"Me parece una buena idea", dijo a El Observador a propósito del planteo del diputado del Nuevo Espacio, Jorge Pozzi, quien afirmó la semana pasada que "sería una medida muy sabia" que la fuerza política habilitara a los legisladores a que voten "a su entender".
Pérez, que desafió la disciplina partidaria del FA en más de una ocasión, y que, por otra parte, se opone al TLC con Chile, aseguró que le "cuesta obligar a alguien a votar" y que por eso entiende el pedido de libertad de acción como "una medida sana".
"Es una postura filosófica de amor a la libertad", añadió el diputado, quien se definió a sí mismo como "un libertario".
Unidad en observación
En las últimas semanas, tanto el TLC con Chile como el impuesto a las jubilaciones militares pusieron en tela de juicio la unidad del
Frente Amplio, uno de los tesoros que el oficialismo más se empeña en cuidar.
En el caso del TLC, se trata de un asunto que parte al Frente Amplio: por un lado quienes apoyan el tratado, por otro los que creen que el Parlamento no debería ratificarlo. En el caso del impuesto a las jubilaciones más altas, solo la Liga Federal (que obtuvo el 5,34% de los votos del FA en las pasadas elecciones de 2014) se enfrentó al resto de la coalición, por entender que el proyecto era inconstitucional.
Tras las declaraciones de Pozzi respecto a la votación del TLC, algunos sectores salieron a marcar sus diferencias. El secretario general del Partido Comunista, Juan Castillo, opinó que pedir la libertad de acción "no es sabio". "Si ante cada dificultad pedimos libertad de acción comienza a desmoronarse el concepto que más nos importa defender, que es la unidad", agregó.
Desde la Lista 711 también expresaron matices con el pedido del Nuevo Espacio. "Si el Plenario niega la libertad de acción y algún sector igual vota por la suya, estaría abriendo las puertas del infierno", dijo el diputado Felipe Carballo, ilustrando que sería "el fin de la unidad del Frente Amplio".
Las diferencias que evidenció el tratamiento del TLC con
Chile en el Plenario del sábado 5 de mayo también movieron los cimientos de la fuerza política y llevaron al presidente de la coalición, Javier Miranda, a suspender el secretariado de este lunes, preocupado por las "filtraciones" y el daño a la unidad.
"He estado en peores tribunales"
En el FA ya no saben qué hacer con Darío Pérez, quien ha desacatado la disciplina partidaria en más de una oportunidad. Al voto de este martes se suman antecedentes como su apoyo a la ley de vivienda popular, un proyecto del diputado Eduardo Rubio (Unidad Popular) aprobado en diputados con los votos de la oposición y de la Liga Federal.
El diputado rebelde también había desoído a su bancada en 2015, cuando se negó a votar dos artículos de la Rendición de Cuentas: uno pasaba la Policía Caminera a la Guardia Republicana y el otro disponía la no reposición del 50% de las vacantes en las Fuerzas Armadas.
Pese a estos deslices, la Liga Federal asegura que ninguno de los apartamientos de Pérez ha sido en asuntos incluidos en el programa del FA y reivindica que el “99,9% de las veces” votó junto a la coalición, según afirmaron dirigentes del sector.
En la reunión de coordinación de la bancada del FA de este martes, los diputados volvieron a reprochar la indisciplina de Pérez, quien no asiste a esos encuentros “por sanidad mental”, según comentó a El Observador. Aunque no definieron ninguna medida, algunos integrantes de la bancada evalúan enviar nuevamente al diputado de Liga Federal al Tribunal de Conducta Política (TCP).
Consultado sobre esa posibilidad, Pérez dijo que ha “estado en peores tribunales”, haciendo referencia a su pasado de preso político, algo que también mencionó durante el debate del martes en la Cámara de Diputados.