del Frente Amplio (FA) que se había instalado con carteles al fondo.
Ingresó ovacionada y cruzó el polideportivo hacia el estrado al frente, donde estaba congregada la primera plana de la coalición de izquierda –con la presencia del canario Yamandú Orsi y el presidente del FA, Fernando Pereira– y el gabinete de la intendencia.
La jefa comunal fue la única oradora de un acto anunciado a los cuatro vientos por la intendencia y desde la estructura frenteamplista. Fue la fecha elegida para lanzar el plan B para la limpieza y el saneamiento, en reclamo al “No” de los ediles blancos y los dos colorados que no son de Ciudadanos. Cosse habló por media hora entre los aplausos a cada medida proyectada y culminó ovacionada, con gritos de “Carolina” que emergían de las gradas.
Desde esa puesta en escena que molestó a la oposición y llamó incluso la atención en filas propias, la comuna se comprometió a hacer las obras de saneamiento en el arroyo Mataperros –contemplada en el crédito del BID naufragado–, que forma parte del trazado del Ferrocarril Central. Cosse señaló que empezarían “de cero con el BID”, lo que llevará “unos meses”. “Lo que nos importa es que las obras lleguen lo antes posible a la gente”, afirmó.
Uno de los anuncios más fuertes fue el de un nuevo impuesto a las grandes empresas. “Vamos a enviar a la Junta Departamental un proyecto para generar un nuevo ingreso que deberán pagar las empresas que son grandes generadoras de residuos”, exclamó, y recibió una ovación.
Eso permitirá contar con “más fondos” para contribuir con el ambiente, y “será un incentivo para las empresas para que generen menos residuos, y para que se plieguen a planes de economía circular, que es lo que queremos”, dijo. Por otro lado, apuntó que en algunos casos hay “una gran irresponsabilidad empresarial”. “Serán multados acorde al daño que le estén haciendo al ambiente”, prometió Cosse.
"Este proyecto no era una lista de compras, es un sistema nuevo”, defendió, tras la negativa de los ediles de la coalición días atrás al préstamo del BID. Según el nuevo proyecto, la intendencia entrará a las cooperativas de viviendas para recoger los residuos, y así eliminar los contenedores de las calles de forma paulatina. “Eso va a tener una consecuencia muy visible en la limpieza urbana, y en la seguridad”, aseguró la jerarca.
El préstamo frustrado de US$ 70 millones se encaminaba a ser la inversión más fuerte en el período. El proyecto requería dos tercios en la Junta Departamental por endeudar a cinco administraciones. Al Frente Amplio se sumaron solo dos votos de Ciudadanos, y al oficialismo capitalino le faltó una adhesión para que el plan prosperara.
La oposición había exigido en las negociaciones mayor inversión para obras de saneamiento. Desde un inicio Cosse alegó que la comuna se vio obligada a sacrificar este tipo de proyectos dado que el Poder Ejecutivo no prestó su aval para aumentar la cifra autorizada.
El texto discutido semanas atrás en la Junta Departamental constaba de unos US$ 40 millones para medidas de limpieza, entre las que se contemplaba la instalación de nuevos contenedores, la apuesta por los tachos intradomiciliarios en barrios como Carrasco, Malvín y Lezica y la construcción de una nueva planta semiautomática de clasificación.
