Los artistas objetan ante la justicia a las empresas de IA que usen sus imágenes y textos para el aprendizaje de sus programas y así generar contenidos

Mundo > ¿Herramienta o amenaza?

Crean en Japón el primer manga producido totalmente con un programa de inteligencia artificial

El contenido, más allá del debate sobre sus cualidades estéticas y el riesgo que supone para las fuentes laborales de dibujantes y guionistas, disparó varias demandas por los derechos de autor
Tiempo de lectura: -'
07 de marzo de 2023 a las 05:01

Mientras los fanáticos de los manga esperan con ansiedad que salga a la venta la saga distópica "Cyberpunk: Peach John", el primer manga totalmente dibujado por inteligencia artificial (IA), la nueva tecnología, además de amenazar las fuentes laborales de dibujantes y guionistas, abrió la puertas a varias disputas por los derechos de autor en la multimillonaria industria japonesa del comic.

Los artistas objetan ante la justicia a las empresas de IA que usen sus imágenes y textos para el aprendizaje de sus programas y así generar contenidos, una batalla legal que se presagia larga y compleja debido a que tanto en Estados Unidos, como en Europa y en Japón, la ley parece favorecer a la IA. La razón: lo que se conoce en inglés como “data mining”, ni más ni menos que la minería de datos.

Se trata del proceso técnico, automático o semiautomático, que analiza grandes cantidades de información dispersa para darle sentido y convertirla en conocimiento con fines comerciales. En Europa, por ejemplo, existen directivas desde 2019 que autorizan la exploración profunda, incluso sobre contenidos protegidos por los derechos de autor si son de acceso público, salvo que el titular de los derechos se oponga expresamente.

"Esta excepción a los derechos de autor, pensada para permitir el desarrollo de estas tecnologías, había pasado relativamente desapercibida", explica Charles Bouffier, del estudio de abogados Racine, en Francia. Para su colega Pierre Pérot, del estudio August Debouzy, ubicado en París, “va a ser difícil saber si una obra fue utilizada en la fase de aprendizaje”. En cualquier caso, ambos coindicen en que la prioridad es que la oposición de los autores sea respetada.

En lo inmediato, tres artistas y la agencia internacional de fotografía Getty han presentado demandas ante la justicia de Estados Unidos contra las compañías Stable Diffusion, Midjourney y DeviantArt. Una de las demandadas es justamente Midjourney, la herramienta con la se creó “Cyberpunk: Peach John”. El manga de 100 páginas, aparecerá bajo el seudónimo Rootport y la IA que lo generó tardó solo seis semanas en completarlo, cuando un dibujante habría tardado un año.

"Fue un proceso divertido, me recordó jugar a la lotería", declaró a la agencia de noticias AFP su creador de 37 años. Rootport, quien ha escrito tramas de manga, ingresó combinaciones de texto como "cabello rosa", "chico asiático" y "chaqueta de estadio" para generar las imágenes del héroe de la trama en cerca de un minuto. Posteriormente organizó las mejores imágenes en un formato de cómic para crear el libro.

El material, que ya generó interés en las redes sociales antes de su lanzamiento a cargo de la editorial Shinchosha, es en colores. Además, a diferencia del manga tradicional que suele ser en blanco y negro, los rostros de un mismo personaje a veces presentan formas muy diferentes. Rootport dijo sentirse realizado cuando sus instrucciones escritas, que califica como "hechizos", crearon imágenes que, según afirmó, tienen las “resonancias” de lo que había imaginado.

Los aparatos y las criaturas de “Cyberpunk: Peach John” fueron elaborados por Midjourney, una herramienta como Stable Diffusion y DALL-E 2. “Los generadores de IA abrieron el camino para que gente sin talento artístico pueda entrar a la industria del manga, siempre que tengan buenas historias para contar”, sostiene el autor. Sin embargo, admite que la  creación de esta nueva historia “probablemente no le produjo la misma satisfacción que si la hubiera dibujado a mano”.

Midjourney fue creado en Estados Unidos y alcanzó popularidad mundial tras su lanzamiento el año pasado. Como otros generadores de imágenes por IA, sus invenciones fantásticas, absurdas y a veces terroríficas, pueden ser muy complejas y generan intensos debates entre los artistas. Al igual que Midjourney, Stable Diffusion, nacido en Londres, ha sido demandado por producir material gran cantidad de material con derechos de autor protegidos y sin permiso.

Algunos legisladores japoneses han planteado su preocupación sobre los derechos de los artistas, aunque los expertos consideran que las infracciones son poco probables si el material generado involucra poca creatividad humana. Otros advierten que la tecnología podría quitarle empleos a jóvenes artistas de manga, quienes se esmeran pintando imágenes de fondo para cada escena. Por caso, cuando Netflix lanzó en enero último un corto de animación con fondos generados por IA, la plataforma fue criticada por no contratar dibujantes.

Los memoriosos recuerdan que ya en 2020 Satoshi Kurihara, profesor de la Universidad de Keio, publicó un cómic con apoyo de la IA al estilo del fallecido pionero Osamu Tezuka. Para ese proyecto, sin embargo, había dibujantes humanos para casi todo. No obstante, desde entonces, el “arte” de IA ha proliferado y ha incrementado su influencia en la industria. “Una influencia que será cada vez mayor en el futuro”, según Kurihara.

Con respecto a los contenidos que son generados, el estatuto jurídico es delicado.  ¿Se trata de una falsificación, sobre todo si un usuario de IA encargó una obra "al estilo" de un autor o para imitar un logo? Por lo pronto, tanto el derecho europeo, como el estadounidense, solo reconocen una falsificación cuando se copia una obra precisa. "Ni un género ni un estilo pueden estar protegidos por los derechos de autor", explica Eric Barbry, del estudio Racine.

Sin embargo, si se reconoce claramente la fuente de una imagen generada, la cuestión puede plantearse. En Europa, hay un marco legal que puede proteger a los artistas copiados por tecnologías de IA, ya que la noción de "parasitismo" sanciona el "saqueo" de los esfuerzos ajenos. Otra cuestión que plantea el auge de estas tecnologías es el uso comercial de los contenidos. Los juristas estiman que una IA no es propietaria, ni autora ni responsable.

"Las IA explican en sus condiciones generales que es el usuario el responsable por el uso del contenido", destaca Pérot. "Nada impide su comercialización", agrega. De esto deriva la pregunta de si se debe especificar que el producto proviene de la IA. La futura directiva europea podría estipular una obligación de transparencia.  "Va a ser complicado que los usuarios se presenten como autores plenos", confirma Barbry. Hasta el momento, ningún tribunal en Europa se ha pronunciado sobre el tema y en Estados Unidos la Oficina sobre los Derechos de Autor rechazó otorgar derechos a un cómic generado por IA.

"Este es el enfoque que podrían adoptar los tribunales europeos, con la salvedad de reconocer al usuario como autor en el caso de haber tenido un rol importante en la producción del contenido", estima Pérot. El experto cita el caso de "Space Opera Theatre", una imagen generada por una IA que ganó un concurso en el año pasado. Su productor pasó 80 horas hilando las instrucciones y retocando el resultado. De generalizarse el enfoque, los productos de la IA pasarían a la misma categoría que la fotografía, que se consideraba un producto-herramienta y no una obra hasta que una sentencia de 2011 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea reconoció las "elecciones creativas" que deciden los fotógrafos.

Pero la IA, al menos en el mundo del manga, tiene voces a su favor. Algunos artistas ven con buenos ojos sus posibilidades. "Realmente no veo a la IA como una amenaza, más bien creo que puede ser una gran compañera", sostiene Madoka Kobayashi, una artista de manga con más de 30 años de carrera. “La IA me puede ayudar a visualizar lo que tengo en mente y sugerir ideas iniciales que puedo mejorar", explica.

La autora, que también entrena a artistas en una Academia de Diseño de Tokio, argumenta que el manga no se basa solo en la estética, sino también en tramas ingeniosas. “En ese campo, confío en que los humanos todavía llevamos la delantera", dice Kobayashi, quien aclara que evita copiar directamente las imágenes generadas por su computadora porque no sabe en el trabajo de quién están basadas.

Kobayashi utiliza figuritas para mejorar los dibujos a lápiz de los estudiantes, incluyendo detalles que van desde músculos a dobleces en la ropa y espirales en el cabello de los personajes. "El arte de IA es estupendo, pero el arte humano me parece más atractivo precisamente porque es desordenado", comenta Ginjiro Uchida, un estudiante de 18 años que, al menos por ahora, no parece preocupado por los derechos de autor.

En lo inmediato, los críticos enfatizan que los programas informáticos no siempre capturan las manos o los rostros deliberadamente exagerados de un artista real de manga. Además, afirman que los humanos tienen mejor sentido del humor, un ingrediente fundamental del cómic japonés. Rootport, en tanto, duda que los mangas enteramente dibujados por la IA vayan a dominar.

“Los verdaderos artistas son mejores en asegurar que sus dibujos calcen con el contexto. Tampoco creo que el manga completamente sin ayuda de IA siga dominando para siempre", aclara mientras las demandas comienzan a dar que hablar en los tribunales de Estados Unidos, Europa y Japón.

 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...