Mundo > Crisis energética

Crecen las dudas sobre la capacidad mundial de aumentar la producción de petróleo

Los principales países del Golfo Pérsico estarían muy cerca del máximo y el compromiso de la OPEP+ no superará los niveles de la prepandemia.
Tiempo de lectura: -'
01 de julio de 2022 a las 05:00

La lectura optimista sobre la capacidad sobrante de producción de petróleo a escala global quedó en duda. Podría estar casi agotada. De ser así, la situación pondrá más presión sobre el precio del crudo y al mismo tiempo complicará el esfuerzo que despliega Estados Unidos sobre sus socios europeos para que reduzcan drásticamente las compras a Rusia y debiliten de esta forma los ingresos de Moscú, que suma ya unos 95 mil millones de dólares en concepto de exportaciones desde que comenzó la guerra.

La posibilidad se basa en una conversación captada por la agencia de noticias Reuters TV durante la cumbre del G7 en Elmau, Alemania, entre los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Estados Unidos, Joe Biden. "Tuve una conversación con Mohammed binZayed", se oyó decir a Macron al margen de la reunión. "Me dijo dos cosas. Que están al máximo, al máximo (de la capacidad de producción). Eso es lo que afirma. Y luego dijo que los saudíes pueden aumentar en 150 (mil barriles por día). Quizá un poco más, pero no tienen grandes capacidades", agregó el mandatario en referencia a una conversación con el jeque de los Emiratos Árabes Unidos.

Lo filtración contradice los informes de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), el organismo de estadística y análisis del Departamento de Energía de Washington. El dato no es menor. Cayó como un rayo y puso en alerta a los traders de los mercados globales, que se apresuraron a tomar nota de una posible nueva escalada en el precio del crudo. No es para menos. Arabia Saudita y los Emiratos Árabes son considerados los dos únicos países de la OPEP, y del mundo, que todavía tienen algo de capacidad de reserva y podrían ayudar a aumentar la oferta mundial.

La fragilidad de la situación es evidente. La filtración obligó a que casi de inmediato, el ministro de Energía de los Emiratos, Suhail Al Mazrouei, saliera al ruedo a dar explicaciones. "A la luz de los recientes informes de los medios de comunicación, me gustaría aclarar que mi país está produciendo cerca de su capacidad máxima de producción en relación con su actual línea de base de producción de la OPEP+", informó Reuters. Una línea de base que para los Emiratos es de 3,168 millones de barriles por día (bpd).

El ministro de Energía trató de llevar calma a los mercados señalando que los Emiratos pueden incrementar el volumen de producción, pero que si no lo hacen es porque no se los permite el acuerdo que rige entre los países de la llamada OPEP+, organización que suma a Rusia, México, Kazajstán, Azerbaiyán, Baréin, Brunéi, Malasia, Omán, Sudán y Sudán del Sur a los ya tradicionales integrantes de la OPEP, que son Argelia, Indonesia, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Venezuela.

Según los expertos, el trascendido sobre Arabia Saudita es más preocupante. Si realmente sólo puede añadir 150 mil bpd al nivel actual significa que la capacidad mundial de producción sobrante es mucho menor de lo que estiman todas las grandes agencias energéticas, que calculan que el reino tiene más de 1 millón de bpd de capacidad excedente que se podría aprovechar en un plazo de tres meses.

La incertidumbre manda

Los operadores pese a las declaraciones dudan de la capacidad máxima declarada por Riad, sobre todo porque la monarquía saudí ha mantenido 11 millones bpd durante un periodo prolongado, muy por debajo de su límite declarado de 12 millones bpd. Por lo pronto, su cuota se incrementó en 114 mil bpd en junio y aumentará en otros 170 mil bpd en julio. A finales de agosto, si puede o quiere, sería libre de subirla lo que considere oportuno.

Los datos oficiales de la AIE sugieren que ambos países disponen de una capacidad conjunta adicional mucho más generosa. La estiman en unos 2,8 millones bpd. En la actualidad, Riad bombea 10,5 millones bpd y Abu Dabi 3,4 millones bpd. Las presiones del G7 apuntan a que suban sustancialmente sus volúmenes en un tablero donde las presiones cruzadas están a la orden día.

Un ejemplo. El gobierno francés ha hecho saber a Washington que quiere el petróleo iraní y venezolano de regreso en el mercado internacional. Un escenario complejo que incluye también a India y China, los dos principales compradores y beneficiarios de las sanciones impuestas a Rusia, a la que desde que se inició la guerra compran petróleo con descuentos del orden del 40 por ciento.

El mal menor

Más allá de las aclaraciones oficiales, la filtración explica la cautela y las diversas posiciones hacia el interior del G7 sobre la posibilidad de introducir topes temporales a los precios de importación de los combustibles rusos, o bien establecer sanciones a las navieras que lo transporten.

Con relación a la última alternativa, los críticos argumentan que podría distorsionar el comercio global. Afirman que el petróleo podría terminar en otros destinos, transportado y asegurado por otras compañías que no sean las de la Unión Europea y Londres, las que actualmente dominan el negocio. La movida, sostienen, aumentaría el precio del crudo debido el rol clave que juegan las aseguradoras.

Si se acordara un precio tope, también habría problemas. Las compañías podrían comerciar con el petróleo ruso, en lugar de enfrentarse a una prohibición total, pero la Unión Europea debería reabrir el engorroso debate que tardó semanas en cerrar relacionado con el embargo progresivo que debería comenzar a fines de este año. En cualquier caso, para la Unión Europea se trataría de optar por la menos mala de las opciones.

La preocupación de Unión Europea se entiende por su dependencia energética de Rusia. Sus compras explicaron el 61 por ciento de las exportaciones de petróleo, gas, carbón y derivados que concretó Moscú desde que comenzó la guerra. La reducción significativa del suministro desde Rusia y el próximo mantenimiento anual de Nord Stream, que interrumpirá por completo las entregas durante dos semanas este mes, han hecho que Europa se esfuerce por llenar sus depósitos de gas.

El contexto de la guerra provocó que, en junio, por primera vez en la historia, el Gas Natural Licuado (GNL) de Estados Unidos superara al transportado por los gasoductos rusos, según anunció FatihBirol, director ejecutivo de la AIE. Sólo en abril, cinco países europeos -Francia, España, Reino Unido, Países Bajos y Polonia- representaron el 54,1 por ciento del total de las exportaciones de GNL estadounidense.

Una medida simbólica

En lo inmediato, la OPEP+ ratificó que aumentará el tope de producción para regresar en agosto al ritmo mensual previo a la pandemia. Tras una reunión desarrollada por videoconferencia, los miembros del cártel liderado por Arabia Saudita confirmaron un incremento de 648 mil bpd. La OPEP+, que representa un 40 por ciento de la producción global, había decidido en mayo de 2020 un recorte de 9,7 millones de bpd ante el desplome de la demanda. Casi el 10 por ciento de la oferta mundial.

En julio pasado, sus miembros pactaron una paulatina vuelta a la normalidad a razón de 400 mil bpd. Tras la presión de los países consumidores, el organismo decidió en mayo acelerar el bombeo, sumando 648 mil bpd en julio y en agosto. En la práctica, lo que hizo la OPEP+ fue adelantar el incremento previsto para septiembre, mes en el cual originariamente se preveía regresar a los topes previos a la pandemia.

Los analistas subrayan que se trata de una decisión simbólica. La mayoría de sus integrantes no pudieron incrementar su producción al ritmo que les permite el techo estipulado. La conclusión es que no se espera en lo inmediato que la decisión se refleje en el precio del crudo. Los motivos varían. Algunos países, como Libia, están sumergidos en crisis políticas. En otros, como Congo y Nigeria, harían falta inversiones. Venezuela e Irán, siguen sancionados por Washington.

Los esfuerzos para compensar la escasez debido al embargo que pesa sobre el petróleo ruso no han sido suficientes para estabilizar el precio. Los números son elocuentes. Desde el inicio de la guerra, la cotización del Brent -el precio de referencia en Europa- aumentó más de un 16 por ciento. Su homólogo estadounidense, el WTI, más de un 17 por ciento. Ambos se ubican en torno a los 110 dólares el barril. Una suba del 45 por ciento desde que comenzó el año.

El tema estará en la agenda de Biden cuando visite Arabia Saudita a mediados de este mes. Se prevé que no terminará con un aumento significativo por encima de lo que ya acordado. En síntesis, el precio del crudo muy probablemente seguirá escalando. Malas noticias para los grandes consumidores y mayores ingresos para los productores. Muy malas para un mundo que muy probablemente ingrese en recesión de la mano de las subas de las tasas de interés que decidieron los principales bancos centrales para amortiguar la inflación que recorre el globo.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...