¿Cuáles son las esquinas con más accidentes de tránsito de Montevideo?

A nueve cuadras de allí, justo donde las vías del tren pegan la curva y la avenida José Belloni cruza al camino López, ocurrieron 22 siniestros de tráfico en todo 2022. Casi dos por mes. Ninguno de ellos fue fatal (hubo tres graves, sin fallecidos, y otros 19 leves). Pero el guarismo convierte a este punto de la ciudad como el más accidentado durante el año que recién terminó.

Según las estadísticas de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), solo 16 esquinas concentran el 4% de los 6.412 accidentes registrados en Montevideo durante el año pasado. Y si bien la mayoría de los siniestros fueron leves (86%, al igual que en el conjunto de toda la ciudad), en esas 16 intersecciones hubo 25 eventos graves y tres fatales.

Porque a la muerte del conductor de la moto en López y Bonilla, se les suman otros dos motociclistas fallecidos en Larravide y la avenida José Pedro Varela (la cuarta esquina más accidentada). Uno tenía 39 años y chocó el 19 de mayo, unos veinte minutos después de las cinco de la tarde. El otro, de 25 años, se accidentó diez minutos después de las diez de la noche del 24 de octubre.

Más de la mitad de los muertos en accidentes de tránsito de Montevideo, el año pasado, andaba en moto (51 de 97 fallecidos). Por detrás de este tipo de vehículo, los peatones representan algo más de la cuarta parte de las defunciones por siniestros viales (26). Le siguen tripulantes de autos (13), bicicletas (5) y camionetas (2). 

La estadística oficial cuenta como fallecido a aquel que murió en el lugar del siniestro de tránsito o, habiendo estado involucrado, en los 30 días posteriores al accidente. Después de ese período ventana, la causa de muerte deja de computarse asociada al incidente.

Más de la mitad de los fallecidos en accidentes tenía menos de 45 años. Y más de la mitad murió a la hora en que el sol está oculto.

¿A qué hora hay más accidentes?

La ecuación es sencilla: cuando hay más vehículos en circulación a la vez, hay más chances de accidentes. Por eso son más frecuentes los choques en las rutas durante la primera quincena de enero, y por eso son más repetidos los siniestros de tránsito a la hora en que las personas salen de trabajar.

Cuatro de cada diez accidentes ocurren durante la tarde. Y, dentro de ellos, casi la mayoría se concentra entre las 16.30 y 18.30 horas, el horario en que acaban los turnos de oficina. 

Este horario —a diferencia de la hora de entrada a los trabajos— coincide con otras variables que incrementan el riesgo de accidentes. Baja poco a poco la visibilidad (entrada de la noche, sobre todo en invierno), aumenta el cansancio de los conductores tras toda la jornada laboral, y hay mayos premura por llegar cuando antes al destino (conducción de riesgo).

Esa misma ansiedad por llegar a tiempo a los trabajos —y el mayor volumen del tránsito— explica que cerca de las ocho de la mañana se dé el segundo pico diario de accidentes (por fuera del horario de la tarde). Y esa misma lógica explica que los siniestros hayan sido más frecuentes los viernes (el último día hábil), pero decaen durante los fines de semana.

Las estadísticas históricas de la Unasev muestran que en noviembre y diciembre hay un aumento del promedio de accidentes diarios. Es una característica común a las muertes por causas violentas más allá de los accidentes (los suicidios también crecen hacia fin de año y a veces pasa lo mismo con los homicidios). “Cierre de ciclos”, le dicen los psicólogos.

Pero la emergencia sanitaria del covid-19, la que obligó a la caída de la movilidad de manera intermitente en los últimos años, hizo que la marcha histórica no se cumpliera a rajatabla. De hecho, si se comparan los datos preliminares de siniestros en Montevideo de 2022 versus 2021, puede decirse que hubo una caída del 8% de los accidentes (y eso que en 2022 se puso fin a la emergencia).

Sin embargo, cuando se analizan los muertos en los accidentes ocurridos, las cifras preliminares de Unasev muestran un aumento: seis fallecidos más y, por tanto, el incremento de 0,4 muertos más cada 100.000 habitantes. 

Si se quitan los años de pandemia, pareciera que la tasa de fallecidos observada en la capital el último año sigue la tendencia a la baja histórica. Al respecto, la Unasev había dicho en su último informe: “El hecho del mantenimiento de una tasa decreciente en la siniestralidad vial en los últimos años no debe llevar a la conclusión de que el tema está resuelto. Primero porque estamos aún lejos de conseguir números acordes a los países con mejores resultados; segundo, porque cuando una política pública comienza a mostrar eficacia no se la retrae ni se la estanca, muy por el contrario, se la reafirma e intensifica”.